Se ve por Internet y en las fachadas de edificios y casas la oferta de esos inmuebles cuyo precio aparece en dólares.
Si la moneda nacional es el Bs.F, el pueblo llano necesita una explicación veraz que explique esa irregularidad. Así, resulta coherente que, si lo precios de las mercancías de la cesta básica, además de irrespetar sus niveles máximos oficiales, suben casi a diario con cada llegada de los proveedores, perfectamente los precios de esos inmuebles puedan ser exigidos en dólares.
Así mismo, cuando alguien necesite vender algún mueble debería hacerlo en los mismos términos, y así deberíamos cobrar nuestras pensiones, nuestras jubilaciones, nuestras prestaciones sociales, todos esos ingresos deberían indexarse con la misma periodicidad que lo viene haciendo el comerciante actual.
Se trata de ajustes interrelacionados con la inflación que sufre la economía nacional. Los vendedores de esos inmuebles fijan el precio en dólares para que la paridad de esta divisa quede privando cuando el comprador cancele en Bs.F, pero de ninguna manera se trata de exigir pagos en dólares.
Lo mismo está o podría estar ocurriendo con todos los créditos que esté otorgando todo tipo de vendedores de cualesquiera mercancías. Los deudores podrían estar siendo condicionados, o lo serán a la fecha de vencimiento de cada deuda, a que cancele en dólares lo que no significa otra cosa que tendrán que cancelar según la paridad del dólar que esté privando entonces, según esa paridad que los propios comerciantes de manera ilegal y extrajurídica vienen aplicándole al consumidor común y corriente.
Estamos en presencia de una perversa medicina que tendrán que deglutir esos mismos comerciantes metidos en ese pantano inflacionista. Ya hemos divulgado la inminente o actual práctica del anatocismo en materia de créditos en general ya que es de esperarse que, así como el precio de los inmuebles se exigen en dólares, resulte lógico que los acreedores de deudas varias exijan cancelaciones en esa misma divisa con la finalidad de cobrar en Bs.F indexados a la cada fecha de la cobranza.
