La población esta frustrada. No existe ilación entre el llamado diálogo que mantienen las cúpulas del madurismo y la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con las necesidades de la gente. El reciente "acuerdo" firmado por las bastardas dirigencias que monopolizan el discurso político del país, no se aproximan para nada sobre las exigencias que tiene un pueblo en la calle.
Que tanto el madurismo como la MUD firmen de manera conjunta un documento, en el cual, el gobierno haya escrito, casi de manera textual, que existe la "guerra económica", o decir que hubo "fraude" en las elecciones parlamentarias por el estado Amazonas, o hasta desaparecer más de 190 mil firmantes que fueron reconocidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE), como solicitantes válidos para continuar con el siguiente paso jurídico con la finalidad de activar un posible referendo revocatorio presidencial, revela que esos "dialogantes" están de espaldas con la sociedad venezolana.
Ante ello, ¿es posible firmar un acuerdo cuando en el habla de sus protagonistas no existen las palabras: inflación, pobreza, hambre, quiebra de los servicios públicos, destrucción del sistema de salud, prostitución educativa, delincuencia, asesinatos, corrupción, presos políticos y anomia? ¿Dónde está el pensamiento de estos ilusos políticos, quienes sueñan que la "paz" se orienta por lo que ellos digan en sus cúpulas, como si fuéramos borregos, cuando nuestra realidad social nos está empujando por una nefasta destrucción del tejido social, motorizada por la impunidad en el sistema judicial? ¿Acaso piensan tanto las cúpulas del madurismo como de la MUD que es posible sobrevivir con míseros salarios, mientras voceros de un gobierno que se hace llamar "socialista", dice que los productos que vayan llegando hasta los anaqueles serán vendidos con precios internacionales, es decir, dolarizados? ¿Cómo se piensa reactivar la producción nacional con una economía postrada en todos sus indicadores y una industria paralizada en sus diferentes espacios?
¿Cómo explicar que ambas partes hablen de un acuerdo sobre el diferendo que mantenemos con Guyana, cuya praxis es un territorio despojado hace más de un siglo, que en nada nos afecta en este parte de la historia en lo económico y menos en nuestra soberanía, mientras se omite la explotación minera e irracional sobre el mal llamado arco minero por parte de transnacionales extranjeras, el cual nos afecta no sólo con nuestros recursos económicos sino naturales? ¿Será que allí existe un pacto entre cúpulas sobre el cómo repartirse nuestras riquezas, violando derechos ancestrales y ambientales, demostrando ambos grupos sus políticas coincidentes sobre el capitalismo y neoliberalismo salvaje?
¿Es posible salir de una crisis, cuando los órganos del Estado, eliminan no sólo los procesos para un eventual referendo revocatorio, sino que otras salidas electorales se entorpecen sin dilaciones, incluyendo el atraso de constitucionales elecciones regionales, sólo porque un eventual resultado de éstas, pudiera ser desfavorable para el poder presidencial? ¿Cómo llamar a un gobierno quien a través de sus tentáculos en el "Estado" disfraza sus intereses políticos – partidistas por encima del bienestar nacional?
En el medio de esta catástrofe el país reclama una dirigencia que tenga clara las exigencias y penurias del pueblo. No puede avanzar el diálogo mientras nuestros pensionados, jubilados y trabajadores reciban ingresos que ni siquiera alcanzan para comer. No puede avanzar el diálogo cuando la alimentación que reciben nuestros niños y adolescentes en las escuelas y liceos, sean unos pocos granos. No puede avanzar el diálogo cuando ambas partes omiten declarar que es mejor pagarle a los capitalistas del Wall Street que emplear esos recursos para importar los alimentos y medicinas que necesitamos. No puede avanzar el diálogo mientras sigamos siendo los benefactores petroleros de las islas del Caribe, cuando estamos viviendo la peor crisis económica de nuestra historia contemporánea. No puede avanzar el diálogo mientras tengamos un país que agoniza en sus más elementales derechos. No puede avanzar el diálogo al ver venezolanos hurgando entre la basura un mendrugo que puedan comer. Eso es barbarie. Eso es un contrasentido en el ejercicio del poder y una condena miserable de ignominia humana.
Ni el madurismo ni la MUD han comprendido la realidad neohistórica y geopolítica en esta parte del siglo XXI. Los primeros al parecer piensan que el pueblo no distingue que la muerte de Chávez dejó claro quienes son los chavistas y quienes son los traidores. Los chavistas son aquellos, quienes a pesar de la ausencia física del líder, deploran y rechazan la situación que ha generado Maduro desde el poder; aunque ello implique su salida de la presidencia de la República. Los últimos no terminan de asimilar que los resultados de las elecciones parlamentarias de 2015, no fue un triunfo de ellos, sino una derrota contra Maduro.
El diálogo de cúpulas se ha prostituido. Allí no existe esencia social, sino una esquela de pragmática política con la "bendición" de la iglesia católica, y la hipocresía de unos ex – presidentes extranjeros. Mientras todo esto ocurre, el dolar paralelo triplica en su valor al llamado Sistema Marginal de Divisas (Simadi); verbigracia, aquí el único sabotaje económico es el que está sufriendo el pueblo, mientras las cúpulas del poder viven como jerarcas. Esa es la verdad. Lo demás es prosopagnosia política.
El madurismo ha derrotado a la cúpula de la MUD en la "mesa de diálogo", pero será vencido por la crisis económica, así logren firmar los acuerdos que quieran y en las condiciones que exijan hacia sus "oponentes" (¿o nuevos aliados?) en el marco de una capitulación política. O se escucha al pueblo, o la explosión social será inevitable. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.