Averiguar o actualizar la concepción del valor de las mercancías, de su valor de cambio, es algo que no preocupa al teórico capitalista ni a sus economistas permanentemente vulgarizados y metidos de lleno en una Teoría Económica obsoleta.
No hay duda de que la división del trabajo, tan bien interpretada por Adam Smith, fue un reconocimiento inquebrantable de que el valor tiene su fuente en la mano de obra. Los medios de producción son sólo coadyuvantes en materia de productividad laboral.
Sin embargo, la fantasía económica inspiradas por las innovaciones tecnológicas que brillaron durante los siglos XVIII-XX como consecuencia del uso del carbón como energético, de la máquina de vapor, del petróleo, de las rolineras, los cardanes y otras innovaciones en materia de medios de producción, ha estado dominando el pensamiento económico de toda la apología burguesa en materia de la verdadera fuente de la productividad y de las ganancias capitalistas.
Las crisis económicas que resultan inevitables en el modo de producción capitalista han sido asimiladas como algo inevitable. Los desequilibrios económicos entre la oferta y la demanda, entre los volúmenes de oferta sin poder de compra por parte de la población, han pretendido subsanarla con reducciones del empleo de mano de obra y medios de producción de tal manera que lo que se ha hecho es aumentar los ingentes núcleos de desempleados, los cordones de miseria aun en los barrios y ciudades de los mismos países "altamente industrializados"-léase mecanizados-por la vía capitalista, o sea, unas crisis que perjudican a toda la sociedad, pero en cuya solución entran los capitalistas para salvar sólo su capital.
Como ya venimos denunciando, los capitalistas buscan resolver las crisis económicas com más maquinarias con cargo de la mano de obra viva, pero tercamente no asimilan la Teoría Económica más actualizada a la fecha como lo es la Teoría Económica Capitalista elaborada por Carlos Marx, conocida como El Capital. En su favor, podemos pensar que le huyen al desarrollo de las fuerzas productivas ya que en esa teoría Económica marxiana queda determinado que cuando las relaciones sociales obrero-patronales terminen de desarrollarse como efecto el propio desarrollo de las fuerzas productivas en general con inclusión del proletariado, sobrevendrían cambios radicales en el modo de producir y distribuir los bienes.
Las crisis que el desarrollo capitalista de la técnica que provoca una baja en la tasa de ganancia pretenden compensarla con la venta a precios de producción o del mercado libre, de esa manera estabilizan transitoriamente la economía y con ello la estacionan en su incapacidad para vender al valor al mejor estilo recomendado por el La Teoría Económica Burguesa o El Capital de Carlos Marx. De allí su desactualización en materia económica.