Estimado lector: En esta época en la cual está en práctica en Venezuela nuestra revolución bolivariana, la cual se basa en una nueva concepción de ver la vida, antes sin esperanzas, y cambiarla por la filosófica de vivir viviendo, y que es una prolongación de la revolución que empezara nuestro Libertador Simón Bolívar en los años post-independencia de estos pueblos. Es primordial en estos días despejar algunas confusiones con las arribas nombradas denominaciones, y rebatir el concepto de muchos escritores que quieren hacer aparecer que al final representan lo mismo.
HISPANOAMERICANO. La palabra hispano denota una derivación de España, su gente y su cultura. Según las definiciones que da la Real Academia Española del término hispano, ésto serían los habitantes de la antigua Hispana, los españoles y también todos los ciudadanos de las naciones de Hispanoamérica, entre las que se incluyen España y los países hispanohablantes de América, que su vez puede ser extensivo a los habitantes de Estados Unidos que sean originarios de alguno de aquellos países. Con término hispanoamericano se agrupa a españoles y americanos de lengua castellana. Hispanoamérica, como escribiera el ex presidente de Venezuela Dr. Rafael Caldera, "Es el nombre propio del conjunto de pueblos de habla castellana surgidos de la colonización española, es un término que envuelve la afirmación de los valores históricos de la hispanidad" Por hispanoamericanismo puede entenderse, entonces, la aspiración al acercamiento espiritual entre las naciones que surgieron del desmembramiento de la parte americana del Imperio Español; acercamiento que se traduciría en el mantenimiento de más y mejores relaciones que organizasen esta parte de la comunidad internacional en la defensa del patrimonio común, constituido por la identidad de una cultura, de un idioma, de una religión y otras anexiones.
Como se puede observar, el hispanoamericanismo sigue siendo una aspiración, porque nunca se pudo concretar con la firmeza necesaria a pesar de los reiterados intentos por hacer realidad oficialmente una unificación de criterios en foros como: Congreso de Panamá en 1826; Congreso de Lima en 1848 y el Congreso de Santiago de Chile en 1856. El objetivo perseguido por los pensadores que buscaron una unificación para el uso de tal concepto en los movimientos políticos surgidos a lo largo del Continente; no pudo consolidarse. Es decir, no fue suficiente solamente la comunidad de lengua, de raza, la cercanía geográfica o las motivaciones económicas lo que conformaría el sentimiento de solidaridad entre las antiguas colonias hispanas. El concepto hispanoamericano solo incluía al individuo criollo incorporado a la lucha por la emancipación y que peleó contra el español de quien descendía, pero no al indígena americano, que desde la conquista de estas regiones estuvo luchando por sus tierras.
Tampoco bastó para la cohesión de pueblos hispanoamericanos la acción económico-cultural, debido a que las relaciones entre la metrópoli y las colonias fueron severas prohibidas para los oriundos de esta parte del mundo y reservada solo a los de origen Español. Y un argumento muy poderoso y de común sentimiento para oponerse a usar este término, está basado en la consecución de la Independencia y la autodeterminación de un conglomerado de pueblos que se sintieron oprimidos por un enemigo común; los españoles. También hay que tomar en cuenta que en Sur América no solo subsisten pueblos de habla castellana, allí Brasil con su lengua portuguesa y por ello este otro vocablo, Iberoamérica, ello como una posibilidad de englobar a los pueblos de habla española y portuguesa, identificados de alguna manera en la lucha por la Independencia y en la consolidación de los valores que habrían de impulsar la unidad.