En un proceso complejo pero ininterrumpido, Bolívar y San Martín van haciendo suyas las demandas de las grandes mayorías populares, al comprender que el principal protagonista de la guerra de independencia es el pueblo en armas, integrado por mujeres y hombres mestizos, mulatos, negros, zambos, pardos, indígenas y blancos rebeldes urbanos, llaneros y gauchos rurales, en la medida en que las traiciones políticas de una oligarquía poderosa que se muestra perversa mientras el pueblo se muestra una abnegación heroica y sacrificada. Bolívar, desde hace tiempo se ha despojando de su origen mantuano, y ha conquistado a las mayorías populares de llaneros, mulatos, mestizos, pardos, zambos, indígenas y negros que al comienzo le dieron la espalda y comenzaron peleando al lado del español José Tomás Boves. Bolívar nacido mantuano, patricio de cuna criolla, termina defendiendo a los llaneros venezolanos y a los negros insurrectos. San Martín no sólo adoptó como su mano derecha a un mulato, Bernardo Monteagudo, despreciado por la oligarquía de Lima que termina mandándolo a asesinar. Además, San Martín apela a la guerra gaucha, las montoneras de gauchos a caballo y clanza, lanza, encabezadas por Martín Miguel de Güemes, así como a las guerrillas de Juana Azurduy y Manuel Ascencio Padilla en los territorios indígenas del Alto Perú. San Martín teje alianzas con los indígenas pehuenches para cruzar la Cordillera de los Andes y dirige proclamas en idioma quechua y aymara.
Sin los pueblos originarios, mestizos, gauchos, llaneros, negros y el mundo de los pobres, como sujeto político de nuestra América, nunca se hubiera ganado la guerra de independencia. Sabiendo San Martín ésto y cargado de críticas contra la esclavitud, no más llegado al Perú escribe: "Todo esclavo que desde esta fecha llegase al territorio independiente del Perú quedará libre del dominio de su amo, por el solo hecho de pisarlo" Decreto de San Martín en Lima del 24 de Noviembre de 1821. Este decreto sanmartiniano se adelanta casi medio siglo a la famosa enmienda abolicionista de Abraham Lincoln en EEUU. Con este decreto la lucha nacional, anticolonial, adquiría un contenido social, golpeando doblemente al Imperio español esclavista; y a la aristocracia igualmente esclavista de Lima. Tomando en cuenta esa concepción social plebeya, democrática y popular compartida por Bolívar, no es raro que preparando el cruce de los Andes, a fines de 1816, San Martín se haya reunido con caciques indígenas pehuenches en el campamento de El Plumerillo, Argentina.
Según Manuel de Olazábal, argentino, testigo presencial, allí San Martín les dijo a los caciques indígenas: "Los he convocado para hacerles saber que los españoles van a pasar a Chile con su ejército para matar a todos los indios; y robarles sus mujeres e hijos. En vista de ello y como yo también soy indio voy a acabar con los godos que les han robado a ustedes las tierras de sus antepasados; y pasaré los Andes con mi ejército y con estos cañones. Debemos pasar los Andes por el Sur, pero necesito licencia de ustedes que son los dueños del país" Esta última es exactamente la misma expresión de Bolívar en su Carta de Jamaica de 1815, quien se refiere a los indígenas como los legítimos propietarios del país. San Martín continuaba de esta manera la tradición de Moreno, Castelli, Belgrano y Artigas, quienes también concebían a los pueblos originarios y las masas populares y plebeyas como sujetos políticos centrales en la lucha de independencia. En 1819 San Martín escribe un oficio dirigido al Señor Cacique Panichines donde le dice "Esté vuestra merced cierto con todos los de su parcialidad que nuestra amistad y buena correspondencia será eterna, que nosotros y los nuestros jamás la quebrantarán, y antes al contrario, si alguna vez se viesen en peligro o amenazados; los hemos de defender hasta derramar nuestra sangre" Carta de José de San Martín al Señor Cacique Panichines. Mendoza, 13 de noviembre de 1819.