El milagro de Maduro en 2016

El presidente Maduro en su rendición de cuenta ante el TSJ, de manera inconstitucional, nos habló de un milagro en 2016, después de habernos restregado en la cara una de las acciones económicas más cínicas que gobierno alguno haya hecho en la historia del mundo.

Nos narró con dramatismo el presidente Maduro que en 2016 sólo ingresaron 5.291 millones de dólares: "El año pasado nos defendimos con 5.291 millones de dólares y no cerramos una escuela, una universidad, no botamos un trabajador, seguimos construyendo viviendas", dijo Maduro en su mensaje anual. "Milagro de Dios, milagro de la revolución, milagro del pueblo".

Es importante recordar que en el 2015, ingresaron a las arcas de la nación 13.323 millones de dólares. En el 2008, con un precio récord del crudo de más de 140 dólares por barril, el país recibió unos 48.000 millones de dólares. Para mayor referencia, es importante saber que el país requiere para importar alimentos y medicamentos en condiciones regulares unos 17 mil millones de dólares, exactamente lo mismo que el Presidente Maduro reconoce que pagó por concepto de deuda externa en 2016.

¿Qué significa esto? Significa que Maduro en el 2016, a costa del hambre del pueblo venezolano y de la mengua por insuficiencia de medicamentos, y sobre los cadáveres de quienes murieron por falta de tratamientos básicos para enfermedades crónicas, decidió entregar el dinero de todos los venezolanos a sus acreedores. 17 mil millones de dólares que hubiesen significado que los venezolanos no estuvieron recogiendo comida de la basura y mendigando medicamentos, fueron entregados sin el menor intento de renegociar o establecer una moratoria por auditoria de esos recursos.

Solo menos del 30% de lo que necesitábamos fue lo que Maduro y su equipo de gobierno permitió que los venezolanos pudiesen disponer, lo que causó la escasez y el desabastecimiento más brutal vivido en el país, comparable al de la situación de un país en guerra, pero no la estúpida "guerra económica" de la que habla irresponsablemente el gobierno, sino la guerra de los saqueadores de una parte de la burocracia y de una parte del capital contra el pueblo venezolanos.

El milagro de Maduro fue haber robado el valor de la fuerza de trabajo de los venezolanos, que al llegar él promediaba 250$ de salario mínimo, para pasar hoy sólo 30$ si incluimos los tiques de alimentación. El milagro es habernos robado y aún estar en el poder, con autoritarismo, acoso, persecución y con terrorismo de Estado, pero la violación de derechos humanos no prescribe.



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Nícmer Evans

Director de Visor 360 Consultores, una piedrita en el zapato, "Guerrero del Teclado", Politólogo, M.Sc. en Psicología Social.

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