I
La equivocación de Chávez
Hugo Chávez se equivocó. Habían, a su alrededor otros líderes más capaces. Pero él lo eligió como su sucesor. El padre de la revolución venezolana no estaba bien de la cabeza al momento de la escogencia. Junto a él había otros preparados al bate. Diosdado Cabello, entre otros. Pero Chávez a esa hora había perdido la brújula que lo había acompañado desde que asumió el poder. Y señaló al chófer de autobús. Al hombre que no sabía hablar. Al hombre que ni siquiera se sabía si era venezolano o colombiano. Al hombre que le gustaba la salsa y el guaguancó. Y era amigo de Watusi, quien le enseñó a tocar el bongó. Ese fue el hombre elegido. Y, para confirmar la equivocación de Chávez, revolcó a un tal Henrique Capriles en las primeras elecciones que lleva a un chavista puro a la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Pero ganar una elección es una cosa. Y gobernar es otra. Por eso la oposición se alebrestó y dijo: "A este "piroco" nos lo tiramos en caldo de ñame, rapidito". En ese sentido, lanzaron, desde el mismo día en que Maduro asumió el poder, una andanada de ataques de todo tipo. Incluyeron las "famosas" guarimbas. Los meses vinieron uno tras otro, y Nicolás Maduro comenzó a golpear a la rancia derecha, a diestra y siniestra. Les salió el tiro por la culata. Mala leche o mala suerte. Nicolás Maduro salió airoso. Se fortaleció, y siguió preparándose para las batallas por venir.
I
La desesperación y la salida
No pudieron lograr su cometido en los primeros meses de gobierno. El primer año de gobierno fue duro para el Presidente. El segundo año fue más duro. La derecha puso en práctica, en conchumpancia con sectores económicos externos, aliados al imperio, una dura guerra económica, con el objetivo de hacer chillar la economía venezolana, tal como se hizo en Chile cuando gobernó Salvador Allende. Pero llegó hasta el 6 de diciembre de 2015, donde la oposición ganó la Asamblea Nacional, el 6 de diciembre de 2015. Dijeron: "En sólo seis meses Maduro está fuera de Miraflores". Falso. No pasó nada. Comenzaron a desesperarse, por un lado, y amenazar, por el otro. Marchas, amenazadas de todo tipo. Alianzas con la derecha internacional. Arrodillados ante el Secretario General de la OEA. Arrodillados ante el Departamento de Estados, de Estados Unidos. Arrodillados a cuanto mandatario de derecha se les atravesaba en el camino. Más amenazas. Más marchas. "Iremos a Miraflores y le entregaremos la carta de despido". "Marchamos a Miraflores hasta que el tirano se vaya". "No dejares la calle hasta que caiga la dictadura de Maduro". Pero nada pasó. La salida de María Corina Machado y Voluntad Popular no se concretó. Se perdieron en el laberinto de la cobardía y la traición.
III
Obligados a sentarse
Nicolás Maduro los obligó a sentarse en una mesa de diálogo. No les quedó otra. Mientras tanto, el Presidente Nicolás Maduro se apretó la correa del pantalón. Aguantó, como un hombre sabio, la andanada de ataques de todos los lados. Pero sobre todo la cruel guerra económica. Maduro viajó al exterior en la búsqueda de un consenso para bajar la producción petrolera con el objetivo de lograr precios justos. Lo tildaron de un "loquito" que nadie le iba a parar. Dijeron que habían abandonado su cargo para irse a pasear al exterior. Pero Maduro estaba en algo. Ya había estado en instalación de la mesa de diálogo. Y los resultados de las dos primeras reuniones fue una victoria para el mandatario, ya que él ha sido, desde siempre, un paladín del diálogo por la paz. Esa victoria los desesperó más aún. Se volvieron locos y hasta comenzaron a dividirse entre ellos. Paralelamente, se desato la locura con la guerra económica, con el pilar que la sostiene desde hace más de un año: el "archi famoso Dólar Today". Pero Maduro, es un guerrero de cuarta generación. Está más duro que nunca. No contaban con su astucia, como podría haber dicho el Chapulín Colorado.
IV
¡Golpe fulminante!
Los resultados del "vago", del "pobre chófer de autobús", del "nacionalidad indefinida", del "mal hablado", ese que amenazan cada momento desde las bocas de sapos, él mismo que abandonó el poder para irse a viajar al exterior para hablar paja, ese mismo, les ha propinado un tremendo golpe fulminante a la derecha traidora. La dejó loca de perinola. El esfuerzo del Presidente Nicolás Maduro, desde hace un año y medio, con su colaborador inmediato Eulogio Del Pino, ha dado su fruto. Ayer en la reunión de Viena, la OPEP decidió bajar la producción de petróleo en la búsqueda de un equilibro justo entre la demanda y los precios. El "flojo" de Miraflores fue el abanderado de una lucha por más de año y medio, junto a su colaborador inmediato en materia petrolera, Eulogio Del Pino. Nicolás Maduro fue el artífice de que productores Opep y no Opep se integraran en la defensa de los precios del crudo. Y lo logró, junto a otros. Pero él siempre fue la punta de lanza. Y ahora… ¿quién podrá defendernos? Es el llanto de los dirigentes payasos de la derecha. ¿Será Trump? "Estamos preparando maletas para una vez que asuma el coroto, iremos a arrodillarnos ante él, para pedirle que nos ayude a derrocar al "tirano por la vía que sea, si es por la invasión más que mejor". Pero el hijo político de Hugo Chávez se las sabe todas. Y a pesar de que está "solo y débil" no se irá, todo lo contrario. Seguirá gobernando hasta el 2018 y mucho más, si el pueblo lo desea… ¡VENCEREMOS!