Fabricio Ojeda me revolvió mis archivos de Tribuna Popular

Yo estaba tranquilo, pero emocionado, viendo como partían los restos del Comandante Roberto (Fabricio Ojeda) desde el cementerio general del Sur, hacia el Panteón Nacional. Mi corazón se aceleró un tanto al recordar tanta lucha, tanta pasión, tanta ilusión y esperanza, en fin, tanta vida... Así estuve explayado sobre un viejo sillón, hasta que las imágenes televisivas me permitieron ver a personas queridas, que, estuvieron allí. En el mismo lugar, en la misma trinchera de lucha en la década de los 60. Allí, en el amplio salón del Panteón Nacional, alcance a ver, a pesar de mis dificultades visuales, a Rufo Meneses, Mikeas Figueroa, Julio Escalona, a Fernando Soto Rojas, y a Víctor Hugo Morales, entre otros viejos camaradas que participaron en aquella titánica, pero desigual lucha, por construir un nuevo país. Un país sin exclusión donde todos nos viéramos como iguales, disfrutando de la vida. De una vida plena, sin ataduras, sin cortapisas, sin sobresaltos y sin sueños inacabados.

Quise ver en persona, a muchos más en la primera fila donde estaba José Vicente Rangel, Víctor Hugo Morales, Mikeas Figueroa, Fernando Soto Rojas, Julio Escalona, entre otros. Pero me conformé con mirarlos retratados en las páginas amarillentas de Tribuna Popular impresa en la clandestinidad, en tamaño carta, después que el régimen represivo de Rómulo Betancourt, había metido presos a los diputados del glorioso partido Comunista de Venezuela y a los del MIR. (Con el tiempo me reuniría con ellos en el séptimo piso del Hospital Militar, donde disfruté de sus compañías y de las lecturas que nos hacía Domingo Alberto Rangel sobre la guerra del Viet-Nam, contra los franceses y luego contra los yanquis. Por cierto que allí conocí a Jesús Farías, y a la madre del diputado Jesús Farías y de Carlos Farías).

Pero me pregunté: ¿Dónde estaba el Cap. Manuel Ponte Rodríguez, el Cap. Elías Manuit Camero, el Tte. Nicolás Hurtado, Omar Ramones, Augusto Leal, Jesús Osuna, Reynaldo García (mi hijo lleva ese nombre en honor a este joven guerrillero), Algiras Tomasaukas, Caricote Agredas, Livia Gouverneur, Rudes Mezones, el profesor Ramírez Labrador, José Gregorio, entre otros. ¡Carajo!, donde está el cadáver del Tte. Nicolas Hurtado, mi paisano. Estuvimos presos juntos en la isla del Burro, después que salió en libertad, a mediados de 1967, se fue a la montaña. Allí, en combate, lo mataron y lo sembraron en la oscuridad. ¿Dónde están los miles y miles de muertos y desaparecidos de la época? Ni siquiera podemos preguntarle al tenebroso jefe de la Digepol, Santos Gómez, porque está bien muerto.

La década de los 60 fue una época de sueños dorados, donde jóvenes universitarios y liceístas, juntos a jóvenes de nuestra Fuerza Armada, soñaron como soñó Fidel en la Sierra Maestra, y lo abandonaron todo por incorporarse a la lucha armada, y de calle. Donde campesinos y pescadores se unieron a la lucha, soñando con un mundo mejor... Para que mi alegría, por el acto a Fabricio Ojeda, no se estropeara, dejé a un lado a mis archivos, y volví a la realidad. Fue así como pude oír los discursos de una joven de la OBE, bella y de ideas bien puestas. Así como el discurso del nieto de Fabricio, el de José Vicente Rangel, el de Alí Rodríguez Araque, y, por último , el de Nicolás Maduro. Pero el momento que más me conmovió fue cuando Rufo Meneses, querido compañero (un poco más viejo que yo) alzó el fúsil que utilizo Fabricio Ojeda en la montaña y lo depositó en las manos de un joven, a la par que pronunció unas bellas palabras que reflejan la reciedumbre de aquellos luchadores y revolucionarios de la década de los 60 y un poco más alla.

Bien hecho, Nicolás Maduro. Ese decreto fue el más significativo de los tantos que has firmando. Pues, en el Panteón nos sentimos representados todos, toditos, quienes nos alzamos en alma, por na u otra razón, contra el puntofijismo, representado en aquel momento por Rómulo Betancourt, del mismo partido de Ramos Allup, máximo represente, para la época de los intereses del imperio estadounidense… ¡Viva Fabrico Ojeda! ¡Vivan las FALN! ¡Viva el Carupanazo! ¡Viva el Porteñazo!¡Viva Hugo Chávez! ¿Viva Nicolás Maduro! Y que vivan todos los que no pudieron vivir bajo el régimen del puntofijismo… Pero que vivirán eternamente en las mentes de los venezolanos y venezolanas… ¡Venceremos!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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