"Chivo que se devuelve se esnuca"

"Tenemos tiempo así, como tú lo ves en la oscurana, pero existe la esperanzas, como la tuya, de que pronto podamos ver la luz al final de este túnel que, por cierto, se nos ha hecho largo, muy largo, Por lo que muchos, tal vez me incluyo, piensan que hay que parar, y revisarlo todo. Asegurarnos de que el mapa es el correcto, y detectar donde están delineados los puntos y las paradas, en este recorrer y recorrer, de lo contrario habrá que buscar otro mapa. A lo mejor hemos tomado el equivocado. En una revisión exhaustiva puede estar la solución a este agudo problema. Ese mapa, del cual hablo, puede indicarnos otro rumbo, otra ruta, otro camino, totalmente opuesto al que eligieron un día. Digo "eligieron" porque a mí ni a ti nos consultaron si esta era la vía o no", así comenzó la historia que me dispongo a contarles entre dos empleados de una empresa pública que terminaron su jornada de trabajo y se disponen a matar el tiempo, antes de llegar a casa.

—Me parece una apreciación muy negativa de tu parte. Casi una desesperanza veo reflejada en tu lamento—dijo uno de los dos ingenieros—. Con pensamientos así, nunca podremos salir del túnel. Estoy de acuerdo contigo en que hay que darle otro enfoque a la situación. No podemos seguir viendo el bosque desde este valle. Hay muchos obstáculos que no nos permite ver el bosque completo. Una de las cosas urgentes que debemos hacer es serenarnos. Calmar la mente. Si hacemos eso podríamos emprender un viaje diferente. ¿Me explico? Mi experiencia me dice que cuando no vemos bien, tenemos que revisar los lentes, o, someternos a una revisión de la vista. Cegatos, no podemos ver ni un elefante a tres metros de nosotros. En tu exposición introductoria a nuestra conversación, siento que estás apuntando hacia alguien. Que estas "sin querer queriendo", señalar a un culpable. No dices su nombre, pero lo intuyo… ¿Me equivoco? Eso que tú dices de cambiar de "mapa", no está planteando que hay que salir de Nicolás Maduro, para que podamos ver la luz del túnel… ¿O te he oído mal, o más bien, no he captado bien tu mensaje? ¿Qué me dices?

—Te digo, que la vida se nos ha puesto dura. Muy dura. Desde lo más pudientes hasta lo menos, estamos llevando palo parejo, tal vez más que las palizas que le propinaron al equipo venezolano en el mundial de béisbol, en este 2017. Esa realidad, compañero, no la creamos nosotros, fueron otros. Ahora, te preguntó: ¿Por qué tenemos que estar pagando los platos rotos, si han sido otros los culpables? Yo te digo estas cosas porque eres mi amigo, y entre amigos la verdad no será quien resquebraje una amistad de muchos años, como la nuestra, pero la mentira sí puede. Vivir de una mentira, es vivir en la nada. Pero vivir sobre una mentira, no están dañina como vivir con el miedo metido en nuestros estómagos. La mentira tú te la tragas si te da la gana, es tu elección, siempre lo será. Pero, ¿qué haces con el miedo? Haber, dime, ¿qué haces con el miedo? Tú, mejor que yo, sabe que significa el miedo. Esta es una emoción que cuando se nos mete en los tuétanos, es difícil sacárnosla. Y desde allí gobierna a nuestra vida. Nos esclaviza, nos paraliza, nos confunde, y, sobre todo, nos sumerge en la negatividad, en la desesperanza… Estoy consciente de tu posición, de tu fe y tus principios, pero… ¿respóndeme una?

—Si me das un chancecito, no lo desaprovecharé. Gracias. Mire, amigo del alma, cuando se inició este proceso revolucionario hace casi 20 años, nadie dijo que era fácil. Acabar con las estructuras de un sistema moribundo, pero con raíces en la profundidad de esta tierra bendita y sagrada, no era tarea fácil. Menos de la forma como fue concebida por el Comandante Supremo de la Revolución, Hugo Chávez Frías. Él, desde siempre, tuvo metido en la cabeza que se podía hacer una revolución en convivencia con el enemigo. Craso error. Tal vez, en aquel entonces, alguien lo alertó sobre ese enfoque, pero él no cedió en su pretensión de hacer una revolución distinta a la cubana. Coincido con los que piensa que allí tuvo uno de sus errores. Sin embargo, el segundo error fue imperdonable, desde mi punto de vista, y lo digo, sin pretender criticarlo. Porque una cosa es estar viendo lo toros desde la barrera, y otra es estar metido en el ruedo. Pero, en la madrugada del 13 de abril del 2002, cuando regresó de la isla de La Orchila, donde lo tenían secuestrado, se le presentó, en bandeja de plata, la gran oportunidad para darle una voltereta al proceso. Fue el momento en que pudo golpear fuerte al enemigo y radicalizar la revolución. Ninguna de las dos cosas se hizo. Y lo que estamos viviendo en el aquí y el ahora, es consecuencia de la pérdida de aquella oportunidad. Eso que tú dices, que se nos ha puesto "La vida dura", es consecuencia de ese error. ¿Por qué? Elemental, mi querido Watson, porque se dejó enterita a la derecha y a sus intenciones. Hugo Chávez, los perdonó y llamó al diálogo. Más tarde, le estaban pagando con el paro petrolero, que tanto daño le hizo a ese país.

—Entonces, ¿estás de acuerdo conmigo? ¿O estoy equivocado?

—Claro que estás equivocado. Tampoco estoy de acuerdo contigo. Sólo estoy analizando estos elementos que son claves para entender la realidad actual. Se nos muere el Comandante Eterno, y montamos en el poder a Nicolás Maduro Moros, actual presidente. ¿Se equivocó Hugo Chávez, una vez más, al elegir como su sucesor a Nicolás Maduro? No lo creo. Era el hombre de su confianza. Había sido su canciller por seis años. Pensó que era suficiente para señalarlo como su sucesor, aunado a que Nicolás Maduro tenía una historia personal dentro de la lucha. Desde muchacho se había lanzado por el camino duro de la lucha revolucionaria. Había sido chófer del Metro de Caracas, ligado al sindicalismo, y, considerado un obrero. Pero Chávez, sabía más de su hombre. Y, tal vez, no lo puedo asegurar, los cubanos, Fidel y Raúl, veían, desde La Habana, al canciller como un hombre de futuro dentro del campo revolucionario. Y fue así, como Chávez, se la jugó con el "salcero" Nicolás Maduro.

—Estas defendiendo la gestión de Maduro, sin querer queriendo, como diría el Chavo. Pero…

—Perdóname que te interrumpa. No se trata simplemente de eso. Se trata de defender lo único que hemos podido conquistas, después de la independencia. Chávez, nos dejó un legado, chucuto, o como quieras, pero un legado. Y, para un revolucionario a carta cabal, ese legado hay que defenderlo a como dé lugar. Con nuestras vidas, si es necesario. Desde que oí la siguiente frase de Fidel Castro, me enamoré de ella: "Cuando voy a un funeral, siempre llegó hasta el cementerio". Es fue una respuesta que él dio a un periodista que lo entrevistó en las montañas cubanas. ¿Qué quiso decir Fidel, con su frase? Naturalmente, que había que llegar hasta el final, no quedarnos en medio del camino. Y eso es lo que tiene que hacer Maduro y su dirigencia, estar a la altura de las circunstancias, apurar para llegar al final ¿Quién dijo que hacer una revolución era fácil? Nada fácil ha sido la nuestra. Pudo ser más fácil, pero los errores nos condenaron. Y de allí esa "vida dura" que tu percibes. Es cierto, no se puede negar. Pero, insisto, la misma es producto de los errores. ¿Y cómo hacer para enmendarlos? Echando para adelante, sin miedo, sin temor y, a pesar de los obstáculos que se están presentando, donde se observa un brote de traidores, salidos de las mismas filas del chavismos, que ahora claman por una reforma, como salida a la crisis. Se convirtieron, de la noche a la mañana, en reformistas. ¡Carajo!, aquí no vale reforma alguna. Aquí lo que vale es llegar hasta el final. Es decir, hacer la revolución. Perdóname amigo, pero aquí el que se devuelva se esnuca. No hay marcha atrás.

Agregado:

Los dos hombres, dejaron de hablar de política y de la crisis, y optaron por tomarse unas cervezas, antes de marcharse a casa. Es compleja una discusión de esta naturaleza. Uno está reculando, debido a la vida que se le ha tornado dura, como a casi la mayoría de los venezolanos. Y el otro, que opina que la situación es el costo de o haber hecho las cosas como debía hacerse en su debido tiempo, pero que aun así hay que llegar hasta el final, sea como sea.

Puerto Ordaz, 21 de marzo de 2017.



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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