Del antiguo humorista sirio Luciano Samosata he leído muy poco, pero me encontré con una frase de él que me hizo comprender de inmediato su estilo en el arte del cinismo:
"Me decidí a mentir, pero, eso sí, con más honestidad que los demás, ya que hay un extremo sobre el cual diré la verdad, y es que voy a contar mentiras".
De inmediato al leer esta frase me pude imaginar las mañanas de muchos politiqueros frente al espejo, que ignorantes de las base fundamental de la política (la ética), y después de haber mal leído unas consignas y haberse quedado con un curso o taller de política dado por un falto de ética, se preguntan: ¿Y qué mentira tendré que decir hoy para salir de este nuevo peo?
Pero además hay casos extremos, que ni Freud o el Papa Francisco podrían atender en un diván o un confesionario, sino más bien en una cárcel de máxima seguridad por delitos de lesa humanidad, y entre ellos lamentablemente está nuestro presidente "obrero", que no es ni obrero ni presidente, a pesar de su legalidad.
Al escribir estas líneas, en principio me vi tentado a intentar sistematizar las mentiras del presidente "obrero", pero asumí que al ser una tarea titánica por lo arduo de su extensión, he preferido apelar a las primeras mentiras que me vengan a la memoria, que podrían desbordar lo largo del escrito, aunque intentaré no hacerlo.
Al llegar al cargo nuestro presidente "obrero" convocó a una Ley Habilitante con las exclusivas razones de enfrentar la corrupción y la economía, validar esta mentira, como casi todas, implica sólo salir a la calle a tratar de sobrevivir. Denunciada la estafa a la nación por lo que después él mismo llamó el "cadivismo" y prometer en televisión, si mal no recuerdo, en un programa con José Vicente Rangel, llevar hasta las últimas consecuencias la investigación sobre los 20 mil millones de dólares denunciados por Jorge Giordani como desviados en el año 2012-2013, hoy no hay un solo detenido o procesado por el "cadivismo" y no existe ninguna investigación sobre la fuga de capitales que posteriormente fue sustentada por Marea Socialista en un monto no inferior a 259 mil millones entre 1999 y 2013.
Ganaremos las elecciones parlamentarias "como sea" es una mentira que se le agradece que no la cumpliera, sin embargo, lo que quizá no entendimos es que de fondo lo que se expresaba es que al final se preservaría el poder "como sea", que es lo que se está realmente cumpliendo al disolver la Asamblea Nacional de hecho.
A mi memoria vienen otras mentiras como que hay una guerra económica, y además que "la ganaremos". Lo interesante de esta "guerra económica" es que teniendo el gobierno el control de más del 50% de lo que se importa y habiendo acabado tanto con los medianos y pequeños productores y con las iniciativas comunales productivas, al final, lo que se ha generado es una política que sólo resisten los más poderosos, y que no logra generar alternativas productivas, por lo que al final la guerra ha sido contra los sectores más vulnerables, cosa que va en contra vía a cualquier lógica económica, menos anticapitalista, como se dicen llamar.
Pero la "guerra económica" llegó a su culmen con la salida de circulación de los billetes de 100 Bs., que sería según el presidente obrero, la medida que definitivamente acabaría con las mafias cambiarias dueñas de la "guerra económica", hoy no sólo no sacaron los billetes de 100, si no que en Colombia están felices porque ya llegaron los billetes de 10 y 20 mil Bs., primero que ha Caracas, para facilitar no tener que cargar tantas "pacas" de billete que ya eran intransportables.
Otra mentira estructural ha sido afirmar que este es el gobierno obrero, de los trabajadores, que apoya tanto al que vive de su trabajo, que en cuatro años le ha arrebatado el poder adquisitivo de 400 dólares mensuales a 15, si lo medimos con el mimo indicador del dólar paralelo cuando Chávez y ahora con Maduro, y sólo contamos el salario real y no bonificado.
Que si este gobierno es "chavista", sin duda es una de las más grandes mentiras. Cuando el presidente "obrero" a principios de año nos dice como un logro socialista que pagó 17 mil millones de dólares de deuda externa, y que sólo dispuso para gasto corriente (compra de medicamentos, comida, materia prima, etc.) menos de 3 mil millones de dólares, lo que demuestra el presidente "obrero" es que la mentira se le devuelve como bumeran en la cara, ya que si algo tenía claro, más allá de sus propias mentiras y errores Chávez, es que la prioridad era la gente y no los tenedores de bonos.
Y se me va acabando el espacio, sin poder vaciar todas las que tengo en el tintero, pero no puedo dejar pasar la que creo una de las mayores mentiras, decir que con los Clap y la tarjeta o carnet "de la Patria" todo está resuelto. Mis disculpas al que me lee y se sienta ofendido por mi displicencia ante el presidente "obrero", sé que son pocos pero igual son importantes, pero cuando en una transmisión presidencial, donde lo detalles son cuidados para que el gobierno siempre salga bien, una madre atormentada le diga al presidente obrero que sus hijos están sufriendo de desnutrición y que "por favor" la ayude, o cuando una joven liceísta le dice que sus compañeros de clase se están desmayando de hambre en el salón, y el presidente "obrero" pretende transformar eso en un logro de la revolución al obviarlo o decir que atender de inmediato el problema puntual y demostrar eficiencia, sin debatir y cuestionar las causas, lo que hace el presidente "obrero" es verse ante las cámaras y repetir:
"Me decidí a mentir, pero, eso sí, con más honestidad que los demás, ya que hay un extremo sobre el cual diré la verdad, y es que voy a contar mentiras".