Pero antes de entrar en el tema, leamos lo que dijo un viejo asesor de la política imperial del gobierno estadounidense, Lawrence Eagleburger, a la Fox News en 2007, palabras que nos las recordó el propio Presidente Nicolás Maduro en la oportunidad en que presentó el informe de su gestión del año 2015 a la Asamblea Nacional, exactamente el 15 de enero del pasado año: "Si en algún momento la economía comienza a ir mal, 2007, la popularidad de Chávez comenzaría a decrecer, estas son las armas que tenemos contra él y que debiéramos estar usando, es decir, las herramientas económicas para hacer que la economía venezolana empeore, de manera que la influencia del chavismo en el país y en la región se vaya a pique, todo lo que podamos hacer para que la economía venezolana se encuentre en una situación difícil, está bien hecho, pero hay que hacerlo de manera tal que no entremos en una confrontación directa contra Venezuela, si podemos evitarlo."
El señor Eagleburger (1930/2011) fue Secretario de Estado del gobierno estadounidense del viejo George H. W. Bush (1989/1993) y luego de desempeñar tan importante cargo, se mantuvo en la misma Secretaría como uno de sus más connotados consejeros en materia internacional. Es interesante señalar que su entrevistador por la Cadena Fox, el periodista David Asman, le repreguntó: "¿Cuánto de una amenaza es Chávez?" y él le contestó: "Depende de lo que entendemos por una amenaza...que podría hacer la vida difícil para nosotros en esa parte del mundo...pero al final es mucho más gas de lo que es la realidad."
De manera que más claro no canta un gallo. Hoy, sin la menor duda, nuestra Patria es víctima de una criminal guerra económica que ha desatado la oposición agrupada en la MUD, con el impulso y el mayor respaldo de Washington, la cual cada día vemos que se hace más intensa y más feroz, tal y como lo propuso ese asesor de Bush padre, con el agregado de que él en absoluto vislumbró que de ponerse en práctica una política que apunte a la destrucción de la economía venezolana podría ello generar una reacción que afecte a nuestros intereses en ese país, pues esa reacción no sería "más que un gas de lo que es en realidad".
Y no creemos que ese sujeto asesor imperial se haya equivocado, pues a la vista está que se puso en marcha esa política de agresión terrible una vez fallecido el presidente Chávez y nuestra respuesta ha sido tal cual él la pronosticó. Hemos sido demasiado pacientes e ineficientes; no hemos sido capaces de contrarrestarla; nos hemos quedado tiesos, como petrificados y hemos permitido que se nos atropelle de tal forma que nos escondieron los alimentos y los medicamentos y quienes han sido y son los directos responsables cipayos criollos de ese atroz plan desestabilizador, perfectamente identificados, nada les ha sucedido.
Se les detecta con pruebas irrefutables, como lo hemos visto en los sesudos y muy bien documentados informes de la especialista profesora de la USB, Pascualina Curcio, así como en los análisis y reflexiones periódicas que nos hace el profesor Luis Britto García, de sus maniobras en esa dirección y continúan haciéndolo, sin que ocurra nada y por ello, estamos más que seguros, se habrán reído y se sigue riendo a quijada batiente de nuestras autoridades que lo único que escuchan de ellas son amenazas de la toma de sus industrias para colocarlas al servicio del pueblo y todo se queda en veremos, se dispersan en el aire las palabras gubernamentales como lo hace ese gas al que aludió el consultor presidencial gringo...
Hay que actuar con contundencia, de modo implacable y sin que se produzcan complacencias de ningún género, llámese como se llame quien así actúa. El plan opositor está muy claro; su objetivo es acabar con la Revolución Bolivariana y nada más; esa gente no tendrá retroceso alguno. Tomemos nota que Obama, ya a pocos días de irse de la Casa Blanca y por tercera vez ratifica su decreto de declarar a nuestro país una amenaza inusual y extraordinaria a los EE. UU. y esa medida hace parte del plan en una escala superior que nada de extraño ocurra se lo ponga en práctica, pues la experiencia histórica de Nuestramércica así nos lo indica. de manera que nos preguntamos:
¿Qué estamos esperando para profundizar el proceso de la Revolución por la vía de darle un vuelco de ciento ochenta grados a la política económica del país, nacionalizando y entregando a la clase trabajadora organizada del país todas aquellas corporaciones industriales que producen y distribuyen alimentos, medicamentos y bienes esenciales que han venido haciendo parte de ese siniestro plan conspirativo, así como a todas aquellas palancas financieras que les han dado el soporte requerido para el éxito que han tenido hasta la fecha de dejar a todo un pueblo pasando mil penurias para adquirir dichos bienes?
Desde nuestra óptica, no creemos que de seguir este statu quo en el tema económico del país sin cambio radical alguno, el país pueda salir de este atolladero generado y apuntalado por el imperialismo yanqui que se niega a perder las prerrogativas históricas en nuestro país que mantuvo por casi cien años, desde que Vicente Gómez se hizo del poder con su apoyo total, traicionando a su entrañable amigo y compadre, Cipriano Castro, en diciembre de 1908…