Reflexión para leer sin pausa.- Observar discusiones pacíficas de verdad entre venezolanos, da para escribir tesis y múltiples análisis político-económicos, sobre la Venezuela 2017.
Un chofer en Chacao le contestó a una periodista quien calificó de terroristas a manifestantes que levantaron alcantarillas y barricadas humeantes, opinando que “los terroristas están en Miraflores”- Punto de vista de habitantes del este caraqueño en contraste con la señora humilde que en un pequeño local y al ver los precios de detergentes exclamó “este país no se aguanta, pero no me voy”. Explicó que tiene familiares en el exterior y por teléfono comentan diciéndole “en Venezuela estamos mejor que muchos, lo que pasa es que no sabemos cómo es la vaina afuera”.
A un obrero le oí afirmar “que vayan a seguir saboteando desde la cárcel”, él leía en un periódico la detención de terroristas por la violencia en San Antonio de Los Altos, y la quema de 53 autobuses en Ciudad Bolívar. También el apresamiento de delincuentes que encapuchados incendiaron depósitos de alimentos y medicinas en 2 Estados.
Vi un caballero tercera edad discutiendo con un joven que lo increpaba diciéndole “viejo, en los gobiernos de antes no se hacían colas y había de todo”, el anciano respondió alterado con una sinfonía de ñoooooos, indicándole de forma acalorada “¿y con qué ññññoooo comprábamos antes los pobres?, “no teníamos pensión ni un ñoooo…“, “tampoco los ricos le escondían alimentos al pueblo, uno pasaba hambre era porque no tenía plata ni un ñooooo…”. En definitivo final de desahogo, el señor tercera edad obviamente pensionado, le dijo al joven que le discutía, “no seas tú tan pendejo, tú no sabes un ññññññoooo de lo que pasaba antes, eras un carajito cuando mandaron los adecos y los copeyanos”.
Conclusión: si va a opinar valiéndose de lo que dice la oposición violenta y mentirosa acerca del antes de la revolución bolivariana chavista socialista, entérese, no vaya a ser que le dediquen una sinfonía de ñoooooos. Recuerde, el pueblo de menores recursos abrió los ojos a la política, gracias a Hugo Chávez, y sigue alerta con la espada de Bolívar que camina mucho más allá de América Latina.