Un miembro de la realeza española se lamentaba y decía: "si hubiésemos convocado a los patriotas de Bolívar a un diálogo y a unas elecciones regionales aún estuviéramos mandando en la América." Tenía razón el monárquico, las elecciones burguesas son un método muy eficaz para mantener la dominación imperial. No en balde los imperios exigen elecciones burguesas como requisito para certificar a un país, no es de gratis que las oligarquías del continente son tan celosas con la democracia burguesa. Aprendieron, perfeccionaron, su sistema de dominación. Aquí entre nosotros, hoy se apela al diálogo y a las elecciones burguesas como instrumentos para enterrar definitivamente al Chavismo, al Socialismo.
Da dolor, pena ajena, ver a líderes fundamentales del Chavismo chapoteando, distraídos en las arenas del diálogo y sus agregados (las elecciones regionales, el revocatorio), olvidados de la meta estratégica que nos dejó el Comandante, desentendidos del Socialismo, atrapados en la telaraña desgastada de la distracción electoral, que simula combate donde sólo hay vocinglerías de iguales.
Da dolor, pena ajena, ver a la masa henchida del espirítu chavista asistir a los actos, esperando oír instrucciones para avanzar y tener que retirarse a sus casas con la sensación de que asistió a un torneo de frases ingeniosas, de insultos, amenazas de utilería, a una pelea entre borrachitos de barrio que el próximo fin de semana volverán a abrazarse.
El diálogo no es otra cosa que una conversación para concertar, buscar consenso alrededor del entierro del Socialismo, del Chavismo, ¿quién es tan ingenuo para esperar otra cosa? El diálogo es un juego entre iguales que se ponen de acuerdo en lo que ellos llaman la paz, es decir cómo compartir la dominación capitalista. Allí el Socialismo se cambió por la excusa que siempre esgrimen los dominantes: "la paz", "la convivencia", "el consenso"; excusas, mentiras utilizadas para entregar a la Revolución. No habrá paz sin Socialismo, no habrá Soberanía sin Socialismo. Ya eso lo aprendimos con Chávez, y devolver la esperanza en el Socialismo fue su gran aporte a la causa de la humanidad.
El diálogo avanza con la ayuda de las oligarquías internacionales. La oea no está presente pero sí lo peor de aquella, los gringos. Ya se perfila la colaboración de clases, los empresarios están invitados, y los mercachifles de la fuerza de trabajo, los líderes sindicales serán llamados para conformar el piso social de la dominación capitalista.