El general José Antonio Páez presentía le estaban preparando el escenario para en el momento preciso llevarlo a juicio y hacerle lo mismo que al Coronel Leonardo Infante. Escribamos entonces sobre la vida, obra y muerte del Coronel venezolano Leonardo Infante. Leonardo Infante nace en Chaguaramal, Estado Monagas, Venezuela, en 1795. Infante fue un militar que participa en las guerras por la Independencia de la Gran Colombia. Infante por venir de una familia pobre no va a la escuela y no recibe ninguna instrucción escolar, dedicándose desde muy joven a trabajar como arriero de ganado. Al comenzar la guerra de independencia en Venezuela, Infante se une al ejército patriota en 1812, 17 años de edad, bajo las órdenes del general Santiago Mariño y desde ese año hasta 1824 participa en 41 enfrentamientos bélicos contra los españoles, entre ellas las batallas de: Urica, Queseras del Medio, Carabobo, Pantano de Vargas, Boyacá y Bomboná; destacándose en ellas por sus habilidades ecuestre.
Infante le salva la vida a Simón Bolívar cuando en la noche del 17 de abril de 1818 se infiltran unos realistas en el campamento patriota en el Rincón de los Toros, estado Guárico, con la intención de asesinar a Bolívar. En el campamento uno de los infiltrados provoca una riña y ésta se va extendiendo; por lo que se presenta un verdadero enredo entre los soldados. Infante sale y busca al Libertador, lo encuentra y le da su caballo, recomendándole se aleje rápidamente del sitio; hasta que dure la confusión entre los soldados. Infante tras participar en la Batalla de Carabobo es ascendido a comandante y es destinado a servir en la caballería ligera. Durante las Campañas del Sur, Infante participa en varios encuentros pro la liberación de Ecuador; una vez la guerra concluye Infante fija su residencia en Bogotá.
En el año 1824 Infante es acusado del asesinato del Teniente Francisco Perdomo, su juicio ocurre muy aceleradamente debido a gestiones que realiza el Vicepresidente de la Gran Colombia, General Francisco de Paula Santander. En Bogotá se sabía que Santander le tenía mala estima a Infante, por lo que aquella falsa acusación le brinda una magnífica oportunidad para castigarlo severamente. Infante fue declarado culpable del asesinato de Francisco Perdomo, tal sentencia no es firmada por el presidente de la Corte Suprema, Doctor Miguel Peña. Infante el 25 de marzo de 1825 es fusilado, y ante el pelotón grita: "Infante muere, pero no por la muerte de Perdomo" Este incidente es clave para entender la postura que asume Páez, él en tertulias familiares y con amistades habla de que teme ser traicionado por sus superiores que se hayan en Bogotá.