Kirchner dijo “Cuando salgamos del infierno empezaremos a debatir qué clase de país queremos”.
Y, además, agregó que aspiraba que Argentina esté a las puertas del
purgatorio cuando le toque entregar su mandato de gobierno en 2007.
Todos, hasta los niños y niñas, tienen algún conocimiento de lo que
significa infierno.
El
mundo (que conocemos como planeta Tierra), de por sí es y será, en
cierto sentido, un infierno. La vida inorgánica nunca por sí misma
abandonará esas leyes de supervivencia del más fuerte alimentándose del
más débil. Eso es ya una expresión de infierno. Se ha puesto a pensar
el hombre ¿qué siente un conejo rodeado por zorros hambrientos, o uno
de éstos por leones desesperados por alimentar a sus crías? ¿O qué
sienten unos pajaritos enjaulados cuando son atacados por ratas o gatos
desesperados por hambre? ¿O qué siente un árbol que desde su nacimiento
comienza a ser ahorcado por un bejuco que no se le separa ni con su
muerte?
Desde que nació el hombre y la mujer la vida orgánica se hizo un infierno social. Los primeros seres humanos fueron víctimas de la voracidad, del salvajismo y la barbarie de animales feroces e irracionales que atacaban en manadas. Fue una larga pero necesaria etapa
de sufrimiento para poder alcanzar un grado de creación y desarrollo de
fuerzas productivas que les permitieran mejorar sus precarias
condiciones de existencia inicial. Pero el verdadero infierno social
comenzó cuando el hombre se hizo amo y señor de la propiedad y
privatizó los medios de producción, inició la explotación de la mano de
obra de otros, y se hizo de la mayor parte de la riqueza producida en
la distribución. Sólo cuando el hombre vuelva, partiendo de todo el
legado cultural alcanzado por las sociedades de clases, hacer que los
medios de producción sean de propiedad social, se podrá decir que la
humanidad habrá cerrado la puerta del infierno y entrado al reino de la
libertad en la tierra. Pero no es de esto a lo que se quiere referir en
este artículo.
Tan
pronto Kirchner dijo lo señalado anteriormente, hubo oídos receptivos
que se lo grabaron para sacarle la punta que favorece a una determinada
tendencia política contra otra. Precisamente Eduardo Mayobre escribió
un artículo titulado “Cuando salgamos del infierno”, que fue publicado en El Nacional del día del periodista, 27 de junio.
Mayobre hizo girar la frase de Kirchner tantas
veces como pudo hasta que de patas abajo la puso patas arriba. De esa
manera la usó acorde con su verdadera intención: aprovecharla para
atacar el punto neurálgico que entorpece o dificulta que el
expansionismo imperialista imponga sin chistear su estrategia de
privatización de todos los factores económico-sociales de América
Latina. Siempre, el oportunista, tiene a la mano el coletazo que se
propone hacer sobresalir en el contenido de su artículo.
¿Qué
hizo Mayobre?: se colgó del cuello de la ley dialéctica de la
interrelación de los fenómenos.; luego, comenzó a lanzar patadas de
ahorcado hasta que se sostuvo del objeto premeditado en su pensamiento.
Ya seguro de sí mismo, describió con facilidad el esquema de su
cometido. Lanzó el misil “made in USA” hacia el objetivo: Venezuela.
Dice Mayobre: “… para
salir del infierno se suele recurrir a actos desesperados que a menudo
nos alejan más que nos acercan de la puerta del purgatorio, por no
hablar, por ahora, del cielo. Esto ha conducido a la improvisación e
invento de recetas y modelos incoherentes que pretenden resolver los
asuntos sociales mediante actos de voluntad y (supuestas) buenas
intenciones…”
Detengámonos aquí por un momento. Mayobre viene preparando el arma para
disparar el misil. Sólo que quiere dejar una duda para que el lector
tenga la oportunidad de participar en el disparo del misil: mete entre
paréntesis el término supuestas, cuando en verdad quiso decir “evidencias de malas intenciones”. Un poquito antes del disparo, el audaz Mayobre despeja la sombra para que haya luz a los ojos de tirios y troyanos: “Pero como del voluntarismo al mesianismo hay sólo un paso y más corto aun es el que media entre el mesianismo y
la dictadura…” A esta altura, cualquier lector que sea buen entendedor, sabe exactamente el punto hacia donde va dirigido el misil: la Venezuela de Chávez y no la de la oposición. Voluntarismo (idealismo que considera la voluntad individual como base decisiva de la historia) más mesianismo (confianza de salvación en el mesías) es igual a dictadura
(poder del dictador). Retrato perfecto de Bush, pero eso nunca fue la
intención de Mayobre. Era necesario buscar precisamente a un opositor
de Bush para que el dibujo tuviese validez americana y valor en el
mercado de la opinión pública.
Mayobre dispara el misil: “(como
puede apreciarse en Venezuela) que el camino para salir del infierno
puede transformarse en la vía más rápida para una regresión a las
dictaduras militares, independiente de cómo esté empedrado”. Lógica
la deducción por inducción: Chávez hizo suma de su voluntarismo con el
mesianismo de la mayoría de los venezolanos, lo cual le favoreció para
hacerse dictador como mesías. Una pelusa.
Mayobre
no se detuvo ni se conformó con el disparo de un solo misil. Siempre
quien dispara, aun siendo un especialista francotirador, maneja un
pequeño porcentaje, como una encuesta, de error. De allí la necesidad
de un segundo disparo: “La demonización que el actual gobierno ha hecho de la democracia venezolana es un buen ejemplo”.
¿De qué?: inventar que la cuarta república era un infierno, por lo cual
todo lo que haga el nuevo gobierno, aun lo más atroz, es justificable.
Mayobre, es un verdadero demonio.
A
Mayobre le parece que lo hecho por Toledo contra la mayoría del pueblo
peruano o lo realizado por Fox contra la mayoría de los mexicanos, por
ejemplo, es lo ideal que debe caracterizar a una democracia verdadera
en América Latina. Mientras que un gobernante que aplique recetas de
mejoramiento de las condiciones de vida de su pueblo, es expresión de
voluntarismo más mesianismo, por lo tanto eso es una dictadura.
Mayobre, es un auténtico demonio de la palabra. Mayobre es la expresión
de que en el mundo de la política no debe permitirse la libre
competencia, porque la divinidad ha dicho siempre que el monopolio
económico es quien tiene la potestad para decidirlo todo en el mercado
de las ideologías.
Mayobre,
el crítico de la demonización de la democracia venezolana, debería
explicarnos ¿cómo hace para que se le publiquen sus artículos en un
medio de comunicación venezolano, sin que el gobierno tome ninguna
medida de represión ni contra los dueños del periódico ni contra el
mismo Mayobre?