Termina otro año, las conciencias humanas de algunos hacen sus evaluaciones, resúmenes que dan con el inventario anual, quizá para saber cuánto bien han hecho, cuantas fallas obtuvieron, que en fin y al acabo nada ayudan, pues, seguirán multiplicando sus errores en tanto arrogancias e ineptitudes afloran sus naturales formas de vidas. Termina otro año y, la sociedad a pesar de una Paz victoriosa conquistada por el gobierno bolivariano, sigue nadando en aguas convulsas.
Muchos fueron los momentos en el que vivimos forjando la resistencia, sin temor salimos del túnel inhumano construido e impuesto por los sátrapas de la contrarrevolución, como si eso diera prosperidad para el país, sin querer asumir que somos el vórtice de un sueño esperado por más de 200 años consumándose sin apegos a invasiones e injerencias. Somos una nación de paz, vaya que sí lo somos, tolerantes, respetuosos aun con exacerbadas pruebas de pérdidas no solo de valores, como llaman muchos, sino más bien de estudio, de sentido común para con nuestra propia cultura, aferrarse a nuestra identidad, aceptando mas las actitudes foráneas, las contradicciones de clases, el embargo ideológico que nuestras raíces históricas.
Dije, somos un país de paz, tolerante, que nada hacemos cuando vemos nuestros logros sociales en peligro, cuando vemos como nuestros alimentos obtienen inescrupulosamente precios exorbitantes sin ningún control y respeto para el consumidor, la propiedad privada por vez primera nada a sus anchas en aguas profundas apuñaleando al pueblo sin hacer mayor esfuerzos conjuntos para controlar y resolver con claridad los entuertos. Juega con la moneda haciendo burla de la crisis inducida, sin darse cuenta como demostramos una vez más que somos hijos de héroes humanos, de libertadores y de revolucionarios.
Creo, que a pesar de todo, es hora de ponerles el cascabel a los perros. Recuerdo que en los años noventa, cuando el precio del transporte urbano era de 2 bolívares para los estudiantes y lo aumentaron a 5 bolívares (para asesinar al pueblo, como siempre hipnotizados por el Zuleta) los estudiantes consientes asumieron verdaderas luchas sociales reivindicativas, tomaron calles y avenidas y hasta drásticas acciones. Eran tiempos de la decadencia adeca-copeyana, y los transportistas, a pesar de ser manipulados y explotados por sus propios dueños, es decir, el mismo gobierno necrofilico, tomaban acciones a favor de su clase, ahora en tiempos de paz, ellos, los fulanos transportistas adecos-copeyanos, incluso aquellos que han sido beneficiados por el gobierno de izquierda con autos, busetas, créditos, desmembran al pueblo con sus aumentos propasados, quién les pone el cascabel? No creo que por ahora el poder popular asuma el control a tan garbosa cruzada, sino mas bien, veo la salida desde una posición lógica, necesaria desde el plano gubernamental (sí, acompañados del poder popular), políticas que hagan respetar nuestros derechos y deberes, establecidos en las propias leyes, sancionando y castigando a quienes hacen lo que les da la gana con el precio de los pasajes. Pobre pueblo!
He visto con cautela debates cibernéticos, sobre el tema en cuestión. He leído y conversado con personas que han hecho intentos o amagues de profundizar el tema con miras a soluciones, sin embargo no concretan acciones revolucionarias, se carcomen con temor sin asumir sangres irreverentes, deslastrarse de sus pertenencias, hasta de la vida misma, por alcanzar ese fin tan anhelado por campesinos y usuarios de la ciudad, pagar un justo pasaje, que les haga satisfacer sus gastos e inversiones, pues como hemos escuchado en las calles, para qué entonces el Presidente Maduro aumenta los salarios si los sinvergüenzas e inhumanos aumentan igual pasajes, comidas y demás servicios?
Fueron más de cinco veces las dignificaciones salariales que firmó Nicolás Maduro en tan solo un año, a pesar de saboteos, disparos contra la economía nacional, acaparando alimentos, restricciones de producción, desestabilizaciones sociales, aun con todo eso y más, nos mantuvimos a la altura de nuestras luchas, a pesar de acciones fraudulentas y violentas por parte de la llamada oposición venezolana, con gestos seudo políticos aupados por una injerencia gringa, financiada por el Pentágono, y que aquí, aguas abajo, con ignorancia de causa solo se limitan a decir babosadas, quienes aumentan los pasajes del transporte, solo dicen "todo está caro", con mala creatividad y sin argumentos esgriman vituperios y contestas contra los usuarios y usuarias del transporte público y extra urbana. Ofrecen un pésimo servicio, vejan a nuestros abuelos, y siguen a mansalva elevando los precios del pasaje. Que dolor para los estudiantes y trabajadores que viajan a Barquisimeto a diario o semanal!
Termina otro año, como diría nuestro recordado maestro Hermes Chávez Crespo, estamos llegando al llegadero, es hora de volver a los tiempos de Chávez, quienes amamos a la patria, la paz con conciencia, a nuestros hijos, hijas y a la alegría, debemos estar resueltos para consolidar la Revolución, es de vida o muerte, ya la historia lo proyectó. El pueblo ha sido sabio y paciente, pero ese pueblo pacífico y chavista, también fue el protagonista del 27 de febrero 1989, también fue el padre del 6 de Diciembre del 1998, también fue el soldado del 13 de abril de 2002. Pongámosle el cascabel a los perros.