Algunos hemos denunciado, que existe la construcción de un pacto entre sectores del entorno del gobierno y una parte de la MUD, imponiendo lo secreto sobre lo privado, para seguir una conducción del país de espaldas a las mayorías y definitivamente, negando la democracia en nombre de la paz, que al final termina siendo la excusa para hacerlo en nombre de sus intereses económicos.
También hemos dicho que el problema no es el diálogo o la negociación, sino el engaño, la mentira y el menosprecio a la mayoría del país, y que el problema fundamental, mientras pactan, es que un sector cada vez más vulnerable, y que está en franco incremento, ya no sólo hace colas o no encuentra medicinas, sino que entra en el plano de la indigencia, y se alimenta de los restos de comida que desechan los otros, y otro sector, el mayoritario, el trabajador, hoy le es imposible vivir dignamente de su trabajo, y cada vez dependen más de dádivas que pretenden ser cobradas con sumisión.
Mientras ellos pactan, la indignación se incrementa, pero la manipulación también, y gana espacio la antipolítica desmovilizadora ante la necesidad imperante de sobrevivir, y en ese escenario, quien termina victorioso es el poder y el autoritarismo, al menos que suceda un fenómeno extraordinario que rompa la escena y desemboque un final distinto de la obra.
Lo que no debemos hacer hoy es desesperarnos, sino ocuparnos de evitar que un pacto a espaldas de la democracia se junte con la voluntad autoritaria y terminen secuestrando la fuerza del poder popular, que en el marco de otra lógica, ya debería haberse pronunciado.
Sin embargo, es importante que nadie desde una posición cómoda pretenda dirigir el giro que esto debe dar, ni permitir que falsos mesías nos vengan a ofrecer espejitos por oro. Y lo último pero aún más determinante, es que nunca debemos dejar de entender que si la vía de destrabe de la crisis se sale del cauce democrático, todo lo demás estará destinado al fracaso.
Mientras todo esto pasa, lo que queda por ahora es organizarnos, y seguir avanzando en evitar que el dinero del país se siga fugando de los destinos necesarios para el bien común, y eso sólo se logra con la denuncia, debemos avanzar en sumar fuerzas y eso se logra dialogando entre iguales y debatiendo entre diferentes, con el respeto que implica tratar de ponernos de acuerdo transparentemente ante un mínimo de puntos en común para salir de este atolladero.
Si las cúpulas polarizadas pretenden arrebatarnos los sueños, podrán tener por seguro que no volverán a dormir en paz.
