William, ayer escribiste en tu cuenta de twitter @planwac el siguiente mensaje: "Eran camaradas con el petróleo a 100, se volvieron chavistas críticos cuando bajó a 60 y opositores democráticos a 30..." #CosasDel2016
Camarada William, no sé si te estás refiriendo solo a quienes se deslindaron de Nicolás, o a todos los chavistas que hacen autocríticas a la revolución, y por ende a su presidente por el que votaron. Pero cualquiera que haya sido la intención del mensaje, creo que es una lectura muy simple de la realidad que estamos viviendo. Recuerda que hay dos millones de chavistas que se alejaron y que podrían sentirse aludidos con estas palabras, y más aún cuando, como nos alerta Julio Escalona en La Hojilla: "Nos hace falta un discurso para el chavismo que ya no está".
Según puedo observar en tu cuenta en twitter, eres una persona con muchos seguidores y tus mensajes tienen amplia ascendencia sobre la opinión pública. De tal manera camarada, considero que tenemos que evitar que malas interpretaciones conduzcan a inhibir la crítica y autocrítica necesaria que hacen nuestros líderes sociales, o voceros de los consejos comunales y consejo de trabajadores, y de todo revolucionario preocupado por la manera cómo enfrentamos al enemigo externo e interno.
William, tú sabes que sin crítica y autocrítica desde abajo podrá haber transformación, pero seguramente que no estará orientada a la satisfacción de nuestras necesidades. No podemos ocultar la lucha de clases que se libra en todos los escenarios, con mayor o menor intensidad. A pesar de muchas batallas perdidas contra los reformistas en alianza con los opositores dentro del Estado, Elías Jaua nos anima y nos cuenta que todavía existe una lucha interna dentro del Estado: "Hoy, la disputa por el horizonte no solo es con el adversario histórico, las élites oligárquicas y el imperialismo; la disputa cultural también es en el seno del proceso revolucionario. Nadie se asuste, las contradicciones de clases se dan también a lo interno...".
A las claras se puede apreciar que esta guerra la están ganando los reformistas y opositores, y los revolucionarios consideramos que la gran mayoría de los funcionarios con cargo 99 que toman las decisiones constituyen una clase política alienada o alejada de la clase trabajadora y cercana a la clase burguesa. Bueno hermano, la crítica y autocrítica van dirigidas no tanto hacia los reformistas, que a algunos pudiéramos hasta considerarlos aliados temporales si ayudan a saldar la deuda social y no nos joden tanto, sino hacia los pocos revolucionarios que sobreviven dentro del Estado burgués para que las consideren en el análisis y toma de decisiones.
Camarada, el problema no es simplemente que el precio del barril de petróleo bajó. El problema, además de la guerra económica externa y dentro del Estado, y otros obstáculos que nos impiden avanzar, es la penetración de la derecha en espacios que ya teníamos conquistados. Hace poco el camarada Eduardo Rothe escribió en su cuenta de twitter @profesorlupa lo siguiente: "En Venezuela la Revolución Cultural está infiltrada por una quinta columna con televisora y todo", y lo escribió todo en mayúscula como para que no queden dudas.
Yo no me atrevería a pensar que Eduardo Rothe hace esta crítica porque bajó el precio del petróleo. No. Más bien creo que Eduardo Rothe al igual que muchos camaradas consideran que esto le está haciendo mucho daño a la producción de la mujer y el hombre nuevo que tanto necesitamos para enfrentar la guerra económica.
Este mes Roberto Messuti, uno de los ideólogos de los contenidos de la Televisora Social TVES le concedió una entrevista al canal conspirador Globovisión y justificó con una simple frase, propia para manipular por las redes sociales, su utilidad dentro de las filas de la revolución: "No podemos pretender que a nuestros hijos los críe la televisión". Qué bolas. Como queriendo decir que la televisión que él hace no pretende formar ni deformar a las niñas y niños. Brillante respuesta para sacudirse las críticas que se hacen sobre los mensajes abiertos y mensajes ocultos que trasmite TVES a favor del capitalismo. Pero lo peor no es esa ligereza para tratar un tema tan delicado, sino que no hay nadie del alto gobierno que haya leído a Ludovico Silva que le salga al paso para llamarle la atención y echarle un parao. Saludos solidarios William.
Más artículos del autor en: