Domingo Alberto Rangel Bourgoin, otro venezolano con tabaco en la vejiga (1/3)

La expresión: "Con tabaco en la vejiga" en los llanos venezolanos se entiende: Un hombre fuerte, valiente, arrojado, e impetuoso

Domingo Alberto Rangel Bourgoin nace en la población de Tovar, estado Mérida, Venezuela, el 17 de mayo de 1923. Y muere en la ciudad de Caracas el 23 de septiembre de 2012. Rangel Bourgoin fue político, escritor, abogado, economista, profesor universitario y periodista. Los libros de su autoría suman más de setenta. Entre los que destacan por sus análisis y conceptos los siguientes: "Capital y Desarrollo", "La Venezuela Agraria", "El Rey Petróleo" y "La Oligarquía del dinero" Escribió páginas emotivas de su terruño natal con el recuerdo imborrable de los personajes de su niñez. Su amor por el pueblo de Tovar queda en la novela "Domingo de Resurrección", "La Canción del Recuerdo" y en el relato de algunos personajes tovareños, o la novela inspirada en su familia materna; los Bourgoin "Amores bajo la Sierra Nevada" "Los Andinos en el Poder" y la complementa con "Gómez, el amo del poder", cual recibió el elogio personal del escritor y político Arturo Uslar Pietri al considerarla mejor que la referencia histórica de Gómez escrita por él. Y no puede faltar ser señalada su brillante obra "Cipriano Castro, semblanza de un patriota".

Se graduó de abogado, profesión que nunca ejerció. Fue economista de aquilatados méritos. Como militante de Acción Democrática, fue el tribuno que desde la Asamblea Constituyente de1946 y el Congreso fustigó a la oligarquía, al imperialismo, y denunció cuanta injusticia o violación de los derechos humanos ocurría en el ámbito nacional, aquella vehemente defensa de los asesinados por el gobierno provocó que un copeyano lo llamara "Jurunga muertos" aquel socialcristiano burlón era el también andino Edecio La Riva Araujo. Luego del golpe de Estado que destituyó al Presidente Gallegos en 1948, Domingo Alberto estuvo preso por varios años, hasta que salió desterrado a Bolivia, donde fue acogido como asesor de la Revolución que se iniciaba en esa República hermana, ella encabezada por el político abogado Ángel Víctor Paz Estensoro. Pasó a Colombia para intentar el ingreso clandestino a Venezuela, pero cae preso por delación de un traidor amigo de él, encargado del traslado desde Bogotá y el cruce de la frontera. Permanece otros años en la cárcel colombiana y es desterrado a Costa Rica, donde se encuentra con el jefe de los adecos de Venezuela, el bachiller Rómulo Betancourt, protegido por su compadre José Figueres; Presidente de la República.

La cercanía con Betancourt durante los años del exilio, permite a Domingo Alberto descubrir las verdaderas intenciones políticas de Rómulo en caso de su regreso al gobierno en Venezuela, ese propósito era el traicionar al programa antiimperialista de su partido Acción Democrática, y también combatir cualquier acción política de los comunistas venezolanos, ello, acordado en el pacto de Washington D.C. hecho público en Nueva York a finales de 1957 y confirmado en Venezuela bajo lo que ahora se denominó el "Pacto de Punto Fijo" Una vez ganada por Betancourt las elecciones de 1958 y tomar posesión del Poder Ejecutivo de Venezuela, puso en práctica su traición a su partido y al pueblo todo de Venezuela, lo que condujo a la primera división de Acción Democrática en 1960, surgiendo de allí el partido Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR. Betancourt admiraba la enérgica oratoria del joven andino y esto le permite en 1959 ser uno de los diputados más jóvenes de aquella naciente democracia. Domingo Alberto como dirigente del MIR combina la política, el periodismo, la docencia y la investigación, y comienza a publicar sus libros sobre historia venezolana contemporánea, uno de los más exitosos fue Los andinos en el poder, basado en aquellos años de la primera mitad del siglo XX venezolano. Domingo Alberto Rangel fue un activista de izquierda de toda la vida, cuya tendencia defendía con un fecundo y polémico diálogo. Domingo Alberto frecuentó personajes como Fidel Castro y Ernesto Guevara, manteniendo relaciones con todos los movimientos insurgentes de la región.



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José M. Ameliach N.


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