Obligaíto, obligaíto, obligaíto a sacar el carnecito

Podría ser, este título, parte de uno de esos temas que cantan a diario los jóvenes, y que se oye en la tele, en la radio y en las playas. Lo de las playas es sólo imaginación, porque tengo años que no voy, y cada tiempito que pasa se me pone más lejos ir a Playa el Agua. Uno de mis lugares favoritos, por interés personal. Nada más. Volvamos al tema. Yo he intentado sacar mi carnet de la Patria, espontáneamente. Porque a mí nadie me obliga, salvo mi esposa que se pelea conmigo para que me aleje de la computadora, ya que es la causante de dolores en el cuello. Imagínense ustedes que pasé tres días con una cosa llamada tortícolis que casi me tira para el suelo en varias oportunidades. Pero ya se cansó de joderme. Pero no he podido sacarme el bendito carnet. Yo, a estas alturas, no sé en realidad para qué me servirá. Si le hago caso a lo que dice mi Presidente, Nicolás Maduro Moros, el Presidente obrero, me servirá para salir de esta peladera que tengo, junto a los míos. Es, según él, la maravilla del siglo. Atrás quedaron los inventos de los científicos de corte imperialista, o los bregadores chinos, que empujan y empujan, sin querer queriendo, cogerse el mundo para ellos, ya que no caben en su territorio. Atrás quedó el ceño fruncido de Donald Trump, cuando le hablan de los inmigrantes, en especial si son mexicanos.

¡Carajo! Para donde me estoy yendo… obligaíto, obligaíto, o "delaíto", "delaíto". En fin, yo creía que lo de obtener el carnet de la Patria era espontáneo. Soy un creyente imbécil. No aprendo, a pesar de mis casi 80 por el buche. Ahora resulta que están obligando a Raimundo y a todo el mundo a sacarse el bendito carnet. Esto va con los empleados públicos, como se podrá imaginar: ministerios, empresas públicas, Alcaldías, Gobernaciones, Universidades y liceos públicos. ¡"Q…cosatanbuena"!, diría nuestro humorista Perucho Conde, en su época. Aquí en Venezuela, mi país, tu país, nuestro país se ha perdido la capacidad de asombro. Aquí suceden las cosas más o menos increíbles. Hay para todo y de todo.

Vaya usted, obligaíto, obligaíto, obligaíto, o "delaito", "delaito", "delaíto", a sacar su carnet de la Paria. Allí está la salvación de nuestro futuro, todo se lo debemos a los chinos. No a los chinos que están haciéndose ricos fáciles, a costillas del sufrir el venezolano y venezolana, sino de los que están allá en la propia China. Sentadidos, o delaíto, trabajando para que tengamos el carnet más fantástico del mundo. ¡Que maravilla, Dios mío! Con este invento se jodieron los de la MUD vieja, y de la MUD nueva, o como se llame el organismo que tanto han anunciado para esta semana que viene… Ver para creer. Cuidadito con el mismo paquete chileno que nos vendió la MJUD. Me despido bajo la magia creadora del chavismo, y de la oposición también… Me muero por mi carnet, y por ver cuál es el anuncio de los voceros de la oposición, el problema es que no sabemos que bando es el que se quedará con la "nueva MUD". Falta poco… ¡Se cansa uno!

Puerto Ordaz, 6 de enero de 2017.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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