Y el pueblo salió a las calles, el verdadero y real pueblo, consciente de la realidad política, económica y social de la patria, conociendo y entendiendo el significado de lo que será la aprobación digna y necesaria de la asamblea nacional constituyente y su resultado final en la Carta Magna.
Más de diez mil patriotas revolucionarios retomaron las calles en un grito de paz, levantando sus banderas venezolanas en su estricto orden y forma histórica, no volteada, rayada, ensuciada ni menos cortada, sino altiva y con un hermoso respeto por nuestros símbolos patrios. El pueblo salió a las calles con sus cantos necesarios, humanos y tradicionales, un verdadero sunami de corazones nacionalistas, marchando con un objetivo claro y sin contradicciones, seguir el ejemplo de los libertadores de la centuria pasada, seguir el legado del Comandante Chávez, profundizar la alegría y hacer de una vez por todas irreversible el proceso revolucionario que no es otra cosa que consolidar la soberanía y la independencia de nuestro pueblo.
La marcha de la Paz y la Constituyente, la llamaban unos. La gran toma por la alegría y el amor, le llamaban otros. Sin duda alguna que fue una verdadera fiesta de la unidad y la fraternidad, sin mezquindades, sin odios, sin ningún espíritu de violencia donde se vislumbrara algún saqueo, destrozos, quemas a la naturaleza, o sencillamente asesinando semejantes, en lo absoluto, toda una demostración de afectos, con los cantos de Ali Primera, Don Pio Alvarado, con poetas que brindaron sus versos de amor y paz junto a marchantes y personas que aunque apostados a las puertas de sus casas, comercios, paradas de transportes y otros espacios, se unían a la festividad con aplausos, sonrisas, puños en alto, voces de alientos, canciones por la unidad revolucionaria.
Si me preguntaran cuál fue el punto más llamativo de este extraordinario encuentro popular, diría que la organización espontanea y cívica. Con la mínima orientación de algunos compañeros, el pueblo se aglutino en gremios, colectivos, organizaciones, militares, educativos, culturales, con una mística amorosa, donde se expresaron los sentimientos de solidaridad, altruismo, con fervientes emociones que colmaron calles y avenidas en la ciudad de Carora, con una sola misión, La Constituyente en medio de un clamor por la paz.
Por un lado militares y educadores, exaltando sus colores, sus consignas, banderas, y de la misma manera los cultores, cantores, poetas, muñequeras, artesanos y pintores, gente de teatro, todos y todas al ritmo de la alegría se sumaban al festín. Valla de qué manera, profesionalismo y disciplina se mostraron los músicos del Movimiento Cultural la Guzmana, que junto a los Golperos de los Arangues y el trovador Iginio Montero, el Gabán de la Otra Banda, improvisaron bellos canticos y versos alusivos a la Constituyente, acompañados por el Diputado revolucionario Julio Chávez, quien como devoto de San Antonio y amante de la cultura popular, estuvo siempre al lado de los cultores, elevando consignas y cantos.
Creo que quien conoce de encuestas visuales, o sea, conoce y olfatea sobre apoyos políticos desde las tomas de calles, concluye fácilmente cuales son los posibles resultados en las venideras elecciones, tanto para las del proceso consultivo de la constituyente, como las de alcaldes, gobernadores y presidenciales. Ya lo dije en pasados artículos, la gente sabe quiénes son los malos de la película. Vaya que triste, desde aquellas palabras ya publicadas, hasta hoy son más los fallecidos por manos asesinas de la ultra derecha extrema y alocada. No me vengan a decir que los muertos de la derecha saboteadora y terrorista son víctimas de la izquierda, porque convicto y confesos están los culpables. Ah! El guardia nacional de la Carlota? Aja, pregunto yo, será chavista, revolucionario y de izquierda un guardia nacional que no acata órdenes superiores, más aun presidenciales? No será comprado este funcionario por las mas escrupulosas organizaciones de la Cia enclavada en el este de la ciudad de Caracas? Ya tendremos los resultados de las investigaciones y sacaremos nuestras conclusiones, en tanto el funcionario que irrespetuosa e inhumanamente disparo contra el protestante (nada pacifico), está tras las rejas y se le ha aperturado su expediente.
Las acciones violentas seguirán y serán aun más extremas, la disociación sicótica y valentonada de la seudo oposición no tiene tregua ni limites. No toleraran la victoria democrática y popular de la Constituyente. Jamás perdonaran a este pueblo la profunda y alta resistencia en la hecatombe impuesta con la guerra económica. Nunca llegaran a entender, que Venezuela se canso de cuatro siglos y más de opresión y decidió sembrar el sol con el alba de la humanidad. La Revolución Bolivariana es el resultado de siglos con patriotas traicionados. Es el momento histórico ejemplar, aun sin sangre derramada en una guerra fratricida. Ojo, el pueblo volvió a sus calles en son de paz, sabiéndose mayoría. Pero como dijo Silvio Rodríguez "la guerra era la paz del futuro".