Un Diosdado Cabello en campaña ¿Presidencial?, direccionando a las UBCH en las regiones a que lo acompañen a demostrar que tiene más fuerza y capacidad de movilización que el presidente Maduro, dos autoritarios peleando quién tiene menos autoritas y más autoritarismo, y una MUD también autoritaria y en pedazos, pitada y abucheada por opositores decepcionados por su incapacidad de conducir una alternativa democrática ante el autoritarismo gubernamental, atacándolo con menos democracia, es el cuadro que hoy pintan las cúpulas que falsamente sostienen una polarización, que ya las mayorías no apoyan.
Una toma de la Asamblea Nacional repudiada por todo el pueblo que vive dignamente de su trabajo, y una convocatoria a "rodear a Miraflores" para entregar la destitución del Presidente Maduro después de un juicio político inconstitucional que ya tiene el dictamen antes de ser realizado, que tal como me lo dice un colega y amigo, dirigente medio de la MUD, podría conducirlos a Miraflores caminando sobre unos cadáveres que él no está dispuesta a generar, sin duda que coloca al gobierno y a la oposición clásica en un mismo plano, el de la violación flagrante a la Constitución, desechando al único que tiene soberanía propia y al que las cúpulas pretenden pisotear: al pueblo.
En este sentido, la convocatoria "plena como la luna llena" es a que las mayorías recobren su soberanía natural, y no se dejen conducir por liderazgos políticos que no permiten avanzar en la resolución verdadera de los problemas, entre otras cosas, porque no les interesa ya que se alimentan de la especulación financiera de nuestros bonos en Manhattan, sin importar el hambre y la miseria que produce un "desgobierno" y una "desoposición" de derechas, que han traicionado fundamentalmente a quienes han confiado en ellos en uno u otro momento.
Insurgir con un referente político y un movimiento alternativo es hoy una obligación de quienes no se identifican con las cúpulas de la componenda del "polvo cósmico y arena de playa" y del posible pacto del "borrón y cuenta nueva".
O actuamos, o seremos pisoteados y sometidos al peor de las condenas: el de la indolencia y la indignación eterna por no haber hecho lo que debíamos hacer, a pesar de saber qué y cómo.
Ojalá en algún momento, tanto el gobierno de derecha como la oposición de derecha, se permitan dialogar con la gente digna y trabajadora de este país, para salir del atolladero, dispuestos a pagar todos los que deben pagar por este desastre.