Cipriano Castro nace el 12 de octubre de 1858 en el caserío La Ovejera, cerca del pueblo de Capacho, en el municipio Libertad, Estado Táchira, y muere en Santurce, Puerto Rico, el 5 de diciembre de 1924. San Cristóbal, la capital del estado Táchira, fue llamada por muchos años la Ciudad de la Cordialidad. Tanto los pobladores de los estados andinos, como el Zulia, específicamente Maracaibo, iban y venían constantemente a Colombia porque era más fácil la comunicación. Castro estudió en Pamplona, Colombia, como lo hacían muchos venezolanos de esta región andina. Cipriano Castro era estudioso, músico, bailarín, guerrero, militar y político aventajado. Llegó a ser presidente o gobernador del Táchira, en el tiempo de Raymundo Andueza Palacios, Presidente de Venezuela. También fue diputado al Congreso Nacional de la República. Ya para entonces, por un enfrentamiento donde perdiera la vida el campesino Evaristo Jaimes, ello sirve de enlace para que Juan Vicente Gómez inicie su relación amistosa con Cipriano Castro. Cipriano Castro al encabezar la llama Revolución Restauradora Liberal que le permite llegar a Caracas y tomar el Poder, se trae a Juan Vicente y se inicia la era de Los Andinos en el Poder; que dura desde 1899 hasta mitad del siglo XX.
Cipriano Castro llega al Poder por un golpe de Estado a la Presidencia de la República, su consigna: Nuevos hombres. Nuevos Ideales. Nuevos Procedimientos. En Venezuela, como en el mundo entero, los líderes nacen y no como creen algunas personas que los líderes se hacen. Los caraqueños bautizan a Castro con el sobrenombre de El Cabito, como algo de burla por parte de los oligarcas venezolanos en venganza porque Castro no tuvo miramientos con la clase oligarca nacional; sobre todo contra aquellos picaros empresarios y comerciantes. Los gobernantes venezolanos, salvo muy contadas excepciones, no atinaban a ver las realidades y no actúan conforme a éstas, no practican el difícil arte de gobernar, no dialogan, no negocian, en el buen sentido político de la palabra, se creen saben de todo. Esta forma de actuación de Castro hace que la reacción de las potencias económicas de la época, muy afín la oligarquía criolla venezolana, solicitan presionen a Castro y los estimulan para busquen el pretexto del incumplimiento de acuerdos y/o contratos, siendo así como se ponen de acuerdo para bloquear a Venezuela. Cuando Castro se ve en aprietos apela al nacionalismo arraigado en casi la totalidad de los venezolanos; y es cuando acuña aquella frase: ¨La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria ¨
Cipriano Castro fue un gobernante irreverente, levantó la cara ante los agresores imperialistas y convocó a los venezolanos a preservar la dignidad de la patria el 9 de diciembre de 1902, y al convocar a los venezolanos a enfrentar tal agresión, hace resurja el espíritu y la conciencia que siempre le ha acompañado al bravo pueblo. Aquella célebre proclama: "La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria" se basa en el desmedido ataque a Venezuela, hecho insólito en la historia de las naciones cultas, sin precedentes y sin esgrimible justificación. Fue un hecho bárbaro, porque atentó contra los más rudimentarios principios del derecho a la vida y también un hecho innoble, porque es fruto del contubernio cobarde e inmoral de la fuerza y alevosía con participación de traidores venezolanos. Castro terminó yéndose a Berlín a curarse de una enfermedad y deja a su compadre en el Poder, el Vicepresidente Juan Vicente Gómez y éste le propina un golpe de Estado, instaurando una dictadura que duró 27 años. Los restos mortales del General Cipriano Castro reposan en el Panteón Nacional de Venezuela desde el 14 de febrero de 2003.