De golpes, traiciones y otras controversias

Son muchos los riesgos a lo que nos sometemos cuando el capitán del barco pierde la ruta y nos lleva indefectiblemente al naufragio. Pero mucho más dramático es cuando esa figura que nos guía es el presidente de una república y sus pasajeros somos todos los habitantes de esta convulsionada nación llamada Venezuela. Y tan grave como lo anterior, es que en su huida hacia adelante y al ser detenido en su despropósito totalitario no asuma sus responsabilidades y trate de engañar diciendo que hubo una "controversia" un "impasse" entre los miembros de su tripulación y que ya todo vuelve a la normalidad.

Bajo circunstancias como estas como podemos dormir tranquilos los venezolanos teniendo como guía a una figura que nos está llevando a un callejón sin salida y que pretendió borrar de un plumazo instancias fundamentales de la vida institucional, política y democrática del país. Por suerte de todos, la Fiscal General de la Nación cumpliendo con su deber y consciente del impacto que estas dos sentencias y otras más que están en el ojo del huracán, pudieran tener en su propia tranquilidad y la del país, hizo una señal oportuna para aplacar en seco los arrebatos delirantes del capitán del barco de chocar cual legendario Titanic contra un iceberg de inmensas proporciones.

Estas dos disparatadas sentencias emitidas por el Tribunal Supremo de Justicia han terminado de definir las tendencias que se han perfilado en los últimos años. El talante autoritario y anti democrático del gobierno ha quedado totalmente al descubierto en nuestro patio y en el escenario internacional. Una raya que tendrá que cargar el Presidente Nicolás Maduro y los más conspicuos y cercanos miembros de su tripulación. Una afrenta directa a su padre Hugo Chávez (el que le pega a la familia se arruina) al empañar con su deplorable actuación uno de sus logros más emblemático y reconocidos: la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

La épica revolucionaria tal finamente relatada y construida quizás se vea también perturbada cuando al hablar de golpe de estado y de ruptura del hilo constitucional la figura de Carmona, el golpista, el breve, sea reforzada en el imaginario político del pueblo venezolano con la de Nicolás Maduro. Tendremos que estar atentos a escasos días del aniversario del "impasse" de abril de 2003 si sufre algún cambio el efusivo discurso político que ha alimentado la conmemoración de esta "controversia" relevante de nuestra historia contemporánea o si por el contrario seguirán hablando de golpismo a diestra y a siniestra sin mirarse en el espejo y evadiendo con ardides semánticas la gravedad del asunto y sus implicancias en la avanzada y sentida crisis que vive la sociedad venezolana.

Las impericias, los delirios y las fabulaciones del capitán del barco la estamos pagando muy caro todos los venezolanos. Hoy nos salvo la actuación a tiempo y ponderada de la Fiscal General Luisa Ortega Díaz. No puede haber borrón y cuenta nueva ante un hecho tan grave como el que acaba de ocurrir. Es hora de que los pasajeros de esta cruda e inclemente travesía denunciemos activamente y a viva voz en las calles los atropellos y los abusos de poder, frenemos las pretensiones totalitarias del gobierno y defendamos al unísono la democracia como conquista y derecho de todos y para todos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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Nelson Oyarzábal

Antropólogo. Gerente Cultural Profesor Universitario. Articulista

 neloyarz11@hotmail.com

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