Un paso entre Inflación y Estanflación: Alimentos y medicinas devoran los salarios

Las Cámaras de Comercio mediano y menor son también víctimas de la presente Guerra estructural.

Jamás antes, el gran capital agolpeó por igual a trabajadores, consumidores e intermediarios como lo hace actualmente. Los medianos y pequeños productores e intermediarios-salvedad de los bachaqueros-se hallan al borde de la quiebra. Sólo su común interés en frenar el presente intento de socialización de nuestra sociedad los mantiene en el más gélido mutis.

Como sábese, los pequeños y medianos empresarios siempre han sido marginados e invisibilizados por el gran capital fabril, importador e intermediario de alto giro. Las respectivas cámaras de la Industria y Comercio los han usado tal como los grandes accionistas lo hacen con los medianos y pequeños en las anónimas compañías accionarias.

Su papel es el mismo desempeñado por los trabajadores afiliados a los sindicatos de pequeñas empresas: sólo han servido para sostener la holgada vida de sus directivos, y en lo político, someterse a los intereses de ese gran capital nacional e internacional. Son chantajeados a fin de suministrarles oportunamente sus materias primas y/o las provisiones comerciales para llenar los inventarios de sus medianos y pequeños comercios.

No olvidemos que la explotación de clases tiene presencia simétrica: los peces mayores se comen a los más menores, el más poderos se traga al más débil del ramo.

El ejemplo concreto de esa explotación macroeconómica o generalizada inclusiva de asalariados y empresarios menores viene dado por el trasiego permanente de la plusvalía obtenida en las pequeñas y medianas empresas que por general obtienen superiores tasas de ganancia en razón de sus bajas composiciones orgánicas de capital y mediante la competitiva formación de los precios de producción garantizadores de una tasa media de ganancia o tasa macroeconómica.

Confrontamos una bien calculada amenaza de una estanflación o inflación con desempleo en paralelo. Arribaríamos a esa perversa situación de continuar la presente y acelerada suba de precios ante una relativa tardanza de parte del gobierno para competir eficazmente en la distribución de las mercancías de bienes básicos, a pesar de los recursos de mano de obra de los que dispone: numerosos soldados civicomilitares y personal honestamente chavistas que sabrían saltar tanto protocolo burocrático ya que sólo de esa manera tendrían éxito los CLAP con la oportunidad y alcance nacional que esta guerra nos exige, y sin pasar por Alcaldías ni Gobernaciones ni ministerios ajenos a nuestra nueva Fuerza Armada, única forma, por ahora, de frenar la tendencia a corruptelas que solemos sufrir con todos los mecanismos e provisión y mercadeo ensayados hasta ahora.

Téngase presente que las leyes de la Economía se hallan por encima de las leyes del Estado, de las leyes convencionales del Derecho Burgués. El bachaquerismo es una burla descarada de dichas leyes supraestructurales.

Sólo con esa inmediata estrategia bélica y con todas las importaciones que podamos hacer con países amigos podremos cortarle la clientela al bachaquero. Asimismo debe invitarte con mayor énfasis al empresario menor, a la pequeña burguesía, para que esta sume sus esfuerzos contra el gran capital que es también su permanente enemigo, según venimos señalándolo.



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Manuel C. Martínez


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