Ciertamente
algunos estudiosos o expertos en la ciencia social, sobre todo la
política, han hecho o hacen uso de sinónimos en términos para
identificar categorías o conceptos que se diferencian entre sí. Hasta
cierto nivel histórico eso no causa mayor inconveniente, pero no se
tenga duda que traspasar esa raya se convierte en una fuente de graves
errores y engañifas a la opinión pública y al conocimiento verdadero de
las cosas.
A los términos “invasión” y “conflicto” teniendo como método la acción militar es análogo a los términos “judío” y “sionismo” o “antiimperialismo” y “socialismo”.
Expliquemos
para que no nos quede duda alguna de por medio: no todo judío es
sionista, pero todo sionista es judío. No todo antiimperialista es
socialista, pero todo socialista es antiimperialista. ¿Qué quiere decir
esto? Sencillamente que toda invasión bélica es un conflicto armado y
político, pero no todo conflicto armado y político es una invasión.
Pongamos ejemplos por si va quedando alguna duda de por medio.
En
Colombia existe un conflicto armado y político que se acerca al medio
siglo, pero nadie debe concebirlo como una invasión a otro territorio
vecino, ya que se realiza en la interioridad del territorio colombiano.
En Afganistán, en Irak, en Palestina y en el Líbano, existen invasiones
de fuerzas foráneas (en los dos primeros casos de Estados Unidos y sus
acólitos) y, en el segundo, de parte de Israel. Para invadir es necesario violar un territorio que no es propio del invasor,
mientras que en un territorio cualquiera puede haber un conflicto
armado entre fuerzas del mismo sin necesidad de trasladarlo a un
territorio foráneo. Es así de sencillo. Buscarle una quinta pata al
gato es perder el tiempo extasiado y fantasioso en el burro.
En
el Medio Oriente, quieran o no los gringos de Bush y los sionistas de
Israel, éste ha invadido a Palestina y al Líbano y ha creado un
conflicto armado y político entre palestinos e israelitas y entre
libaneses e israelitas. La ONU, que todo el mundo sabe hacia donde
inclina su ‘pacifismo’ la mayoría de los estados allí representados, no se atreve reconocer que es una invasión,
porque le tiene un miedo terrible al gobierno de Estados Unidos, aunque
no pocas veces la mayoría levanta las manos condenando una acción del
imperio o del sionismo y nada pasa. Los grandes y poderosos medios de
la comunicación, conste que de propiedad privada, hablan del conflicto en el Medio Oriente y no reconocen que lo que está sucediendo en Palestina y el Líbano es una invasión
del Estado israelita. De esa manera expresan su simpatía con el
invasor, aunque hablen de los horrores de la guerra pero haciendo
culpable de la misma al terrorismo de grupos, tanto en Palestina
(Hamas) como en Líbano (Hizbulá).
La
intervención de condena que hizo Chávez, llamando como invasor al
Estado israelita, ha creado indignación a los fervorosos defensores del
imperialismo y del sionismo. Eso ha hecho que sea blanco de todas las
balas disparadas por los enemigos del proceso bolivariano. El imperio
inmediatamente lo acusó de ser un terrorista; la oposición en Venezuela
se ha sumado al coro que lo acusa de andar brindándoles apoyo a
gobiernos terroristas e incluyendo a grupos plenamente identificados
como terroristas.
Los
medios de comunicación privados en Venezuela, pudiera entenderse como
lógico pero demuestra el antihumanismo que llevan por dentro, más se
han dedicado a criticar destructivamente la gira presidencial de Chávez
que a estimular la búsqueda de una solución política negociada, de
manera inmediata, a la guerra que se está viviendo por efecto de la
invasión del Estado israelí a Palestina y el Líbano, por no pedir que
se dediquen a denunciar las monstruosidades de las fuerzas militares de
Israel que se ríen y aplauden cada vez que sus bombas causan muerte y
destrucción.
Existen medios de comunicación que aun cuando los soldados misioneros
con bayonetas que invadan su país les mate a su familia y les destruya
sus empresas, seguirán anunciando al mundo que no se trata de una
invasión sino de un conflicto bélico. ¿Quién y cómo se le cambia el
konkreto que tiene ese tipo de gente en la cabeza, si su amor más
supremo es por el dinero y no por la vida de su pueblo?