Tanto las estadísticas descriptivas como las de proyecciones adolecen de ofrecer resultados imaginarios, cuando sus practicantes son comerciantes. Las primeras lo hacen porque operan sobre los efectos o resultados de todos los fenómenos o procesos de trabajo concretos, y no sobre las causas de estos.
Por ejemplo: cuando ellas nos informan que el porcentaje de mentiras mediáticas se ha elevado en, digamos, 500% respecto al número anterior (de 100 a 600) que venía divulgándose de parte de la derecha, embustera e hipócrita por excelencia, es decir, comercial, una característica de vieja data, dicho sea de paso, se entiende que son valores estimados que jamás reflejarán la realidad, por maximizado que sea el índice de acuracidad o la minimización del error en juego.
Sin embargo, ese porcentaje es manipulado comercialmente, dado como cierto y empieza a operarse sobre esa mentira, sobre esa falsa base de partida; de allí los frecuentes desequilibrios y reiterados yerros de toda la economía burguesa, misma que ha asimilado los ciclos económicos de inevitables crisis de corto, mediano y largo plazos como males necesarios.
Eso no ocurre-es imposible, de partida-con la planificación socialista, a la que no la anima intereses crematísticos sino meramente económicos, o sea, las necesidades reales de las personas en general y no sólo las solventes, y sin que esas necesidades respondan al mercadeo burgués, a la mentira comercial y consumista...
No así las cajas CLAP garantizadoras de la frecuencia-hábitos de consumo real y no inducido-, la cantidad y valor de las cajas CLAP y sus afines y correspondientes "bolsas" de bienes complementarios satisfactorios de las necesidades básicas ya medidas y premedidas sin pasar por estadística alguna.
Las cajas CLAP visitarán las casas de familia como los hacen las visitas censuales cuando no puede quedar ni una sola casa sin ofrecer sus datos porque dejaría de ser censo y se convertiría en una muestra.
25/4/2017 10:40:10 a.m.