La oposición al fin dio el paso falso que le faltaba en su obsesión de salir de los chavistas. Ayer acordó en la Asamblea Nacional declarar el abandono del cargo del Presidente Nicolás Maduro Moros.
Esta decisión, en nuestra opinión, no es sólo una absurda medida bien ridícula de Borges y sus borregos de la oposición; es un reto muy evidente que ha resuelto lanzar una oposición que no da pie con bola para la toma del poder por las vías constitucionales, porque más allá de que sus dirigentes, en su inmensa mayoría abogados y, al parecer, bien asesorados por expertos constitucionalistas, están convencidos de que se trata de una medida totalmente ilegal, tienen bien claro -por otro lado- que detrás de ellos están sus amos, los yanquis que -como sabemos- por la experiencia histórica que ha vivido nuestra Latinoamérica en más de 170 años, se trata de un acto legislativo que, por más "trucho" que así sea, puede ser utilizado como argumento que exhiba ante el mundo el gobierno de Washington para justificar una intervención armada en nuestro país, sobre el cual se ha dicho hasta saciedad, a través de una intensa e imparable campaña mediática internacional desde que el Comandante Hugo Chávez asumió la presidencia en 1999 por mandato del pueblo, que Venezuela padece una atroz dictadura que vulnera, sin piedad alguna, los derechos humanos de su pueblo y ha establecido una censura de prensa que no tiene parangón en la historia...
No olvidemos que a inicios de este siglo, en el 2002, estos mismos yanquis invadieron a Iraq con el argumento falso de toda falsedad, como se demostró pocos años después, que su gobierno tenía un arsenal de armas de destrucción masiva, las cuales su presidente, el "dictador" Sadam Hussein lo utilizaría para agredir y destruir no solamente a los Estados Unidos, sino a todo el mundo occidental y cristiano…
Por allí deben andar los tiros, de manera que hay que mantenerse en alerta máxima, no sea que nos sorprendan una madrugada de este nuevo año bombarderos gringos y tropas de asalto, como sucedió en Panamá o en Granada, para no abundar en ejemplos que ya sabemos que son muchísimos y antes de llevarse a Nicolás Maduro encadenado y amordazado para Guantánamo, destruyan el 23 de Enero, el silencio, la Pastora y buena parte de la Candelaria, por mencionar sólo esos tres espacios que bordean el Palacio de Miraflores, dejando un saldo terrorífico de muertos, heridos y media Caracas en ruinas…
Mientras tanto, hay que actuar bien rápido y dentro del marco de la Constitución Bolivariana e iniciar un juicio a los integrantes de esa Asamblea Nacional por haber decidido tal declaratoria, sin tener ningún tipo de competencia para ello, de manera de aplicarles las penas de cárcel más duras que correspondan de acuerdo con el ordenamiento penal del país, pues con esa decisión ya dieron un primer paso para un intento de golpe de Estado y eso es un delito demasiado grave…