Sin duda alguna, los procesos revolucionarios van pariendo a sus líderes y a la vez van moldeando los cauces de los discursos que han de emplearse para abrirse paso a través de la enmarañada selva política y hacerle frente a los cazadores asesinos de la derecha, que a fuerza de plomo pretenden defender su sistema depredador como es el capitalismo, escondido tras los ramales de la democracia. Si, esa democracia representativa de los intereses del capital y donde los líderes políticos son solo unos mediocres que sirven a los intereses de sus amos o jefes.
De allí la imperiosa necesidad de perder el miedo y enfrentar a nuestros enemigos naturales de la derecha con la contundencia precisa y golpearlos en su ego opresor y obligarlo a pelear políticamente y no de manera cobarde como lo hacen ellos, que utilizan a jóvenes venezolanos para que monten el "show", a viejitas y viejitos a sonar cacerolas, a artistas para que muestran sus nalgas, luego divulgadas por periodistas y algunos medios que se encargan de darle la necesaria difusión. Eso es parte de la trama que han desarrollado a lo largo de estos años, por supuesto, acompañada por los llantos y frustraciones de sus seguidores, por las oraciones de mala fe de la cúpula eclesiástica, por las gracias del payaso de la asamblea y las rabietas y pataletas del niño de pecho.
Por todas esas calamidades en las filas opositoras es necesario el mazo y que sea, precisamente, Diosdado el encargado de darle mazazo parejo a toda esa casta fúnebre de la oposición para que aprendan a ser serios y a luchar limpio y no a través de puñaladas traperas ni el llanto a moco tendido. Por un lado insultan y agreden, pero cuando se les responde, entonces salen llorando a moco tendido y no falta por allí un sacerdote escuálido que magnifica ese dolor fingido. Quieren el referéndum a juro, así sea violando todo el entramado legal e institucional que rige en nuestros país sobre los eventos electorales, pero cuando se le obliga a que cumplan la normativa legal, entonces salen llorando para la OEA y desde allí no falta algún bobo que se preste convertirlos en víctimas de su propia mediocridad.
Así pues, como lo dice el conocido refrán "a Dios rogando y con el mazo dando", que significa para nuestros propósitos, que nada de indulgencia para los opositores, porque si en verdad son demócratas, entonces que lo demuestren y lo practiquen, porque de lo contrario, aquí los esperamos, en la bajadita con el mazo y con las armas de la razón para derrotarlos y hacerlos morder el polvo de la derrota. En política no se gana por el simple capricho de querer gobernar, sino porque se presenta un proyecto político, acompañado de liderazgos fuertes con capacidad para gobernar. Sabemos que en toda esa casta opositora no hay ese tipo de liderazgos para llevar las riendas del país. Esa es la verdad, allí lo único que hay es capital pero nada de cerebro.
En nuestras filas revolucionarias hay una pléyade de personas con capacidad para asumir posiciones de trabajo constructivo y Diosdado es uno de esos venezolanos para seguir consolidando el legado de Hugo Chávez. Y eso lo sabe la oposición, de allí el odio que sienten hacia él, pero eso no lo detuvo y con el mazo vino al Táchira a demostrar su liderazgo revolucionario y allí dijo sus verdades que desnudan a la derecha que no descansa en sus planes perversos de quebrantar la paz en este país.