Un viejísimo apotegma reza: "Amor con hambre no dura"

"Y si lo hace es con amargura", dice a continuación el mismísimo refrán que tan eficazmente aplicó Juan Vicente Gómez.

La moneda resulta inorgánica cuando se aleja de la producción y de su correspondiente valor: Si este es el alcanzado con precios inducidos, inducido debe ser el salario en aras de mantener el equilibrio oferta-demanda.

A Gómez, la Comida y seguridad en las calles y casas lo mantuvieron estrechamente ligado al pueblo de marras, aunque, según escribieron sus enemigos políticos, esa conducta la haya sostenido con la trillada entrega petrolera, sin reconocérsele, pues, que gracias a esa "entrega concesionaria" se ejecutó las primeras acciones preindustriales de nuestro territorio.

Allí están todavía muchas de las actuales calles pavimentadas y carreteras, entre ellas, parte de la llamada trasandina[1], la carretera Valencia-Puerto Cabello. Que lo hizo para favorecer las primeras importaciones yanquis; de acuerdo, por allí salían también las primeras exportaciones de café, cacao, plumas y otros rubros no menos significativos de nuestro Comercio Exterior "poscolonial".

Traemos a colación esas cualidades "gomeras" porque son estrategias que la presente Administración Pública, sin negarle –ni mucho menos- todas sus numerosas, valiosas e innegables bondades sociales, pareciera ignorar, desconocer o pesar con la acuracidad que la coyuntura amerita.

Guiarse por unas consideraciones monetaristas, según las cuales, supuestamente, si aumenta el circulante subiría la inflación. Postergar pagos, "chiviar[2]" los pertinentes ajustes salariales, son consejas que no traen nada bueno para ninguna economía, sobre todo porque, si a ver vamos y si eso fuera cierto, EE. UU., entonces y consecuentemente estaría en bancarrota o default desde hace sus buenas décadas con una moneda lanzada a borbotones al torrente circulatorio mundial desde el año 1971.

Por esas razones, cuando llegan tales pequeños y goteadamente ajustes concedidos, ya el trabajador los debe porque ha estado comiendo fiado, empeñando hasta el alma, saliendo de sus pocos ahorros en el mejor de los casos, y , sobre todo cargado de las inevitables humillaciones que trae el hambre, tan notoria cuando vemos cómo y hasta qué grado ha llegado la subingesta nacional en la gente que ha vivido de sus modestos y pequeños ingresos de quince y último y otros de sólo el último de cada mes comercial, como es el caso de los millones de pensionados.

Recordemos que cuando el patrón monetario es el fiduciario no hay excusa alguna para ningunear dichos ajustes, lo que nos lleva a sospechar de cierta incompetencia financiera de parte de estimados burócratas en ejercicio porque la moneda resulta inorgánica cuando se aleja de la producción y su correspondiente valor: Si este es el lcanzado con los precios inducidos, inducido debe ser el salario en aras de mantener el equilibrio oferta-demanda.

 


 

[1] Trujillo, año 1923.

 

 

[2] Pagar con chivitas = calderilla menor en la moneda de níckel con patrón monetario de plata hasta bien entrado los oscuros años del Puntofijismo.

 

 

 



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Manuel C. Martínez


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