¡No son traidores!

Oigo a menudo llamar traidores a unos tipos raros. Individuos que no saben lo que tener patria. Personas que nunca han querido a Venezuela, sino a su riqueza. Los hay de todo tipo y de varios niveles. Oigo llamar traidores a unos desquiciados de ropaje camaleónico que nunca han sido revolucionarios de verdad, verdad. Más bien han utilizado las debilidades del proceso que lideró ayer, Hugo Chávez, y que lidera hoy, Nicolás Maduro, para trepar hasta lo más alto del poder, y, desde allí rasgarse sus vestiduras, como los propios "Patria o muerte". ¡Carajo!, hasta cuándo somos pendejos. Esa gente, no son traidores, porque nunca han sido o pertenecido a algo que los identifique como patriotas o como revolucionarios. Son simplemente unos mercachifles que lo que buscan es ponerle la mano a un puesto, desde la presidencia de la República para abajo, para robar a su antojo: son simplemente ladrones.

Ahora, ¿qué son, entonces, esta gentuza que vende a su país al mejor postor? ¿Cómo catalogar a es ralea de gente, que van espontáneamente al enemigo y dicen lo que tienen que hacer para intervenir a su país? Elemental mí querido Watson: son los genuinos representantes de Judas Iscariote, que vendió a Jesús sin que nadie se lo estuviera pidiendo. Judas fue a los perseguidores de Jesús, su Maestro, y les dijo dónde podían encontrarse. Ahora bien, me pregunto: ¿No es eso lo que ha hecho un grupo de venezolanos y venezolanas al ir, con sus caras muy lavadas, y postrarse ante los enemigos políticos de Venezuela, y pedirles que intervengan en Venezuela para salvar su "patria" de la plaga del chavismo. Eso. Eso mismo es esta gente: Judas Iscariote.

Nunca. Absolutamente, nunca, se ha visto en la historia política contemporánea, que unos ciudadanos nacidos en un país, vayan a otros países a pedir que invadan y borren del mapa a un determinado grupo político que los adversa. Pasaran a la historia como los traidores más desvergonzado de la historia. Judas, al final se arrepintió. Y ante la carga de conciencia no le quedó otra que ahorcarse. Por lo menos tuvo un poco de dignidad en reparar el daño que le había hecho a Jesús. A estos venezolanos y venezolanas no les veo el coraje que tuvo Judas, al darse el mismo su merecido. Estos seguirán llorando, implorando y cometiendo los peores felonías contra Venezuela, pero mientras más insistan en sus propósitos perversos más se elevara la conciencia revolucionaria. De esto no hay duda. A más traición, más revolución… ¡Venceremos!



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1734 veces.



Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

Visite el perfil de Teófilo Santaella para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Teófilo Santaella

Teófilo Santaella

Más artículos de este autor