Estamos en Venezuela, la hermosa y jovial nación de libertadores. Siguen las movilizaciones apátridas con fines meramente interesados, más aun, con planes orquestados y planificados desde los laboratorios del terror, las salas oscuras de las tareas más atroces que sesgan la paz de quienes creen en una nación productiva y emprendedora. Siguen los conatos e intentos de la derecha, en manipular a imberbes, incultos, ignorantes, para salir cual carne de cañón, a buscar los muertos, sin importar las vidas de seres inocentes, niños, jóvenes y adultos. Total, lo que importa es la invasión gringa para acabar con este "maldito régimen" que no le permite a los terroristas hacer dinero, no les permite viajar, disfrutar de sus dólares ganados en disturbios y saqueos y embriagarse en los restaurantes y hoteles más lujosos como lo hacían antes de la llegada de Hugo Chávez y el pueblo a Miraflores.
Si yo fuera opositor, actuaria normal ante mi sociedad, no la que vive en Carora o en puebluchos de harapos y lodos, en mi sociedad, ésa que el gobierno castro-comunista vilipendia y veja como si no tuviese derecho a pisar a cuanto campesino y albañil se me atraviese.
Si yo fuera opositor, cambiaria las cosas de este mi país, el país que sueño con discotecas para que la diversión no pare y pueda ingerir lo que me dé la gana, sin pedirle permiso a mis padres, ellos se que me apoyarían.
Si yo fuera opositor, lucharía pacíficamente como lo hacen mis compañeros y amiguis de la Uni, encapuchados para resguardar la integridad, en tanto su seguridad se ve en peligro cada vez que se queman arboles, casas ajenas, instituciones públicas y privadas y demás inmuebles que se les apetezca. Es que el gobierno no entiende que es un derecho drenar las arrecheras como sea.
Si yo fuera opositor, dejaría de estudiar para seguir el ejemplo de mis padres y amigos, pasar todo el día en mi PC chateando y comunicándome con los norteamericanos o europeos, solo así sentiría mi paz espiritual y a gusto con mis pensamientos.
Si yo de verdad fuera opositor, me daría el mayor de los lujos, conocería las maravillas de Miami o España, no los museos ni monumentos históricos, nada de conocer obras de artes ni teatros, sino los casinos más emblemáticos y por qué no, las casas de citas para sentirme mayor y libre.
Si yo fuera opositor, me sumaria a desmantelar oficinas y sedes del gobierno chavista, para formar parte de mi casta heroica, quienes buscan a fuerza de buenos pagos, salir del régimen madurista.
Sobre todas las cosas, si fuera opositor, aprovecharía las colas para insultar a esos trasnochados socialistas, chavistas con esperanzas truncadas, expresarles lo bien que se come en mi casa, la sana y nutritiva alimentación que me brinda el poder adquisitivo que tengo, y me burlaría de ellos para que vean que aunque el gobierno no tiene culpa de la desestabilización y crisis económicas, se las crean, pues, yo y mi clase social sabemos más que esos coleros.
Si yo fuera opositor, le pagaría el triple de lo que actualmente cobran los bachaqueros, esos hipnotizados seres de barrios, para así mantener en zozobra esta historia social que vive Venezuela, y nosotros los opositores seguir jugando a la ansiada llegada de los marines, que solo acabara con chavistas, pues nuestra sangre azul está identificada en los detectores que implementan los hermosos militares norteamericanos.
Si yo fuera opositor, escribiría la más hermosa poesía, para que solo la lean los intelectuales de los Contri Club o Colegios privados y jamás los trabajadores, obreros y estudiantes que apoyan el régimen, no se merecerían mis bellas letras.
Si yo fuera opositor, distribuiría esas fulanas cajas de los Clap solo en mi urbanización privada, de manera gratuita, y mandaría a mis sirvientas a venderlas a los barrios, total, ellos también tienen derecho a comer.
Si yo fuera opositor, Ay, si lo fuera… Pero la vida me puso el corazón en el lado izquierdo de mi pecho y unos padres que me educaron en el humanismo, en el altruismo. La poesía me enseño amar a la vida misma, por lo tanto creo en la paz del universo y en la soberanía de los pueblos, como máximos dueños de sus propios sueños. Sí, soy opositor, pero del TERRORISMO.