La extraña razón del PCV para no registrarse como partido

Tengo un profundo, casi reverencial respeto por el PCV. Eso me viene de la etapa juvenil cuando me inicié en la lucha política allá en Cumaná, contra la dictadura de Pérez Jiménez. Supe de su entrega y heroísmo de entonces y su permanente abnegación de ahora. Por eso, entre los comunistas siempre he tenido excelentes relaciones y he gozado y gozo de muy buenas amistades. Es un partido como demasiado generoso, en particular quienes en él militan, como para ser víctimas de las acusaciones que le hacen de un modo u otro, por causa de las desviaciones de la etapa estalinista. Asuntos sobre el cual deberían acusar a Stalin y sus más cercanos colaboradores. Porque ese comportamiento frente al PCV, es como si acusáramos a todos los partidarios del capitalismo de las barbaridades de Hitler, Mussolini, Franco y Pinochet por sólo ahorrar espacio y tiempo quedándonos pegados en la nombradera. Por supuesto, el lector debe tener cuidado que hablo del PCV o sea el de Venezuela.

Nunca, hasta ahora, el PCV ha estado en el gobierno. Eso sí, empezó colaborando con Medina, por cierto esta posición, de un lado u otro, ha dado origen a una expresión como peyorativa que se llama colaboracionismo. Por cierto, quien esto escribe ahora, antes escribió de manera crítica frente a la conducta del PCV, siguiendo la línea de la internacional comunista en la etapa de la "Segunda Guerra Mundial". También apoyó al gobierno de Wolfgang Larrazábal. Años más tarde formó parte de aquello que el Dr. Caldera llamó "el chiripero", pero decir que ha estado en el gobierno es como poco ajustado a la verdad. La misma actitud ha asumido con los gobiernos del chavismo. En el de Chávez y ahora en el de Maduro, hubo y hay individuos que fueron del PCV, como Jesús Farías y creo que hasta un hermano suyo, hijos ambos del legendario Jesús Farías, preso durante todo el tiempo que duró la dictadura de Pérez Jiménez. Pero decir, que el PCV ha sido integrante de gobierno alguno, usando el término de manera rigurosa, no parece adecuado ni justo. Es más, siempre que ha apoyado a algún gobierno, eso sí, se cree en el deber de ser lo más coherente posible entre el apoyo ofrecido sin condicionamientos y su conducta. Suele ser como demasiado discreto y poco dispuesto a reclamar lo que muchos políticos creen un derecho, hasta se habla de la "cuota". Su moral es tan estricta que pareciera juzgar eso como una impertinencia.

Porque el PCV no sólo está formado de manera casi unánime por hombres discretos, humildes y como en exceso poco dados a exhibirse y menos pedir nada a cambio por sus posiciones. Por lo general son hombres con un patrón rígido que piensan más en el dar que en el recibir. Tengo un amigo, hermano y compadre, carupanero para más señas, dentro de este patrón casi sacerdotal. Es pues una organización como una suma o síntesis perfecta de los hombres que lo integran.

Todavía existe gente, en veces de buena fe, en la creencia que el PCV forma parte del gobierno en el sentido que fichas suyas ocupan ministerios u otros cargos importantes. Cuando uno exige nombres le mencionan entre otros a los ya nombrados hermanos Farías, olvidando de manera expresa o no, que estos se incorporaron al Psuv en el momento mismo de su nacimiento. También hacen caso omiso, cuando se les pone por delante las recientes posiciones discrepantes y reclamos de la dirección de los del "gallito rojo", ignorada por completo, igual que a los demás integrantes del GPP.

Como ha sucedido con casi todos los Partidos Comunistas del mundo, al PCV le han pasado factura por los errores del pasado en la URRSS y en gran medida, quizás más personas de lo que en justicia debería ser, tienen una percepción errada de los comunistas, de los primeros defensores a ultranza de los Derechos Humanos y soberanía de los pueblos. Por esa abundante propaganda en contra suya, emanada de los grandes centros imperiales, que ha lograda que en buena parte de la mente colectiva lo malo aparezca asociado a la idea de comunismo, siempre se les tiene en la mira para ser objeto de persecuciones o cobro de deudas inexistentes.

Quizás por eso, el PCV sufre de lo que sin pretensiones de psiquiatra, psicólogo u otra cosa parecida, sino por el contrario, pensando cómo la gente común, de manía persecutoria. Quienes han vivido por años en la clandestinidad, cuando logran estar en momentos o espacios donde pueden actuar libremente, les cuesta deshacerse de la conducta que aquella impone. Como hablar muy quedo y mirar de lado a lado como intentando descubrir a un perseguidor o espía; como si en cada rincón hubiese micrófonos. Tratándose de los comunistas, con una muy larga lucha clandestina en Venezuela, pareciera lógico, pero aquellos tiempos pasaron y ahora, desde hace años, en este país gozan de legalidad. No corren el riesgo de aquella vieja y hasta paranoica acusación de espías de la URRSS; esta no existe y el servicio policial gringo sabe bien de los cambios que ha habido en el mundo. Chávez, como Fidel Castro en el pasado, no surgieron de partido comunista alguno.

Además, todo partido revolucionario debe aprovechar el más mínimo espacio de legalidad para insertarse entre la gente e impulsar los cambios. Si están en la legalidad y se comportan como clandestinos, cual masones o miembros de alguna congregación de templarios, será difícil que lleguen a la multitud. Y mucho de esto determina la poca inserción del PCV entre la ciudadanía. Su baja votación no debe explicarse en cosas prefijadas, como pocos recurso; sólo por la mala imagen creada por los aparatos ideológicos de las clases dominantes, también alguna relación debe haber por esa conducta de los comunistas. Quizás, ese demasiado apego a la clandestinidad, que les hace operar todavía en células o pequeños grupos, propio de la severidad que impone la ilegalidad y persecución, tenga que ver con ese poco crecimiento. Y siendo siempre pocos, quizás hasta cada día menos, será también escasa la fuerza para incidir en el cambio. Pero no se puede ser revolucionario como quien participa en una iglesia, sólo por rezar y asegurarse un puesto en el cielo.

Pienso y eso se lo dije a un amigo que me interrogó al respecto, aparte de la pertinencia o no de la condición exigida por el CNE, tengo la sensación que la negativa del PCV, como de REDES, tienen motivos diferentes a lo que ellos alegan. No opino si eso es ajustado a derecho o no, pues tampoco es eso el interés de este trabajo, pero sí creo que las razones dadas por el PCV carecen de validez y además, son como componentes de una mala enseñanza a los suyos a vivir como clandestinos sin motivos y evadir las revisiones que a lo interior haya que hacer.

Estas opiniones mías que aluden al PCV, las emito con mucho afecto y preocupación por ese partido. Espero que el comunista quien esto lea, ponga el debido interés en el asunto de fondo, de cómo opera el PCV.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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