"El socialismo que estamos construyendo debe fundamentarse en la cultura, en los valores, en lo social y por lo social. Debemos colocar en primer lugar a los seres humanos".
Hugo Rafael Chávez Frías (Maracaibo, 9 de febrero de 2006)
Desde la llegada al poder del Comandante Chávez en 1999 y luego de superar con éxito el proceso constituyente, nuestro país se enrumbó por un nuevo camino que le ha costado soportar los más inusitados ataques de la oligarquía criolla, en alianza con la derecha internacional de los Estados Unidos y la Unión Europea.
No ha sido fácil para la República Bolivariana y su liderazgo sortear como una nave en la mar embravecida, las olas y las tormentas inducidas hasta clamar por buen tiempo y buena mar, como lo enarbolan frecuentemente los marinos.
Las experiencias han sido de sacrificios y víctimas selectivas sobre todo de líderes populares, quienes con las banderas de la revolución al hombro o en otras difíciles circunstancias, han caído por los caminos de la Patria víctimas de las balas del enemigo (la lista es larga).
Guarimbas y los más variados métodos y experimentos de la guerra de lV generación son puestos a prueba. Hoy se desempolvan los manuales y las estrategias que han dado resultado en otros países que luchan por su independencia (Chile, Irak, Libia, Afganistán, Siria, etc.).
Muchos han sido derrotados para imponer así regímenes con los más variados métodos de saqueo de sus riquezas y para la aplicación de la extorsión y el acaparamiento de sus productos y los alimentos de primera necesidad de sus pueblos.
Ahora cuando la oposición venezolana, en su afán de tomar el poder a lo Jalisco y bajo los signos de la violencia, se prepara para una nueva incursión política liderada por la MUD, sería oportuno que el pueblo sensato de Venezuela, no se dejara manipular de nuevo y se dejara arrastrar por artimañas ya probadas, donde ya se sabe quién paga los platos rotos y quién es utilizado como carne de cañón.
Si existe un mínimo de sentido común por encima de las diferencias políticas o ideológicas que siempre van a existir entre la población, se actuaría con más equilibrio, se atendiera al diálogo y no se buscarían nuevamente las trochas y los caminos verdes del golpismo, ya varias veces derrotados en Venezuela por el Gobierno Revolucionario.
Sólo queda revisar los más recientes acontecimientos del bachaquerismo deshumanizado, para ver reflejados en ellos acciones inhumanas de carácter fascista que atentan contra la vida misma de una población y sus más elementales criterios de derechos humanos y de protección de la salud.
El descubrimiento del acaparamiento de miles de toneladas de alimentos (pollo, pescado, huevos, carne de ganado vacuno, etc.) en estado de descomposición y la pretensión de revenderlos al pueblo venezolano, a riesgo de la salud de este mismo pueblo, es un acto que merece el peor de los castigos y la cárcel.
Sólo queda la reacción y aplicación de la Ley de nuestra Constitución Bolivariana por parte del Estado a quienes atentan contra el pueblo y el propio Estado. Vale la reflexión del colega Eleazar Díaz Rangel al tratar este asunto:
"Me ha extrañado que los constituyentistas de 1999, que han emprendido jornadas para vitalizar la Constitución Nacional, no han reparado en una de sus disposiciones hoy de más actualidad y vigencia que nunca y que, sin embargo, no sabemos que esté siendo aplicada. Se trata del artículo 114 de la Carta Magna, del capítulo sobre los derechos económicos, y que les transcribo textualmente:
"El ilícito económico, la especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros delitos conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley". Los constituyentistas de entonces como que se las sabían todas, y apenas les faltó prever que en algún momento aparecería la figura del bachaqueo para haberla incluido". (Bachacos, bachaqueros y bachaqueritos)
No podemos esperar que esta oposición apátrida en nombre de la democracia, después que actúa con premeditación y alevosía manipule al pueblo y lo lleve de nuevo a la calle a protestar, basados en el engaño que ellos mismos han provocado en nuestro país, a través de sus operadores económicos y sus financistas.
El fraude que llegó a la Asamblea Nacional por parte de los dirigentes de la oposición venezolana (la MUD) no se puede permitir. Es verdad que la cultura del bachaquerismo sobre la cual ha sentado las bases la oposición venezolana, solo tiene como proyecto el ya probado neoliberalismo salvaje que está de regreso en Argentina y se pretende instalar de nuevo en Brasil.
Los venezolanos debemos continuar en la búsqueda de la construcción del socialismo bolivariano, original, propio y sui generis que está plasmado en el Plan de la Patria y el cual tiene rango constitucional.
El gobierno del Presidente Nicolás Maduro no puede echar en el olvido el Plan del Comandante Chávez. Si no maduramos, comprendemos y asimilamos nuestro propio socialismo, no estaremos en capacidad de defendernos contra el capitalismo neoliberal, pasaremos a ser presa fácil del bachaquerismo de la oposición el mismo que aplica también en el campo electoral.
¡Amanecerá y veremos!