El golpe

A pesar del tiempo y los obligados "aportes" que este mismo indefectiblemente impone, Clausewitz, y su libro De la Guerra, aún hoy mantiene actualidad y pertinencia obligada para todos quienes emprenden el camino del conocimiento y la comprensión de los diferentes elementos que gravitan de las acciones de fuerza física, militar, que lleva a unos y a otros a buscar el desarme y derrota permanente (definitiva) de su oponente. La Guerra como acción, con toda suerte de medios, para alcanzar determinados fines políticos ha sido tan propia como redundante en la historia de la Humanidad. Como también lo ha sido el siniestro prontuario del gobierno de los EEUU en utilizar esta fuerza física o militar para desplazar del Poder gobiernos legítimos en latinoamérica. Así lo confirma la provocada intolerancia y los niveles de pugnacidad presentes en nuestra actual realidad política. Y es precisamente a partir de este 1 de septiembre como nuevamente estos enfurecidos sectores, quienes haciendo su desvergonzado trabajo conspirativo, de manera irresponsable (y ya acostumbrada) buscarán reeditar la fogosidad de los peligrosos senderos violentos del otrora, para dizque "resolver" el actual conflicto venezolano.

La tramoya así como está en pleno proceso de ejecución también se encuentra ampliamente develada. Los hechos que con determinación comienzan expresarse en el presente no son más que la continuación de unos hechos (11 de abril 2002) que nunca dejaron de manifestarse y mantenerse operativos y en franca ejecución. Sino que, por estrategia (de desgaste o ablandamiento), focalizaron su nivel de intensidad y fogosidad en determinados sectores de nuestras comunidades para alcanzar de modo velado sus objetivos, evitando así toda posible resistencia. Precisamente por no haberse abordados (resueltos) de manera correspondiente e histórica, se le permitió pertrecharse y lograr llegar incluso a nuestra grandes ciudades (paramilitarismo) en forma de hampa común, logrando inocular en algunos sectores de nuestro pueblo metodologías y violencias que no le eran propias. Atizando los niveles de inseguridad dieron clima político al bachaqueo y otras formas de delincuencia que operaban y daban características y versatilidad a su Guerra Económica. Siempre amenazando y buscando lograr el escenario y clima más adecuado y propicio para finalmente dar el gran "zarpazo". Un "cadáver" que por lo insepulto revive y se fortalece con el tiempo logrando atemorizar y condenar a los de la comarca que lo creían enterrado.

Todo conflicto de intereses que haya alcanzado niveles de sistemática y violentas contradicciones (político-militar), como el nuestro, solo podrá culminar cuando uno de los dos bandos someta, desarme y anule la voluntad de su enemigo ha defenderse, de manera permanente y definitiva. Cualquier otra salida resultará estéril y una mera táctica retardataria de quien bajo el amparo de las sombras, y de manera encubierta, ha venido alcanzando y cosechando cierto propicio terreno. Nuestra actual realidad es un hervidero de contradicciones que por naturaleza propia irremediablemente se agudizará hasta explotar. Abordarlos sin decisión ni fuerza, y distraerse en un mero sentimentalismo anti histórico, resultará no menos que una solución decorativa y cosmética a un conflicto que se mantendrá tanto como latente, pertrechado y en estratégico acecho. Toda acción de fuerza ejercida y usada por un beligerante en su provecho, en esta relación de reciprocidad calculada o estratégica llamada Guerra, dejará justificada el tipo de respuesta que le antecede y provoca. Todo lo que se pretenda fuera de este marco de "reciprocidad bélica obligada" le será suicida e irresponsable a quien no la reconozca ni la respete. La contundencia como se deberá actuar este 1 de septiembre deberá ser inteligente, si bien no degenerando en mera fuerza prepotente tampoco permitiendo que trascienda más allá de lo que permita justificar el empleo de una responsable, comedida y automática respuesta. Queda evidenciado en anteriores sucesos de esta misma naturaleza e índole, que el pueblo venezolano no asume ni apoya estas malsanas actividades. Por eso "candelita que se prenda candelita que se apaga de inmediato".

Todo hace suponer que lamentablemente el conflicto venezolano no tiene solución política ni consensuada. Primero porque los sectores que adversan al Gobierno no son sus verdaderos enemigos. Por ser estos nada más que meras "franquicias" del verdadero enemigo, carecen por tanto de todo poder y libertad para la negociación. La Oposición que adversa al Gobierno, en todo estos 17 años, nunca antes habían tenido mayores probabilidades de alcanzar, por vía electoral y democrática, la Presidencia de la República, como ahora. Pero esto no les garantiza acabar con su enemigo, el juego democrático no les resulta ni les garantiza la conclusión de sus objetivos. El objetivo no es el alcanzar el Gobierno, aunque no escatimarán los medios ni los recursos para lograrlo, sino mantenerlo por cualquier vía (Maquiavelo), incluso la de facto que es con cual mayormente mantienen amoroso "coqueteo", y la única que les podrá otorgar la posibilidad de desarmar y anular la voluntad beligerante (y de defensa) de su enemigo, el gobierno. Por tanto, el hoy "conflicto de baja intensidad" asumirá su etapa inmediatamente superior este 1 de septiembre, donde de manera "explosiva" se pretenderá lo que ya viene asomándose. Un Golpe de Estado que anule la capacidad del chavismo para recomponer sus fuerzas, proscribiendo su actividad política (PSUV y Gran Polo Patriótico) y comenzando una gran purga de su militancia.

EEUU, y sobre todo Barack Obama precisa para su honroso retiro la proeza de haber acabado con la Revolución Bolivariana (lo que Clausewitz refería como: Sentimiento Hostil e Intensión Hostil). La única forma en la que confía y acostumbra hacerlo es por la vía violenta. Pero la misma, a pesar de lo depurado de los preparativos y la inmensa cantidad de recursos invertidos, no es algo que éste ya lo tenga asegurado y escrito o él lo pueda decidir. Ampliamente consciente se encuentra el pueblo venezolano, quien en definitiva decidirá el resultado de lo que está por acontecer, que estos "saltos al vacío" no son "salidas" de su agrado ni mucho menos las que suele apoyar.

Son precisamente estos fallidos intentos los que han catapultado los índices de apoyo al Gobierno toda vez, que la Oposición, ha intentado por estos medios hacerse del Poder. La Oposición, y sus jefes del Norte, como siempre lo saben, por eso vendrán con todo. Nosotros, lo sabemos y, por tanto, también sabremos cómo esperarlos y, sobre todo, cómo vencer...



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Waldo Munizaga


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