Continuemos con la idea de inculcar en la gente los principios básicos para que se retome la senda del amor hacia el prójimo y, por consiguiente, encontrar la paz en Venezuela y el mundo entero.
2. NO JURAR EL SANTO NOMBRE DE DIOS EN VANO:
La ley de Dios nos prohíbe jurar sin necesidad. Existen personas que sin más ni más lo juran sabiendo que es una mentira y/o no están dispuestas a cumplir. Es decir, las personas que sin respeto o reverencia se refieren a Dios y se atreven a pronunciar su nombre falsamente.
POSITIVO:
Debemos pronunciar el nombre de Dios con gran respeto y veneración para casos serios e importantes. Para darle gracias y ofrece nuestra actividad en bien de la comunidad, para bendecirlo, para pedirle perdón o suplicarle ayuda; pero jamás como una simple exclamación por cualquier necedad.
NEGATIVO:
Cuando no creemos en Dios, no lo alabamos y no damos el lugar que debe tener en nuestro corazón. El jurar por solo cumplir con un asunto protocolar al recibir un cargo oficial o gremial; tal cosa encarna una burla a la fe cristiana. Cuando somos idolatras, es decir que adoramos a otros ídolos más que a Él, tal podía ser el dinero y bienes materiales. Hoy en día es común ver a la gente que no respeta el nombre de Dios cuando juran en vano desempeñar con eficiencia y pulcritud las funciones inherentes a un cargo público o privado, y juran ante Dios sabiendo que miente. Cuando utilizamos el nombre de Dios con fines perversos. Cuando se manifiesta y se expresa reproches, odio o desafío al dirigirnos al prójimo. Cuando juramos sobre una mentira apelando a Dios para avalarla
3. SANTIFICAR LAS FIESTAS:
Este precepto nos hace recordar que debemos permanentemente agradecer las bondades de Dios, y la oportunidad para mejor hacerlo es asistir y oír con atención la santa misa cada domingo y no trabajar en el día del Señor, este mandato nos indica que debemos asistir a los servicios cristianos los domingos y todos aquellos otros días señalados en el calendario litúrgico como fiesta obligatoria para ser dedicada a Dios, y al estar en una ceremonia eucarística demostrar alegría y devoción.
POSITIVO:
Debemos entregarnos, al menos un día a la semana a escuchar la palabra de Dios, asistiendo a misa cada domingo y fiesta de guardar. El cumplir con este mandato nos dará paz interior y nos acercará más a Dios. Preguntémonos ¿Cuantas horas tiene una semana? La semana tiene 168 horas y Dios nos pide dediquemos una sola hora de las 168 para recordarlo con pasión y darle gracias por todo lo que tenemos, la vida, la fe, una familia, un trabajo, buena salud y todas las bendiciones que Él nos da cada día, dedicarle una hora a la semana para alabarlo, bendecirlo, glorificarlo y darle gracias es lo mínimo que podemos hacer como hijos agradecidos. Piense la cantidad de horas que en una semana se dedica a realizar actividades improductivas, ver televisión, descansar, divertirnos, salir con amigos o simplemente dedicarnos a criticar a los demás, también reflexione sobre la molestia que cuesta ser hijo agradecido con nuestro padre y nuestra madre; aquellos seres que nos han dado todo en la vida cuando pequeños.