Recordar el estilo de vida miserable, excluyente y, por supuesto, sanguinario impuesto por los desgobiernos de la Cuarta República, nos hace pensar qué sería de esta Patria sino hubiésemos tenido por un breve espacio de tiempo el consejo alentador y guía del Comandante Chávez.
Imaginemos dónde estarían todos esos hombres, mujeres y niños que semana tras semana en Revolución cada jueves han recibido las llaves de un techo digno al que pueden llamar hogar gracias a la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Estoy casi seguro que la orilla de una quebrada o la falda de cualquier cerro, ese sería el único referente para ellos de lo que significaría "tener algo propio". Ahora han sido visibilizados todos aquellos excluidos y reivindicados sus derechos.
La reciente entrega de vivienda en el estado Bolívar junto al ministro Manuel Quevedo y el gobernador Francisco Rangel Gómez es una prueba inequívoca de que esta Revolución es la única garantía de que, como hasta ahora, las cosas se continúen haciendo bien.
Chávez nos enseñó a trabajar como equipo. Aquí no hay espacios para las dudas, estamos comprometidos para hacer realidad el sueño de muchas otras familias, porque trabajamos con vocación humanista para un pueblo de primera.
El incesante mercado capitalista burgués no da tregua a las aspiraciones de la familia venezolana, quien se desangra primero antes de ocupar un inmueble. Solo un gobierno bolivariano, socialista y antiimperialista es capaz de ofrecer las mejores condiciones de pago a tasas preferenciales. Lo que para las mafias inmobiliarias del país representa una pérdida, para nosotros es una forma de saldar la deuda social heredada de los "verdes y blancos" que entregaron a Venezuela en las décadas pasadas y que tienen la desfachatez de querer volver.
Junto al presidente Nicolás Maduro, hijo de Chávez y heredero del legado revolucionario, seguiremos construyendo la patria de Bolívar como dignos guerreros de la Luz. ¡Ese camino no será fácil!
Cada día asumiendo nuevos retos y desafíos. Por el bienestar de los patriotas profundizaremos próximas acciones que sigan garantizando mejores condiciones de vida para todos, porque el pueblo lo merece, es su derecho.
¡Accionaremos! Pero también iremos con fe creyendo en los milagros. Porque creyendo empiezan a suceder. Teniendo la certeza de que los pensamientos pueden cambiar la vida, como en un momento de la historia política venezolana Chávez cambió la nuestra, cuando irrumpió como un haz de luz hace más de una década para quedarse y encontrar el amor del pueblo; más que amor, frenesí. Cuando lo extraordinario se hace cotidiano, estamos en Revolución. ¡Viviremos y venceremos!