Venezuela enfrenta una guerra simbólica desatada por los grandes capitales transnacionales y el imperialismo yanqui. En lo inmediato se debe ganar la batalla contra los estómagos del pueblo y la hambruna de desgaste y cerco financiero al país, que forma parte del despliegue da la estrategia imperial en contra de la Revolución Bolivariana y Chavista.
En esta guerra contra la soberanía patria, el ataque económico va apuntalado fuertemente por el mediático nacional e internacional, además del despliegue de inseguridad y la violencia selectiva contra cuadros de la Revolución. Calificada de "no convencional" la guerra del imperio es para resultados a mediano y largo plazo, reservando la intervención militar directa, por parte de marines y fuerzas aliadas al imperialismo, para una etapa final o de remate.
La respuesta a la gruesa artillería de ataque contra Venezuela ha estado caracterizada –hasta ahora- por la paz, un débil y poco articulado contraataque mediático, además de algunas acciones paliativas en el campo social y político. Es sólo ahora, con el anuncio hecho por el Comandante en Jefe de la Revolución y el Gobierno Bolivariano y Chavista, Nicolás Maduro, la noche del pasado lunes 11 de julio del presente año, cuando parece perfilarse una estrategia de respuesta, centrada en la creación de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, que fusiona los motores Agroalimentario, Farmacéutico e Industrial.
Al frente de la Gran Misión Abastecimiento Soberano se designa al General Vladimir Padrino López para asumir el comando en campo, de todos los batallones de militares y civiles patriotas, que se requiera desplegar para asegurar la victoria popular y afianzamiento de la Revolución Bolivariana y Chavista, en sus objetivos de independencia definitiva y Patria Socialista.
La lectura histórica de un accidente simbólico
El año 2017, exactamente el 7 de noviembre, Vladimir Illich Ulianov, Lenin, conquista en Rusia la primera victoria de una revolución socialista en el mundo. Correspondió al líder proletario conquistar la victoria mediante la unidad de los bolcheviques. Lenin se coloca al frente de un gobierno de los Comisarios del Pueblo, basado en un partido de doscientos mil miembros que proclamaba su dominio sobre un Estado de más de 170 millones de habitantes. Los decretos de paz sin anexiones ni reparaciones y el de expropiación de las tierras -hasta entonces en manos de terratenientes- y su reparto entre los campesinos, caracterizan la fase inicial de la revolución proletaria rusa.
Resaltamos el accidental hecho simbólico de que en 2016, a 99 años de la Revolución de los soviets, quien es designado en Venezuela para comandar la batalla que debe contener la agresión imperial yanqui, lleve por nombre el de Lenin.
Vladimir Padrino López tiene la responsabilidad de convocar a la unidad de los "bolcheviques" venezolanos y desplegarlos para combatir, sin dar descanso a sus brazos, los incrementos descarados y especulativos en los precios de todos los bienes y, especialmente en los alimentarios. También se debe enfrentar con firmeza al acaparamiento, la especulación y el bachaquerismo. Además de –entre otros aspectos- atacar la ausencia de producción o su bajo rendimiento, así como el deficiente sistema de distribución y la inhumana y contraproducente cultura del consumo, generada por las relaciones capitalistas.
Las acciones de combate descritas, para atacar centros neurálgicos en el actual campo de batalla venezolano, deben conducir a obtener, a corto y mediano plazos, una producción eficiente y sostenida que sustituya las importaciones, una logística de distribución pertinente, nuevos procesos de comercialización, un sistemas de costos y precios justos, la consolidación de la actividad productiva de Venezuela y la Seguridad y Defensa Integral de la Nación.
En fin. La Revolución Bolivariana y Chavista se coloca ante el desafío real de un punto de no retorno que descansa en la constancia y abnegación militante que se guía por la voz de mando del Comandante en Jefe, Nicolás Maduro y, en el despliegue de las acciones, del General Vladimir Padrino López, el Lenin de la Revolución Bolivariana y Chavista en la presente coyuntura.
¡A sus órdenes, Comandante!