1
55 años del Porteñazo
Hoy, 2 de junio de 2017, se cumple el 55 aniversario del movimiento cívico-militar acaecido en la ciudad de Puerto Cabello, estado Carabobo. A pesar de los años ese hecho, que ocupará por siempre unas páginas en nuestra historia política, como un hecho único, donde la tropa rebelde y la del gobierno de Rómulo Betancourt (el presidente de la época), se enfrascaron en una lucha feroz y cruenta por el dominio d la ciudad, durante tres días. Desde el sábado en la madrugada hasta el lunes al anochecer, cuando se avizoraba, por parte de los rebeldes, un desenlace no apetecible. Los objetivos no se habían logrado. En efecto, el Porteñazo está vivo. Aún podemos hacer que permanezca más tiempo en las mentes de los venezolanos y venezolanas. Por su trascendencia histórica, ese movimiento se ha mantenido vivo a lo largo de más de medio siglo, y, pienso, sin duda alguna, que mientras exista el 4 de febrero, desde el punto d vista que queramos verlo, en ese sentido nuestro movimiento estará vigente.
Cabe destacar, que de los tres jefes del Porteñazo, sólo uno esta con nosotros. El Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez murió hace años, gracias a la indolencia de los carceleros del Cuartel San Carlos. Se le negó la asistencia médica oportuna, y falleció de un infarto el… El segundo jefe lo fue el Capitán de Fragata Pedro Medina Silva, quien también falleció. El tercer jefe aún está vivo. Se trata del Capitán de Corbeta, para la época, hoy Capitán de Fragata Víctor Hugo Morales. Moralito, como se conoce popularmente, arribó recientemente a sus 90 años de edad. Sigue siendo el mismo revolucionario de conciencia pura. Se ha mantenido firme, en una sola línea, apoyando, desde su trinchera tanto a Hugo Chávez Frías, como a Nicolás Maduro Moros. Hace poco hablé con él telefónicamente y me dijo sobre la Constituyente: "Es el camino correcto. Maduro, sabiamente, convocó a la Asamblea Nacional Constituyente, en el momento preciso cuando el país, gracias a la derecha radical y obcecada, sume al país en una crisis aguda y peligrosa para el gobierno y para el proceso revolucionario. Tenemos, pues, que apoyar la convocatoria del Presidente Nicolás Maduro, y estar ojo avizor y rodilla en tierra para defender, con nuestras vidas, si fuera necesario, el proceso que nos legó Hugo Chávez". Ese es Moralito. El hombre de hierro. El hombre cuyas raíces están profundamente enterradas en nuestra tierra.
Los tres jefes del Porteñazo:
Cap. Ponte Rodríguez, Cap. Medina Silva, Cap. Víctor Hugo Morales
Cap. Víctor Hugo Morales, Tte. Pausides Gonzáles, Alf. Freddy Figueroa Bastardo,
Alf. Sierra Acosta y Maestre de segunda Teófilo Santaella.
Entrevista a Hugo Chávez en 1995
Por Teófilo Santaella
Chávez y el periodista
"Teófilo", me dijo una voz a través del hilo telefónico, "si te interesa para una entrevista, tengo en mi empresa, en la zona industrial de Matanzas, al mismísimo Comandante Hugo Chávez. Te esperamos". Era yo, para aquel entonces, director del diario El Guayanés, con sede en Puerto Ordaz. Invité a que me acompañara un fotógrafo y en 20 minutos estaba yo en el lugar indicado. Cuando hice mi entrada a las oficinas de la empresa, al primero que vi fue a mi amigo y compañero de prisión, el doctor Manuel Quijada, quien formaba parte del grupo que acompañaba al Comandante. Al hacer mi entrada nos abrazamos y me dijo: "Ya el Comandante estará contigo". Quijada sabía que yo iba en camino, gracias a que mi amigo empresario se lo había hecho saber. A los 10 minutos tuve en frente al hombre, vestido con un "liqui-liqui" color verde oliva, impecablemente ajustado a su cuerpo. Manuel nos presentó. "Comandante, este señor participó en El Porteñazo, usted debía ser un muchacho, cuando nos alzamos contra Rómulo Betancourt… Ahora Teófilo es periodista". Así comenzó mi encuentro con Hugo Chávez Frías, quien, dicho sea de paso, terminaba de concluir una gira por Cuba y Argentina, entre otros países. Corrían los primeros meses de 1995.
—Tú preguntas y yo, si puedo, responder. Pero no uses tu batería, como la usaste en Puerto Cabello (risas).
—¿Cómo está su ánimo, Comandante, después de su periplo por varios país?
—Muy bien. Me siento muy bien. Yo diría que inmejorable. Tú sabes, uno después de tener contacto con otros países, y de pulsar la situación económica, pero sobre todo política, uno recoge y recoge, como cuando yo recogía mangos allá en mi Sabaneta de Barinas. Pero ahora, se trata de recoger consejos, recomendaciones, y de un cúmulo de experiencias sumamente importante para mí, pero sobre todo para nosotros. Me refiero al grupo de compañeros que me acompañan en este camino lleno de obstáculos, pero de donde saldremos airosos. Así que me siento reconfortado para seguir la lucha. Fidel me inyectó una dosis de entusiasmo invalorable. Yo intuía ese encuentro. Desde hacía meses estaba flotando en el ambiente. Entonces, para Hugo Chávez, como militar, como bolivariano, y como latinoamericano, ese contacto directo con Fidel fue altamente positivo, desde todo punto de vista. Desde siempre he admirado al proceso cubano y, por ende, a su máximo líder…
Esta entrevista se realizó en Puerto Ordaz, a comienzos de 1995, y, para mí, fue muy importante no sólo como periodista, sino como participante en el alzamiento rebelde que tuvo lugar 2 de junio de 1962, en la ciudad de Puerto Cabello. Después del Comandante Chávez haber respondido varias preguntas, las cuales llenaron las dos páginas centrales del periódico, se invirtieron los roles. Él, con su jocosidad y humor, me dijo: "Yo no soy periodista, pero si me lo permites, podrían convertirse en periodista aunque sea por unos instantes… ¿Me autorizas? Y es que me llama la atención que yo esté siendo entrevistado por un participante en El Porteñazo, y luego sea yo quien lo entreviste (Risas). Haber, haber, para ese entonces yo tendría… unos 8 años. Y oí de lo que había sucedido, por allá, en un lugar de mi patria. Entonces llamé a Adán, mi hermano mayor, y lo interrogué sobre lo que había pasado con unos militares. Y él me puso en conocimiento, con su don de maestro, como mis padres. La herencia no se puede ocultar. Entonces, ¿qué hiciste tú, allá en Puerto Cabello?".
Le respondí que yo era Suboficial, tripulante del Destructor ARV-Zulia, donde colaboré para la toma del buque, en aquella madrugada del día sábado 2 de junio de 1962… (El comandante me interrumpió): "A caray, Negro, tu formabas parte de la tripulación del Zulia. Fíjate, que estando yo en Yare, conocí a un amigo tuyo. Se trata del Teniente de Fragata Fermín Castillo, hoy abogado. Fermín, se incorporó a mi equipo de abogados… Te voy a dar una opinión que no me has pedido, pero como periodista que eres, de seguro que me la ibas a hacer. Me ibas a decir: ¿Comandante que opina usted del Carupanazo y el Porteñazo? Porque Adán no sólo me habló de lo que ustedes hicieron en Puerto Cabello, sino también de lo que habían acontecido en Carúpano, a tan solo días de diferencia. Y eso no lo he olvidado. Más bien, esos hechos cobraron vigencia, con la insurgencia del 4 de febrero… ¿Por qué? Porque, a mi juicio, ustedes rompieron con un paradigma que había sobre los movimientos militares, enmarcados en los golpes tradicionales. Antes que ustedes, todos estaban cortados por la misma medida: golpes de derecha. Y después de ustedes, 30 años aproximadamente, nosotros".
A una pregunta mía, me respondió: "Para mí, el fracaso no existe. Existen circunstancias que obstaculizan un proyecto, un deseo o un programa, pero nada más. El tiempo se encarga de que carguemos de nuevo las baterías, después de habernos auto criticado y corregido las fallas. Ustedes, los del Carupanazo y el Porteñazo no fracasaron. Sembraron una semilla que, a mi juicio, germinó el 4 de febrero. Allí está el detalle, como decía Cantinflas, tomar notas del "fracaso" en un examen, localizar donde estuvo el traspié, y luego tomar los libros y quemarnos las pestañas para ir seguros a la reparación. Yo, a Dios gracias, no tuve poblemos en mis estudios. Pasé casi todas mis materias de la primaria eximida, donde mi padre fue mi maestro, y era más exigente conmigo, y, luego, cursé un bachillerato bueno, muy bueno, hasta llegar a la Academia Militar, donde me gradué entre los primeros de mi promoción. Así, pues, no hay fracaso, sino pasos para trazar una ruta, donde hay veces hay que zigzaguear, e inclusive, retroceder, si es necesario, para luego avanzar hasta el final. Ustedes, en su época, el 4 de mayo y el 2 de junio, lo hicieron bien, tan bien como lo hicimos nosotros el 4 de febrero de 1992".
"Pásame el testigo para exhortar a que me eches un cuento, corto, pero sustancioso (como los sancochos que hacíamos a la orilla del río Barinas), sobre El Porteñazo", eso me dijo el Comandante. Y me dispuse a responder.
—Mire Comandante, la madrugada del sábado 2 de junio de 1962, el pueblo de Puerto Cabello se despertó entre el sonido de los cañonazos y el de las ametralladoras. La Base Naval No. 1, había sido tomada por los Oficiales y Suboficiales, al mando del Capitán de Navío Manuel Ponte Rodríguez, el Capitán de Fragata Pedro Medina Silva y el Capitán de Corbeta Víctor Hugo Morales. Inmediatamente, la información llegó al Presidente de la época, Rómulo Betancourt. Él, malencarado llamó su ministro de la Defensa, y le dijo: "Yo les dije que metiera a la cárcel al grupito ese que se escapó del alzamiento en Carúpano. Ahora me acaban con estos comunistas como sea. Ataquen por aire, tierra y mar, aprendelos que yo me encargo de que le metan la pena máxima de 30 años.
—¿Muchos muertos?
—Muchos, Comandante. La cifra no es exacta, pero se habló de más de 400 muertos y mil heridos. La represión se acrecentó contra todo lo que oliera a comunismo. Por cierto, al año de ese acontecimiento el Frente de Liberación Nacional (FLN) emitió un comunicado, donde decía:
"El 2 de junio es una fecha de victoria y esperanza para Venezuela Ese día apareció en Puerto Cabello un movimiento que, junto con el de Carúpano, habrá de hacer historia. Los destacamentos del pueblo y las unidades revolucionarias de las Fuerzas Armadas unieron esfuerzos y heroísmo por erradicar a la patria la vergüenza de la sumisión colonialista y ahorrarle al país el dolor de la opresión. Derrotada la insurrección de Puerto Cabello, ha seguido viviendo. Las causas profundas atenazadas por la abnegación del pueblo no mueren jamás. Puerto Cabello arroja enseñanzas que no podemos olvidar los revolucionarios venezolanos. Debemos recogerlas, cultivarlas y desarrollarlas para que arrojen luz en nuestro camino. Puerto Cabello confirmó el hecho, bastante auspicioso, de la existencia en nuestras Fuerzas Armadas de vanguardias revolucionarias que son capaces de llegar a la insurrección si miedo a las confusiones ideológicas y a arrostrar la furia del enemigo... En Puerto Cabello aprendió el pueblo venezolano, en la dura experiencia de las refriegas callejeras, el arte de la guerra… El Frente de Liberación Nacional ha recogido en su programa los postulados de los combatientes, civiles y militares, de Puerto Cabello y Carúpano. Nuestras banderas son las mismas que ellos enarbolaron. Nuestras esperanzas y nuestros deberes son los mismos que inspiraron su gesto. Hoy, más que nunca, está planteado en Venezuela el camino que nos trazaron los héroes de Puerto Cabello… La lucha armada es el medio indispensable que la historia nos indica. No hay otra alternativa para liberarnos. Esa es la lección más importante de Puerto Cabello".
—Muy bien, Negro, como tengo que ir al oriente del país, y sólo dispongo de un carrito chocón, hazme la última pregunta.
Y se la hice. Esta fue su respuesta: "El Movimiento Bolivariano no participará en esas falsas elecciones presidenciales, ni apoyaremos a nadie. Por el contrario, vamos a lanzar, desde ya, una contra campaña. Vamos a recorrer todo el país, llevando a los venezolanos un verdadero mensaje Bolivariano, y organizándolo para la lucha verdaderamente revolucionaria que se avecina. Ese es nuestro compromiso y en él gastaremos nuestras energías a lo largo de 1995… Desde luego que nuestro objetivo marco es la toma del poder y para ello nos estamos preparando en todos los ámbitos. Estamos estudiando, impregnandose de los más amplios conocimientos que se requieren para gobernar un estado moderno. Y de allí nuestros contactos con otros países, con Universidades y Centros de Investigación. No queremos llegar al poder para improvisar. Para efectuar los cambios que nos proponemos, tenemos que estar al día en geopolítica, en economía, y en la creación de un polinomio de poder, que no es otro que el poder social, el cual permitirá el verdadero cambio hacia la consolidación de un proyecto de país, donde se consolide nuestra independencia y nuestra soberanía".
Hugo Chávez se despide del periodista
Militares sobrevivientes del Carúpanazo y el Porteñazo
La Marina de Guerra (hoy La Armada Bolivariana), siempre se ha caracterizado por marcar pauta cuando de dignidad se habla en este país. Basta con recordar que el Almirante Wolfgang Larrazábal Ugueto fue quien presidió la Junta de gobierno, una vez que fue derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, donde la Marina tuvo un rol determinante. Luego, siguiendo ese mismo espíritu pleno de patria, surgieron en mayo y junio, los dos alzamientos donde una vez más la Marina abrió sus brazos para abrazar al pueblo venezolano. Hoy, 2 de junio de 2017, apenas sobreviven una 14 hombres que no sólo dijeron presentes en aquella época, sino que lo confirman hoy cuando la Patria está acechada por sus malos hijos. He aquí la lista. Carúpano: Capitán de Fragata Jesús Teodoro Molina Villegas, Teniente de Navío Luis Delgado Delgado, Tte. Eufrasio Silva Mata, Teniente de Fragata Francisco Aguilera, Teniente de Navío Daniel Pérez Martínez, Teniente de Navío Américo Farías Abreu y Teniente de Fragata José Luis Acuña.
Porteñazo: Capitán de Fragata Víctor Hugo Morales, Capitán de Fragata Miguel Henríquez Ledezma, Teniente de Navío José Ramos Meléndez, Teniente de Navío Pastor Pausides González, Teniente de Navío Teófilo Santaella, Teniente de Fragata Emilio Ramírez Rodríguez y Teniente de Fragata Alberto Leal Romero.
Oficiales sobrevivientes del Carupanazo y el Porteñazo homenajeados en la Academia Naval de Mamo en el 2014.
Miqueas Figueroa y Teófilo Santaella
Teniente de Fragata (hoy de Navío) Teófilo Santaella y el Capitán de Corbeta (hoy de Fragata) Jesús Teodoro Molina Villegas (Jefe del Carupanazo).
Tte. Teófilo Santaella, Tte. Eufrasio Silva Mata, Cap. Molina Villegas
y Tte. Luis Delgado Delgado
Capitán Víctor Hugo Morales, Tte. Teófilo Santaella, Tte. Luis Delgado Delgado, Capitán Miguel Henríquez Ledezma y Alférez Francisco Aguilera.
Alférez de Navío (hoy Tte. de Fragata) Franciso Aguilera, el Capitán de Corbeta (Hoy de Fragata) Víctor Hugo Morales,
y el Teniente de Fragata (Hoy de Navió) Teófilo Santaella