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"El padre de la democracia"
Rómulo Betancourt
Rómulo Betancourt, el "padre de la democracia venezolana", nunca dudó un instante en hacer lo que tuvo que hacer sin importarle un rábano la Constitución y los derechos humanos con tal de defender su gobierno ante la gente de izquierda que osó enfrentar el régimen represivo y criminal, luego de la pérdida de la gran oportunidad que se le presentó al país con el derrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Los adecos y copeyanos unieron fuerzas para impedir que no pasará lo que debió pasar el 23 de Enero de 1960. No le templó el pulso para encarcelar a diputados sin juicio alguno, como lo hizo con los diputados del PCV y del MIR. No le templó el pulso para "sacar del juego" al PCV y al MIR, como partidos. Ambos pasaron a la clandestinidad. Rómulo Betancourt, fue el verdadero padre de "Disparen primero y averigüen después", frase que hizo historia en la década de los 60, 70 y 80. Fue así como muchos revolucionarios cayeron abatidos por las balas asesinas de los esbirros torturadores de los organismos de seguridad del régimen bentancurista, como el de Raúl Leoni… Gobiernos que dejaron una estela de muertos, torturados y desaparecidos. Fue el gobierno de Betancourt que ideó construir un campo de concentración en la Isla del Burro. Para tal fin buscó el asesoramiento de expertos alemanes, vinculados al nazismo. Las alambradas eléctricas circundaban al centro de reclusión de presos civiles y militares. Mientras que las garitas estaban atestadas de armas de alta potencia.
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Presos asilados del mundo
Después de los sucesos del Carupanazo y el Porteñazo, la represión adquirió niveles espeluznantes. Se agilizó la construcción del Campo de Concentración "Rafael Caldera" en la isla del Burro. Así fue bautizado por los revolucionarios de la época. Cuando estuvieron listas las instalaciones trasladaron desde diversas cárceles a centenares de luchadores entre ellos guerrilleros y combatientes urbanos. Así como a los militares revolucionarios que se habían revelado contra Betancourt y su régimen represivo y criminal. Lejos, muy lejos de la civilización, allí fueron a parar centenares de presos civiles y militares. Los familiares asumieron sus penurias con hidalguía, con dignidad y compromiso cuando tenían que recorrer muchos kilómetros de carretera, en autobuses hasta llegar al pueblo de Magdaleno, y, luego a y Yuma para llegar al embarcadero y abordar una vieja gabarra para poder llegar a tierra firme donde nos esperaba la Guardia Nacional, peinilla en mano, haciéndonos pasar al sitio de la requisa. Una requisa severa por parte de los efectivos de la Guardia Nacional, y de los custodios civiles. Para nosotros no había CNN, ni ONGs, ni canales de televisión como Globovisión o Televen. No había un Almagro y su OEA, ni un Uribe, ni un Rajoy. No existía una voz doliente en los diputados europeos. Nada de eso. Ni siquiera existía la Defensoría del Pueblo. Sólo peinillas para los presos que protestaran, o castigos de aislamiento. Ni siquiera disponíamos de hospital a tiempo, y muchos murieron, tal es el caso del Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, quien murió de mengua en el cuartel San Carlos, con una asistencia tardía. No había nada qué hacer, sino esperar lo que llegara un Hugo Chávez y su 4 de febrero de 1992.
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"Romo Verde Suits"
En la Venezuela de hoy, es diferente. Por ejemplo, existe un lugar de reclusión llamado "Ramo Verde Suits", donde los presos o detenidos gozan de todo: de visitas familiares y conyugales cada semana. Tienen televisor, y disponen de internet. Y como si fuera poco pueden declarar en CNN cuando les dé la gana. Existe la Defensoría del Pueblo, y un Consejo Nacional de Derechos Humanos. Ahora mismo, un señor llamado Leopoldo López, preso por haber instigado a sus seguidores a una violencia criminal, donde perecieron 43 personas, termina de cumplir mil días preso, y, por tal razón, su señora esposa está "llorando" ante Raimundo y todo el mundo, clamando la libertad para su esposito. Y haciéndose eco de los "maltratos" que recibe. Ella misma denuncia a cada rato que la "desnudan" y la "vejan" los custodios. Señora Tintori, hable con los sobrevivientes de los presos de la Rómulo Betancourt y Raúl Leoni, y comprobará que nada, absolutamente nada, se puede comparar entre el pasado y el presente. Usted anda de calle en calle, de canal en canal, de país en país, alzando su voz, y hasta hay incautos que le creen sus mentiras. ¿Usted sabe cómo viajaban nuestros familiares hacia la isla del Burro? En autobús. Hacían colectas para reunir el pago del transporte, y para llevar un poco de comida a sus presos. Presos con dignidad. Presos verdaderamente, presos. Fueron muchos los presos y familiares que enfermaron y murieron como producto del cautiverio a que fuimos sometidos por Betancourt. ¿Usted se queja por las condiciones del "Ramo Verde Suits"? Ojalá pudiera ver las gráficas que aún, después de 55 años de aquella época de asesinatos, torturas y desaparecidos, hablan por sí solas. Usted, señora Lilian Tintori, se moriría de pena al verlas. Siga su peregrinar por los despachos de la derecha más rancia del mundo, gastando los dólares que el imperio le suministra para mal poner al gobierno revolucionario de Nicolás Maduro. Siga. Algún día se cansará….
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Represión y torturas
El régimen de Betancourt, desde el principio de su mandato hasta el final, se caracterizó por hacerle la vida difícil a todo aquel que oliera a comunista. Inclusive, fue implacable con sus propios excompañeros agrupados en el MIR, partido que había nacido como consecuencia de la lucha en la clandestinidad, donde jóvenes como Domingo Alberto Rangel y Américo Martín, entre otros, no estuvieron de acuerdo con la traición que se le hizo al espíritu unitario y esperanzador del 23 de Enero de 1958. Tal actuación del señor Betancourt generó golpes tras golpes. En ese sentido, "…Primero pudo desmantelar la "invasión de Castro León", semana santa de 1960; más tarde conato del Güairazo y el mismo año (1962) los alzamientos de Carúpano y Puerto Cabello, en los cuales el MIR y el PCV tuvieron participación activa…". (Jesús Sanoja Hernández, en "Entre golpes y revoluciones") .Recordemos que tanto el PCV y el MIR fueron ilegalizados a raíz de su participación en el Carupanazo. Betancourt no desaprovechó la oportunidad para afincar toda su fuerza represiva contra esos dos partidos de izquierda, puso preso a todo el mundo y prohibió la circulación de Tribuna Popular, periódico que pasó a imprimirse en un formato pequeño en la clandestinidad.
En enero de 1963 son fundadas las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Así como el Frente de Liberación Nacional, en su rol de organismo cúpula de dirección. Betancourt, desde los Estados Unidos, no tardó en calificar las acciones de la FALN como actos terrorista. La aplanadora represiva, representada en el SIFA y la Digepol, arreció la persecución de los revolucionarios a todo nivel. Las cárceles empezaron a llenarse de rebeldes, o "revoltosos cubanoides", según el propio Betancourt.
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"Maten a los opositores"
Por otro lado, Tribuna Popular, número 25, del 24 de septiembre de 1962, había informado de la actitud represiva y criminal de Rómulo Betancourt, quién hacia honor a su famosa frase de "Disparen primero y averigüen después: "La vesania criminal de Betancourt-Copei-Briseño Linares ya no tiene límites. Su desesperación y su desmoronamiento los conducen a figurar en el primer puesto, en el puesto de honor, de los gobiernos más sanguinarios del mundo". Y señala de seguida, el escrito:
"El último decreto de Betancourt es el de matar a sus enemigos, a los que le hacen oposición. Tanto en su discurso ante los Jueces como en su intervención en la Convención de Gobernadores, esa fue la consigna, esa fue la directriz…".
En ese sentido, Tribuna Popular, no sólo destaca la posición descarada y anticomunista de Rómulo Betancourt, sino que precisa que la Digepol ya se encontraba allanando residencias y poniendo preso a la gente de izquierda, bajo el mando de Santos Gómez, consumado y conocido torturador. Así como el no menos famoso Atahualpa Montes.
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Tortura, desaparición y muerte
Es bueno precisar que los gobiernos adecos-copeyanos, se caracterizaron por su atropello a los militantes de izquierda, así como sus prácticas de tortura, las desapariciones forzadas y la muerte. Fueron centenares los hombres y mujeres, jóvenes la mayoría, civiles y militares, que fueron torturados, desaparecidos y asesinados por los esbirros de gobierno. Algunos fueron tirados desde helicópteros, como hicieron con Soto Rojas. Otros tirados al mar, como fue el caso del profesor Alberto Lovera, a quien, una vez torturado y asesinado, amarraron su cuerpo con gruesas cadenas y lo lanzaron al mar. Con los días aparecería flotando en "Machurucuto", estado Miranda. La historia recoge en sus páginas los más espantosos crimines políticos en la era del "Acuerdo de Punto Fijo", las diversos tipos de torturas y de la aparición, por primera vez en Latinoamérica, el modelo de la desaparición.
(Próxima entrega: La isla de la dignidad revolucionaria)