"¡He aquí el código que debíamos consultar!, y no el de Washington" (XIV)

En Venezuela estamos viviendo una etapa de afianzamiento de la inevitable REVOLUCIÓN BOLIVARIANA, sabemos que la lucha por establecerla va a ser muy reñida y que durará muchos años, razón por la cual tiene que tener seguidores de pelo en pecho, y ovarios bien plantados, para poder llevar adelante el peso y el tiempo que al final nos llevará a la obtención de un mejor nivel de vida para todos los habitantes de esta tierra de gracias. Si, implantar la revolución bolivariana nos hará ver a un buen número de traidores, civiles y militares, personas que después de disfrutar una pasantía revolucionaria y gozar de prebendas, y que por sufrir algún disgusto, casi siempre en la merma de sus beneficios económicos, se les enfrío el guarapo y entonces sin pensarlo dos veces se fueron a la oposición, convirtiéndose en más fascistas que los eternos fascistas, aprovechando aquello de que "No hay peor cuña que la del mismo palo" lo utilizan por algún tiempo, pero al ver la oposición política que ya no es útil lo tiran a la basura, y entonces pasan a sufrir del llamado síndrome del condón al darse perfecta cuenta que allí nunca fue querido, siendo entonces cuando se percatan de que al traidor solo lo aceptan, con mucha deferencia, en la quinta paila del infierno. Si, el destino de los traidores es muy triste, y lo perverso del asunto es que el traidor arrastra, por el repudio de un pueblo digno; a toda su familia.- Lo anterior es el acostumbrado introito del escrito sobre el análisis de lo que significa: Hispanoamericanismo, Latinoamericanismo y Panamericanismo.

Durante la segunda parte del siglo veinte se ha intentado el acercamiento entre los países preferentemente por la vía económica, siguiendo el modelo de los países europeos, la integración económica se ha considerado y se ha justificado, no sólo como un fin por sí mismo sino también como un medio para avanzar hacia la formación de una comunidad latinoamericana. La homogeneidad cultural e histórica, idioma, religión, origen, idiosincrasia y territorialidad han hecho pensar que la formación de una comunidad de naciones Latinoamericanas no encontraría los obstáculos presentes en otras latitudes y permitiría una realización más plena de la identidad y las potencialidades de la región. Los niveles de desarrollo relativamente similares de los países del área contribuirían en el mismo sentido. La independencia de la mayoría de los países del Caribe y el acercamiento entre ellos y de ellos con los otros de América Latina ha ampliado el concepto y el alcance geográfico de una posible comunidad, la cual ahora se concibe en términos de América Latina y el Caribe.

Los temores del Libertador Simón Bolívar hoy se manifiestan nítidos y transparentes, en una oportunidad él le escribe al Coronel Patricio Campbell, el 5 de agosto de 1829: "Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la Libertad" Como igualmente se ha consignado antes, Bolívar advirtió a Santander en cartas del 20 y 30 de mayo de 1825, la inconveniencia de invitar a los Estados Unidos al Congreso Anfictiónico de Panamá. Antes, en 1819, al pronunciar en el Congreso de Angostura su célebre discurso, Bolívar deja constancia nuevamente de esta misma clara visión, cuando al referirse al sistema legislativo que convenía a las repúblicas hispanoamericanas, expresa: "Debo decir, que ni remotamente ha entrado en mi la idea de asimilar la situación y naturaleza de los Estados tan distintos como el Inglés Americano y el Americano Español. ¿No sería muy difícil aplicar a España el Código de Libertad política, civil y religiosa de Inglaterra? Pues aún es más difícil adaptar en Venezuela las Leyes del Norte de América. ¿No dice el Espíritu de las Leyes que éstas deben ser propias para el Pueblo que las hace? ¿Qué es una gran casualidad que las de una Nación puedan convenir a otras? ¿Que las leyes deben ser relativas a lo físico del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a su extensión, al género de vida de los Pueblos?* ¡He aquí el Código que debíamos consultar!, y no el de Washington" Solo después de haber sufrido Sur América la condena y sufrir invasiones, mutilaciones territoriales, atropellos, privación de la libertad de autodeterminación, asfixia de iniciativas creadoras hasta ser sometida a la miserias; es cuando esta América ha venido a entender el significado y la profundidad de las lecciones difundidas y dejadas como un excelso legado por nuestro Libertador Simón Bolívar.



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José M. Ameliach N.


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