Amigo, te escribo para continuar el tema que en noches pasadas platicábamos en el café. Y decidí escribirte una carta, de puño y letra, como ejercicio de escritura manual, ya que se me estaba olvidando como es escribir con mis propias mano y no a través de un teclado, ¡qué bien se siente de nuevo!.
Y sobre todo escribirte una carta, no el frio email, menos el escaso Twitter que con sus 140 caracteres nos pide que ahorremos también palabras, que paradoja, en un mundo que a diario nos exige que ahorremos energía, agua, comida, y pare de contar tantas cosas, también debemos ahorrar palabras que era lo único gratis y en abundancia que nos quedaba.
Que divino se me hace remembrar este viejo sistema de comunicarse con el que esta distante, pero también con el que está cerca y no encontramos como decir lo que si nos permite la intimidad con el papel.
Continuando con el tema sobre ¿Qué es el amor?, y ¿cómo nos cuesta decir te amo? ¿Por qué en una borrachera decimos y expresamos libremente los sentimientos, al igual que en los sueños, que no nos atrevemos hacer consientes? A un amigo y hasta un extraño, le confesamos nuestros desvelos, las angustias y alegrías de nuestro amor, pero no se lo decimos igual a la persona amada, o no se lo trasmitimos con igual franqueza.
Muchas veces creemos que amor es solo el sentimiento que nos ata a otra persona, fundamentalmente a la pareja. Cuántos nos cuesta a veces decir ¡te amo ¡ al padre o a la madre, al hijo, a un amigo, a una amiga. Le decimos: ¡te quiero!, ¡se te quiere!. De inmediato me viene a la mente la letra de esa bella canción de Manuel Alejandro: Amar y Querer, que en una de sus estrofa dice: Es que todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar…
En efecto, querer tiene un sentido más posesivo, más privativo, responde más a lo que de una u otra manera considero mío. El amar es más infinito, más solidificado, más permanente. El querer es más fluido, más circunstancial.
¿Quién sabe qué cosa es el amor?, que respuesta tan complicada. Todos creen saber pero pídeles que te lo definan en pocas palabras y desafías a todo el mundo. Por qué si todos lo sentimos o deberíamos sentirlo, no sabemos cómo responder. Simplemente, creo, porque no entra con la razón. El amor se siente, no se define, no se racionaliza.
Algunos cuestionan que la palabra amor se prostituye, pierde sentido, cuando saludamos a todos con un: ¡Amor, ¿Cómo estás?! Yo pienso que lo triste no es eso, sino que no lo decimos con sinceridad, es simplemente el sustituto, de tu nombre, en vez de decir: hola Pedro, ¿cómo estás? El amor requiere de una práctica permanente, si no se ejercita se muere. Cuando se ama no hay límites, no hay obstáculos, no hay egoísmo. El amor no puede ser a medias, se ama o no se ama, no te puedo amar más o menos o regular, se ama mucho o poco pero se ama.
Te conozco, a lo mejor estarás pensando que soy "El último Romántico", como el titulo de esa hermosa canción de Nicola di Bari. Bueno así será. No me da pena hablar de estos temas, aunque me llamen cursi. Aunque ya pocos obsequian una flor, y menos van a las plazas a ver besarse a las palomas y algunos ni se toman de la mano, ni se ven a la cara, salvo que sea por la fría pantalla del computador.
Hoy que la vulgaridad y chabacanería abundan, y escuchamos letras y que de canciones-así se atreven llamar a eso- donde solo hablan de sexo, donde no hay ninguna sensualidad, se ofende a las mujeres colocándolas como simple objeto sexual. Comparto plenamente con la letra de una canción de Olga Tañon que dice: "el amor no es puro sexo, el amor no es puro gozo".
Hoy estamos frente a los que algunos han llamado Modernidad Liquidad, Era del Vacio, donde prima el más feroz individualismo y el hedonismo. Mientras se exacerba lo programático, lo efímero, nuevamente se decreta la muerte del sentimentalismo, de los poetas.
Pero recuerda no es la primera vez que "asesinan a los poetas", los han intentado liquidar muchas veces. Entre esos algunos engreídos intelectuales y académicos, que se creen poseedores únicos de la palabra y la razón. Pero no pudieron. Son resistentes los poetas, por la simple razón de que el amor es resistente y no muere. Y si no por qué algunos o muchos aun disfrutamos escuchando una balada, leyendo a un poeta, o una novela romántica? A pesar de todo la gente se sigue enamorando.
Por qué a pesar de los sofisticados y avanzados medios tecnológicos, aun a muchos nos gusta oír, sentir, ver a los ojos, tocar a una persona, en vez del computador. Olvídate, por las redes te informas o te conectas, pero por las redes no se ama. Por eso siempre les digo, no me manden un email ni un mensaje por el Twitter, denme un beso, un abrazo, tomate una copa conmigo, cantemos y compartamos una torta de cumpleaños. Últimamente en mis aniversarios han aumentado las felicitaciones por email, pero cada vez lo celebro con menos gente en la mesa y cantando el cumpleaños.
El amor no se lleva con la soledad. La soledad es una huida momentánea para reflexionar, pero hay que volver. El computador nos puede servir para la presentación y el insistir, pero no hace el trabajo del amor, y que me perdonen los amantes virtuales, pero tarde temprano tiene que haber cuerpo: cara a cara, ojos a ojos, rozar pieles.
Pero a pesar de todo esto, el Amor renace, nos toca, nos mueve, nos estremece. Aunque suene cursi, Ud. puede tener salud y dinero pero si no hay amor no es feliz. Cuánta poesía, cuánta música, cuantas novelas, cuantos despechos y sin sabores, cuantas familias, cuántas depresiones, suicidios, cuántas alegría y emociones, todos y todas en su nombre.
Cuantas enfermedades los médicos no consiguen explicar. Y al final todo se lo atribuyen al stress, y resulta que muchos casos son padecimientos propios del Amor. El amor puede ser para algunos una enfermedad que no tiene cura. Pero que divina es padecerla. Que viva el amor, que vivan los poetas y buenos cantores, para que sigan diciendo aquello que a veces nos cuesta decir a nosotros.