Malcolm, según mi opinión, el apoyo de la población a la derecha no puede calcularse a partir del número de personas que asisten o no a sus concentraciones. Tampoco debe creerse que la gente que no asista a esas concentraciones es porque simpatizan con el gobierno. Creo que pensar así es un tremendo error que le puede costar demasiado caro al país. Pero, ¿por qué la gente no ha acude masivamente a las manifestaciones de la oposición? Sencillamente, porque aprendieron mucho del 11 de Abril, cuando después de haberlas convocado a una marcha les cayeron a tiro, matando a muchos de ellos. Y sin embargo, aunque cueste creerlo, aunque parezca ilógico y absurdo, continúan apoyando electoralmente a los dirigentes de la derecha. ¿Una prueba? El 6D, cuando le dieron al chavismo una reverenda paliza, de la cual los dirigentes del mismo han debido sacar las enseñanzas correspondientes. No obstante, no ha ocurrido así, y las mismas circunstancias y situaciones que engendraron esa derrota se encuentran intactas. Es más, con un marcada tendencia a agravarse

Por otra parte, considero que se ha incurrido en una jugada sumamente arriesgada, en una peligrosa aventura. Me refiero, el haber convocado a una Constituyente en medio de una severa crisis económica, la peor que haya sufrido el país en cualquier otro tiempo -el bollo de pan tradicional está costando 200 bolívares-. Es decir, una crisis, incluso, aun peor que la que existía el fatídico 6D. Y eso no es todo, porque el asunto se complica ya que, para peores penas, los claps, estrategia clave con la que cuenta el gobierno para medio emparapetar la situación, no acaban de arrancar. De manera, que ese incremento sostenido e indetenible de los precios, junto con la incapacidad del gobierno para detenerlo, constituye un tremendos jándicap muy difícil de superar.

Y menos, cuando no hay voluntad política para hacerlo, esa es la verdad. Por ejemplo, desde que los controles de precios se decretaron durante el gobierno de Chávez, los precios y el desabastecimiento no han cesado un instante de crecer. Una prueba de eso es lo que yo mismo pude comprobar en el 2014. En ese año, escribimos un artículo apropósito de unas declaraciones de Maduro en las que afirmaba que el kilo de azúcar estaba costando dos bolívares. Como me pareció demasiado optimista esa afirmación, me fui a una panadería cercana a mi casa para comprobar lo dicho por el presidente. Encontré el producto, pero no a 2 sino a 12 bolívares el kilo. Como pensé que trataban de especularme, me dirigí luego a un abasto también cercano. El mismo precio: 12 bolívares. Después me enteré que Maduro se refería al precio que el azúcar se estaba vendiendo en los mercales, el problema era que casi nunca se conseguía.

Pero no es este el problema al que quiero referirme. Lo que deseo destacar es el precio que el azúcar tenía en octubre del 2014: 12 bolívares. Sin embargo, en menos de tres años ese precio se ha disparado, pese a los mencionados controles, de una forma verdaderamente explosiva, al punto de que muchísimas personas, pero muchísimas, confrontan inmensas dificultades para poder acceder al rubro. Y esto que ha sucedido con este producto, ha estado ocurriendo con todos los demás, con los huevos, el pollo, el arroz, los plátanos, etc. Lo que significa, que esos controles de precios no han servido ni para detener la inflación ni para estabilizar los precios. Todo lo contrario, porque para lo que ha servido es para dar lugar a la aparición del bachaqueo. Unos delincuentes que acaparan los productos regulados para luego salir a venderlos a uno precios fuera de toda racionalidad. Y eso, los que los venden aquí, porque hay mafias que se dedican a sacarlos fuera de Venezuela, con lo cual no sólo se produce carestía sino también desabastecimiento. Ahora, la pregunta que cualquier ser pensante se haría es: ¿por qué si los controles de precios no han servido sino para agravar la situación general del país,entonces ¿por que carajo se mantienen?

¿Qué hemos propuesto en varios artículos? Eliminar esos controles que han sido una verdadera calamidad, pues han provocado todo el inmenso despelote que en materia económica estamos observando y poner el énfasis en los claps. Cuáles serían las ventajas de esa eliminación? La desaparición de los bachaqueros y, por consiguiente, la eliminación también de las inmensas colas que éstos delincuentes forman a las puertas de abastos y supermercados. Se incentivaría la producción, pues se crearía la confianza necesaria para la inversión, lo que permitiría reactivar el proceso económico mediante la creación de nuevas empresas y el aumento del empleo. Desaparecería igualmente la guerra económica, se controlaría la especulación.

Para simplificar lo que hasta ahora hemos expresado, podríamos decir que mientras haya controles de precios, habrá también productos regulados. Y mientras haya productos regulados, habrá igualmente bachaqueros . Y mientras haya bachaqueros, habrá inevitablemente carestía y desabastecimiento. Pero en fin, con la eliminación de los controles de precios sería el comienzo de la creación de una nueva economía; una economía sana y realmente productiva, una economía sin las perversas lacras que hasta ahora la han estado distorsionando gravemente. Pero nada, ni una cosa ni otra. Un inmobilismo realmente exasperante y suicida.

Ojalá me equivoque, pero creo que Maduro se ha equivocado de nuevo. Amanecerá y veremos.

Nota: Declaraciones de la fiscal: "No podemos exigir comportamiento pacífico y legal de los ciudadanos si el Estado toma decisiones que no van acordes con la ley". Panorama 4-5-17. Es decir, que en caso de que el Estado tome una decisión equivocada, es perfectamente lícito que los ciudadanos, en lugar de procurar una rectificación por las vías pacíficas e institucionales, es razonable que incendien y destruyan al país. ¿No es esto una descarada incitación a la violencia? ¡Qué descaro! l¡Que sentido de la legalidad y el estado de derecho tiene esta señora!