Ser madre no es cualquier cosa. Por eso una mujer, según Osho, debería hacerse madre sabiendo lo que hace. Es decir, cuando una mujer toma la decisión de ser madre, es una de las decisiones más transcendentales en su vida, y, por lo tanto, tiene que asumir su rol de madre, tal como se concibe desde que el mundo es mundo. Por eso Dios viendo que el hombre solo no podía tener una vida con sentido, creó a la mujer de una de sus costillas, según los escritos de la Biblia. Era la forma de que el mundo se expandiera por todo el planeta tierra. Y, además, tuviera un sentido. En otras palabras, la mujer debía parir para su regocijo y para la multiplicación de vidas para poblar el mundo. De allí que se diga que una mujer es mujer, verdaderamente mujer cuando pare. Cuando se hace madre. Leí que existe una gran diferencia entre ser mujer y ser madre. Una vez una mujer le preguntó a Osho que como hacía para cumplir con su deber de madre. Y él le respondió: "No lo consideres un deber, y el día que lo consideras un deber, algo muere, algo con un valor inmenso desaparece. La relación se ha roto… El niño es un regalo de Dios. Sé respetuosa con el niño, no solo amorosa, sino también respetuosa…".
Ser madre no es cualquier cosa. Cuando una mujer decide ser madre, está al frente de una de las mayores responsabilidades que se conoce en el mundo. Pocas como esa decisión. El rol de madre no es fácil. Su rol comienza, inclusive, antes de que nazca el niño. Por eso la mujer cuando está embarazada cambia, tanto en su aspecto físico como en su vida espiritual. Físicamente se ve más bonita, más frágil y candorosa. Espiritualmente, se observa entregada a Dios y a los rezos. Así se va presentado la futura madre hasta que nace su criatura. Recibe en sus brazos al regalo de Dios. Y lo mira con ternura. Y lo besa con delicadeza, y, luego, con el correr de los meses y los años, va madurando a la par que crece su retoño. Y se hacen uno. Y así será la vida de allí en adelante.
Ser madre no es cualquier cosa. Hace poco la madre de Neomar Lander, lamentablemente muerto cuando aún era un joven menor de edad, me sorprendió cuando dijo algo como que mi hijo no iba a dejar la calle. Tal vez quiso decir el infierno, con el debido respeto. Es decir, ella sabía que su hijo de tan solo 17 años andaba en malas compañías. Que estaba jugando con fuego. Y aun así lo permitió. "El luchaba por su futuro y el de muchos… El salió a protestar pacíficamente". Son respetables esas palabras porque vienen de una madre, y madre hay una sola. Pero sería bueno que los padres de jóvenes, en los actuales momentos, pelaran los ojos para saber qué hacen sus hijos, a dónde van y, sobre todo, con quien andan. Una madre es protectora de vida, desde que se gradúa de madre. Y la protección de un hijo va más allá de los deseos y de las actitudes ante un determinado gobierno. La vida es un regalo de Dios, por lo tanto debemos cuidarla, especialmente cuando se trata de una vida con pocos años de luz entre nosotros. En fin, tanto la madre, como el padre deben cuidar de sus hijos. Saber con quienes se reúnen y qué hacen. La vida es una bendición de Dios, por lo que hay que preservarla hasta donde se pueda…Ser madre y ser padre no es cualquier cosa.
Agregado:
Este artículo no pretende juzgar a nadie, ni dictarles pautas a los padres acerca de la crianza de sus hijos. Sólo es una reflexión, ya que estamos viviendo días difíciles, donde se han presentado hechos que conmueven a la colectividad venezolana, dado que se están perdiendo valiosas vidas de jóvenes, cuyas esperanzas se truncan del día a la noche. Un joven o una joven nunca podrán encontrar su futuro en la calle, donde impera la violencia, la droga, la destrucción, la manipulación de armas de fuego, tanto originales como caseras. La protesta es válida, y constitucional, pero deben ser pacíficas. No violentas como las que sufre el país desde hace más de dos meses.