El pasado domingo, en el programa del canal i, "Las verdades de Miguel" pude ver la última parte de la entrevista que le hiciera el moderador, a Douglas Bravo. Aquel guerrillero de la década de los 60, que fue líder del movimiento en armas en la montañas de Falcón, entre otras, y, además, apreciado y querido por la gente de izquierda, y por parte de quienes tuvimos presos en aquella época. Hoy no queda nada de él. Solo una voz chillona y unas gesticulaciones exageradas para ponerle énfasis a las loqueras que dice. Entre ellas que estamos ante una dictadura militar, la cual está aplastando a todas las voces disidentes. Esa dictadura, según Douglas, acabó con el chavismo, con el sindicalismo y con los movimientos de avanzada, dentro del proceso que lideró Hugo Chávez. "Chávez le huyó a mi crítica, cuando constató que no cumplió con su palabra. Aquella que había empeñado conmigo, antes de alejarse de la revolución que habíamos concebido".
Este exguerrillero piensa que un grupo de disidentes del chavismo, como el exministro Pérez Marti, Víctor Álvarez, Héctor Navarro, Ana Elisa Osorio, el general retirado Cliver Alcalá Cordones, entre otros, están moldeando a lo que va ser la "nueva revolución". Douglas perdió la chaveta. Mejor hubiese quedado, si no abre la boca. Pero la abrió. Y de qué manera. Está bien de que uno, y me encuentro en esa línea, afirme que no se ha hecho ninguna revolución, y que todo está por hacerse. Pero otra cosa, es dejarse llevar por unos "generales" sin tropa. Lo máximo fue eso de que aquí campea una dictadura militar. Jamás de los jamases, en la patria de Bolívar, había habido una convivencia entre los militares y la sociedad civil. Desde un soldado raso hasta un general, o un almirante, están codo a codo con los civiles trabajando por el país. En el campo, en la ciudad, en los mares, en los ríos o en las montañas, allí donde hay vida, están los militares contribuyendo con la construcción de un sistema más humano y seguro para los más necesitados.
Muchos quieren que los militares se alcen y tomen el poder. ¿Para qué? Para que una vez en el poder facilitar a la derecha apátrida, trepar, como bien sabe hacerlo, y tomar el control de todo. ¿O no es eso lo que están buscando, dado que no pudieron electoramente eliminar al chavismo? ¿No es eso lo que están haciendo a la luz pública? ¿Qué hace la derecha a nivel internacional? Pedir a boca abierta que intervengan en Venezuela? Pienso que les está saliendo el tiro por la culata. No van a lograr la aplicación de la Carta Democrática de la OEA, por más que el señor Almagro lo pida, y que los lacayos rueguen para que tal hecho suceda. Pero si llegaran a expulsar a Venezuela de la OEA, ¿qué pasaría? ¿Qué pasó con Cuba? Los cubanos se han negado a volver a la OEA. Y allí esta Cuba, vivita y coleando. ¿Dictadura militar? Aquí lo que puede venir es la dictadura del pueblo contra una minoría apátrida. ¡Cuidado, señor Almagro!, si usted no está ayudando a que eso suceda en la patria de Bolívar. Más poder para el pueblo es lo que viene, si Maduro llegará a cumplir lo que ha dicho últimamente, aquí se acabó el pan de piquito… No hay un tercer camino, como lo que plantea Douglas. Hay uno sólo: el socialismo bolivariano, a través del proceso revolucionario, mejorado, profundizado y arrecho… ¡Aquí se rajan los traidores, los demás vamos de frente y con todo!
