Se está siendo recurrente que para los meses de diciembre se orqueste planes desestabilizadores en el país, no se está guardando para este mes un mínimo de respeto por la tradición, se empieza a notar cada día altos niveles de desapego a la alegría que representaba dicho mes para los venezolanos. Si bien es cierto que fue convertido en un mes comercial, también es cierto que es, él que permite la unión o encuentro familiar. Son los niños y los ancianos que disfrutan con más entusiasmo esta fecha, los niños por los juguetes y los ancianos para alimentar el orgullo de reencontrase con hijos y nietos. Cuantos padres este año se quedaron esperando a sus familiares, mirar lo gris que están algunas casas, cuando años anteriores estas irradiaban las famosas luces navideñas es un hecho notable y de fácil comprobación. Se debe hacer un esfuerzo para rebatir este efecto no deseado hacia el mes de diciembre, la política debe dar paso al respeto y generar las condiciones del reencuentro, que tenía por fondo musical las parrandas navideñas y gaiteras. Los juguetes de los niños adosaban esa magia de inocencia que le daban color a la navidad, el reunirse para la cena, el pavo, la hallaca o pernil, los intercambios de regalos y otras tantas cosas, tienen que ser rescatada.
Hay generaciones que la historia la registra como gloriosas y otras como fatales, preguntémonos con sinceridad en donde nos enmarcamos como generación y cuáles van hacer las justificaciones que pondremos en la mesa para la rendición de tantos desaciertos en el mundo político en estos últimos meses de diciembre, por qué romper la burnabilidad de la fecha pascual. La cuestión no es hacer juicio de valores hacia el gobierno o la oposición, significa visualizar la acción política efectiva y dejar de lado el boicoteo hacia toda una población que reclama de sus políticos un poco de respeto y consideración. En este nuevo año se le debe dar paso a la sensatez y respeto a la planificación las medidas deben, antes de implementarse, ser objeto de profundos análisis y los cuerpos de asesores jugar a la verdad, dejando de lado la adulancia, que en momento sesga las decisiones de los líderes. El pueblo, pide y necesita verdaderos cambios que minimicen sus desesperanzas. Construir una Venezuela distinta con sueños de colores para este nuevo año debe ser la cosa. Felices Pascuas
