¿Quién dijo Judas? Aquí estoy…

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A Venezuela la quieren crucificar

Mi amado país. Ese país de brazos abiertos para recibir a cualquiera, sin distingo alguno. Ese país solidario, de mano abierta y corazón profundo. Ese país donde nací, me desarrollé, estudié y crecí como ser humano. Ese país, lleno de historia libertadora, dentro y fuera del espacio geográfico. A ese país, uno puñado de malos hijos, lo quieren crucificar. La locura se desató, a tal punto que Gustavo Dudamel, el joven y talentoso director de orquestas a nivel internacional, después de haber aguantado una presión bestial, a través de las redes sociales, cedió. ¿Qué pasó Gustavo? ¿Se te doblaron las piernas? ¿Perdiste tu memoria? ¿O se te subieron los humos? ¿Te olvidaste, tan pronto, del apoyo decidido, entusiasta y venezolanita, que tuvo en su momento Hugo Chávez para el Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas? ¿Olvidaste, de un día para otro, el apoyo decidido y generoso que ha tenido Nicolás Maduro, con ese sistema, de donde saliste tú? Gustavo, me sorprendió tu crítica a este gobierno. Has sido injusto. Torrencialmente injusto. Nada más para complacer a un grupo de venezolanos que no desean instrumentos musicales para los jóvenes, sino balas y armas para matar. En la búsqueda de que tú país sean crucificado para complacer, en primer lugar, a unos desquiciados, violentos y criminales, y, en segundo lugar, entregárselo al imperio, con toda su riqueza material y espiritual. Los Ángeles, donde resides confortablemente, como digno Director de la Filarmónica que lleva ese mismo nombre, forma parte del imperio que quiere apropiarse de tu país. Pero aquí, Gustavo Dudamel, existen hombres y mujeres que lucharemos hasta morir, si es necesario por defender la patria de Bolívar y Hugo Chávez. Te felicito. Ahora recibirás más aplausos de los que recibías antes. Ahora no habrá ataques por las redes. Ahora, eres un hombre nacido en otra parte. En efecto, tú mandas a Maduro que rectifique y que oiga al pueblo. ¿Por qué no le dices a Capriles, Guevara, María Corina Machado, entre otros, a que rectifiquen ellos? ¿Qué dejen de destruir bienes públicos y privados? ¿Qué dejen de trancar las calles y avenidas? ¿Qué cesen de provocar muertes? Son ellos quienes tienen que rectificar. Igualmente, le exiges al presidente Maduro que oiga al pueblo… Lo está haciendo desde que asumió el alto cargo que hoy ostenta. Tanto lo está, que ha convocado a una Asamblea Constituyente Originaria. Eso es oír al pueblo. Eso es trabajar por la paz, la paz, y la paz, señor Dudamel. Eso significa llamar a un diálogo popular y revolucionario, ya que esa gente visceralmente violenta no quiere diálogo. Quiere guerra. Quiere sangre. Quiere muerte.

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Un Falso positivo

El señor Leopoldo Castillo, debería estar preso. Bien preso, a pesar de la edad que tiene. En otro país, lo estuviera, sin duda alguna. Pero estamos en Venezuela. Aquí lo que campea es la impunidad. ¿Por qué digo esto? Por lo que hizo, respecto a Leopoldo López, el señor que está bien preso y bien cuidado en Ramo Verde. El señor de marras, es decir, Leopoldo Castillo, difundió de manera categórica una mentira que ha podido causar un daño irreparable al país. A estas horas podrían contarse los muertos por centenares. Este periodista irresponsable afirmó que Leopoldo López era llevado al Hospital Militar sin signos vitales. Y, además, agregó que las autoridades iban a informar que lo llevaban al hospital por una intoxicación. Como sería el tamaño de la mentira, que otro periodista, Eduardo Rodríguez Yolitte, le llamó la atención por su mentira. Su peligrosa mentira. Que ha podido producir muerte de gente inocente. Todo por cuadrarse con el complot contra Maduro y su convocatoria a la Constituyente. He allí la maldad. La perversa maldad de un periodista. Que le importa un pito quien se muera, con tal de saciar sus deseos diabólicos. ¿Y dónde está la Fiscal Luisa Ortega Díaz? ¿Qué hacen sus fiscales del Ministerio Publico? No hacen nada. Ojo, venezolanos y venezolanas nos les extrañe que en las próximas horas atenten contra algún dirigente chavista o de la misma derecha. La locura les carcome la sangre y la mente. Ya no tiene espacio para más odio. Están repletos. He allí el peligro…

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Mensajes

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, ha comenzado a recibir mensajitos. Ustedes verán como llueven los pedidos al primer mandatario, luego del mensaje de Gustavo Dudamel y Servando Primera. No les extrañe que artistas, nacionales y extranjeros, peloteros de las grandes ligas, entre otros, sigan en la lista de mensajeros. Ahora todos, toditos, querrán dar consejos al presidente: "Rectifique, presidente. Deje hacer a estos angelitos. Son muchachos buenos. Los mejores hijos de esta tierra. Deje que se expresen verbal y físicamente en las calles. Que desaten su furia y su odio con lo que encuentren por delante. Eso es bueno para la salud mental de ellos, señor presidente. Permíteles que secuestren gandulas y quemen al país, si fuera necesario. Ellos sólo están escribiendo una nueva página de la Venezuela explotada, oprimida y castigada por la casta que usted representa. Dele chance para que curen sus heridas, sus traumas y sus perversidades…". Y entonces el presidente Maduro, los llama a Miraflores: "Muchachos aquí les entregó las llaves de la Venezuela encarcela. Abran las rejas, y hagan con ella lo que quieran. Pueden entregarla al imperio, como regalo en este festín liberador… Pero, no se preocupen, no tiene que hacer esto último. El imperio cobra y cobra rápido y furioso, sin permiso de nadie. Construyan el país con el cual han soñado. Yo no quiero ser culpable de las frustraciones de sus vidas. Aquí tiene, me voy. Les transfiero el poder". Pero la voz interna de Maduro, truena. Su eco traspasa todas las fronteras: "En efecto, le transfiero el poder al pueblo, mediante la convocatoria a una Constituyente originaria. No quiero poder. El poder es del pueblo. El pueblo decidirá: ¿O Constituyente o balas? ¿Destrucción o trabajo creador? ¿Trancazos o paso libre para todos? ¿Estudio o vagancia? ¿Paramilitarismo o milicias? ¿Almagro o Chávez? ¿Donald Trump o Simón Bolívar? ¿Colonia o soberanía?, en fin, ¿Vida o muerte?".

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¿Quién dijo Judas? Aquí estoy…

Los judas están a la vuelta de la esquina. Están agazapados. Sólo esperan ofertas, para venderse al mejor postor. O dicho de otra manera, sólo esperan por un puñado de dólares. Vengan de donde vengan. Si es del imperio, mejor. Ojo, los traidores no se han ido. Solamente algunos se marcharon bajo presión. Los demás están aquí y allá. Esperando el momento oportuno. En bajo perfil. Eso sí, chupando lo que puedan. Y esperando la oferta. Si el imperio llamara a una subasta para los judas, no habría cupo a los pocos minutos. ¿Qué demuestra esta actitud servil y esta genuflexión de algunos nacidos en el territorio nacional? Demuestra, simplemente, que nacieron en esta tierra sagrada y bendita por equivocación, pero ellos no son verdaderos venezolanos. Son de todo, menos venezolanos. La estirpe criolla es generosa, ama a la paz, y cuando ha guerreado es para liberar a otros pueblos, en este caso, del impero Español. De esa estirpe están hechos los chavistas. Los verdaderos chavistas. Y por eso dicen que Rondón no ha peleado. Porque, a pesar del virulento y despiadado ataque, contra nuestro presidente, contra el país, y contra la revolución, Rondón está listo para entrar en combate, pero luce tranquilo, esperando. Sólo espera y mantiene la esperanza cierta, como buen venezolano, que la gente obnubilada por el odio, rectifique, y tenga un poco de piedad por la tierra donde nacieron, y cesen en su afán por sembrar el terror por donde pasan… ¡Se cansa uno!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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