Pensar en un 19 de Abril de 1810, nos lleva a la necesaria tarea de reflexionar en quienes fuimos y en que nos hemos convertido en el tiempo. Debemos dejar claro que la mencionada fecha, permitió el inicio de un proceso de liberación imperial. Fueron hombres movidos por un sentimiento patrio los que generaron las condiciones para darle motivo inspirador, a la pluma que escribe la historia de nuestra gran Venezuela. Se le establecía al cuaderno histórico un punto y aparte, para darle paso a un nuevo párrafo que albergaba la esperanza y fe de la libertad suprema. Sueños concretados de la tan anhelada libertad, dejo ese 19 de abril de 1810. Dícese que los motivos obedecieron a la proclamación de José Bonaparte como Rey de España, y que por un gesto de rebeldía hacia este nuevo Rey la Capitanía General, al mando del Capitán Emparan, renuncia a su cargo por las presiones hechas en el Cabildo de Caracas, quienes simpatizaban con el rey depuesto de la España invasora. El cabildo dio paso a la Junta Suprema de Caracas quienes ya constituidos emiten las siguientes medidas: fomento de la industria y la agricultura, Libre comercio exterior y prohibición del comercio de esclavo; En este sentido se da inicio al proceso que pasa por el acta del 5 de julio 1811 por el congreso constituyente hasta la Batalla de Carabobo que pone fin a la ocupación de la soberanía nacional por el imperio español con su expulsión definitiva de nuestro territorio.
Hoy son muchas las actas, proclamas y batallas de Carabobo que debemos dar en nuestro país, es preciso, inspirarnos en nuestra historia para aprender de ella, cuando nos dice: que somos nosotros los únicos llamados a resolver los problemas. Es preciso negar la injerencia de cualquier tribunal inquisidor o tierra imperial, renovar nuestras energías bajo la calidad humana que muestra la solidaridad y respeto al pensamiento desigual. El respeto por pensar distinto es un elemento democrático, que hace a la democracia. Es el momento de reconocer las corrientes de pensamientos y las escuelas doctrinarias que dibujan los diversos modelos políticos. Nosotros los socialistas por convicción, nos movemos con un concepto de vida distinto aquel que supone esa suerte de superioridad, que deja de lado el respeto entre los seres vivos. La visión holística que obtenemos producto de los múltiples estudios que realizamos, dibujan un lienzo digno de admirar por la armonía que llevan en sus colores y la distribución de sus distintos elementos que lo conforman, nosotros los socialista por convicción, solemos ser disciplinados comprometidos con el trabajo solidario. Es hora de evocar un reencuentro nacional, así como lo hizo en su tiempo la Junta Suprema de Caracas de ese 1810, en la búsqueda de concretar el accionar de las diversas potencialidades brindadas por nuestra tierra venezolana. Luchemos todos por encontrarnos no se trata de gobierno y/o oposición, se trata de nosotros, somos capaces con nuestro intelecto y vocación de servicio de hacer de Venezuela el mejor país del mundo. Hagámoslo con determinación, somos grandes.
