Ser como Hugo

El libre albedrió nos da la posibilidad

de aprender o no aprender, hacer el mal

o hacer el bien; de amar y de privarnos

del amor y hasta de querer vivir o no Y no

siempre no querer vivir es sinónimo de

intentar suicidarse). Somos libres, y

podemos utilizar esa libertad para mejorarnos

como persona y mejorar el mundo de

nuestro alrededor o todo lo contrario.

El ser humano no es una cosa más entre

Otras cosas. El resto de las cosas se

determinan una a otras, pero el hombre,

en última instancia, es su propio

determinante. Lo que llegue a ser,

dentro de los límites de sus facultades y de

su entorno, lo tiene que construir por sí mismo.

Viktor Frankl

Voy a comenzar con una cita de Osho: "Acepto mi responsabilidad y me alegro de hacerlo. Nunca le he cargado mi responsabilidad a nadie porque eso es perder la libertad, es esclavizarse, es estar a merced de los demás. Sea yo quien sea, soy única y absolutamente responsable. Eso me confiere fuerza. Me da raíces, me centra. Pero el origen de mi responsabilidad es que amo…".

Allí estaba la fuerza del Comandante Chávez, en su amor por su familia, por su gente de Sabaneta de Barinas, por su pueblo, en general, es decir, por Venezuela. Por eso siempre asumió su responsabilidad ante el pueblo. Por eso dio la cara el 4 de febrero de 1992, cuando lo presentaron ante las cámaras de televisión. Quien dude de ese amor, oiga el video que se hizo de su intervención en el Apure, en uno de sus actos de campaña electoral, si no me equivoco. ¡Que voz…!, parecía querer salirse de su pecho para rodar por las calles de San Fernando, pararse en cada esquina, y después irse por esos rumbos que tanto amaba y recordaba con una pasión inusitada. Así era Hugo Chávez, intenso, de una personalidad recia y de un corazón del tamaño de su Venezuela que amó con pasión hasta el último suspiro.

El ex embajador de Cuba en Venezuela, Germán Sánchez Otero, habla en su libro "Hugo Chávez y la resurrección de un pueblo", del Chávez que conoció de cerca (por fortuna para nosotros los venezolanos contamos con un amigo que maneja la pluma con soltura y precisión, y, para mí, Sánchez Otero, es, además de un diplomático patriota, un buen escritor. Se documenta y hace amena cualquiera de sus obras). En efecto, él comienza diciendo en su libro de casi 500 páginas, lo siguiente:

Hugo Chávez logró hacer lo que hizo, porque se formó en los valores de "la patria germinal", según lo definiera un intelectual venezolano: logró captarlos, interpretarlos y convertirlos en fuerza transformadora permanente.

Tenía una personalidad recia, de convicciones claras y elevada voluntad para buscar las cosas en las que creía. Es lo que uno descubre en los relatos de Adán, su hermano, y de quienes lo conocieron desde niño. (Fin de la cita).

En efecto, Hugo Chávez Frías, era un torbellino de ideas plenas de pasión por su pueblo. Desde el poder, no descansó jamás de trabajar por su país, buscando siempre la mejor forma de llevar la felicidad para su gente, en especial, para los excluidos de siempre. Era incansable. Toda su energía, de la mañana a la noche, todos los santos días, la cedió a su pueblo, hasta el último suspiro. Ningún Presidente de este país, le dio tanto en tan poco tiempo. No encontraba como alargar las horas del día para trabajar, para inventar y para innovar, siempre en función de hacer la mayor cantidad de cosas por la gente, tanto la que amaba, desenfrenadamente, como la que lo adversaba. Yo tuve el honor de conocerlo personalmente, en mi función de periodista. No una sino varias veces, inclusive después de llegar al poder. Desde el primer encuentro me electrizó. Era una persona sencilla, amable, pero de un no sé qué que le imprimía a uno un estado de respeto, casi una veneración, cuando lo teníamos al frente y nos hablaba, mirándolos a los ojos. Bien hablándonos de sus ideas y de sus proyectos, bien hablándonos de su niñez y travesuras. Su Verbo se transformaba en magia, cuando le imprimía pasión a sus ideas.

Nadie niega que Hugo Chávez fracaso en un intento de tomar el poder el 4 de febrero de 1993. Pero tampoco se le niega que transformó ese fracaso en una victoria. Y eso sólo lo hacen los grandes hombres de la historia. Y confirma lo dicho en la cita, el señor Germán Sánchez Otero sobre sus valore, cuando dijo, después del fracasado acto de rebeldía contra el gobierno establecido: "Consolidé valores que fueron la ampliación de las enseñanzas inculcadas en mi formación familiar y que a lo largo de mi existencia ha sido el norte que me guía, como aquel Código de Honor queme comprometió a guardar culto al valor, a la honestidad y a la a verdad…". En efecto, nadie señala a Chávez como un corrupto, como un pillo que llegó al poder para saquear las arcas del Estado. Nadie, absolutamente, nadie, a sus cuatro años de muerto, ha mostrado una sola prueba de su deshonestidad. Y no podrán hacerlo porque fue un hombre de una sola palabra, de un solo compromiso, de un solo juramente.

Cuando se cumplen 4 años de su desaparición física, vale la pena revisarse, y desear ser como Hugo. Ser como Hugo Chávez, implica muchas cosas, a la vez. Por ejemplo:

Ser como Hugo, es amar a la patria hasta los huesos, es respetar a los héroes que nos dieron la libertad, y es darse a la entrega de hacer, todo lo que sea posible, por construir un país mejor para todos.

Ser como Hugo, es ser honesto. Es mantenerse alejado de las tentaciones que depara el poder. Tentaciones como el de apropiarse de los dineros del Estado, que es lo mismo que robárselo a los venezolanos y venezolanas.

Ser como Hugo, es ser solidario con los vecinos. Es darle la mano al país que necesite ayuda. Es compartir, de alguna manera la riqueza, en un intercambio favorable para Venezuela y los demás países.

Ser como Hugo, es amar a los niños. Velar por su salud, por su crecimiento y su educación. Es mantener, a 4 años de muerto, la suficiente popularidad como para derrotar a cualquiera de estos patarucos de la MUD.

Ser como Hugo, es defender la soberanía de la patria, y resguardar la riqueza que Dios puso en la tierra venezolana, y, que debemos defender, contra quienes quieren robárnosla, hasta con nuestra propia vida.

Ser como Hugo, es luchar por la integración de los pueblos, bajo una sola consigna: la paz.

Ser como Hugo, es entregar la vida por el bienestar del pueblo. Él se consagró a ese elevado principio, y nunca dudo, aun estando enfermo, en estar pendiente de su pueblo. Entregó su vida a Venezuela, como lo hizo Bolívar, quien murió solo y amargado por lo que recibió, al final de su vida, de parte de sus conciudadanos… Ser como Hugo, es ser como un niño. Él era un niño grande, por eso disfrutaba del abrazo o del beso de un niño.

Ser como Hugo, es vivir la vida intensa y peligrosamente, entregada a los más altos valores patrios… Es estar rodilla en tierra para defender la patria, cuando está amenazada tanto desde afuera, como desde adentro.

 






 



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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