No es fácil ser habitante de este país y pasar inadvertido ante la perversidad dineraria proveniente de la renta petrolera. Que, de paso, el rentísmo no es malo per se. Lo malo es mal invertir el dinero y más si este dinero les pertenece a los recursos de la nación, y por ende a todos los habitantes del país. La riqueza de la cascada se cambió por la riqueza del desagüe.
Si se nos pregunta de manera franca: ¿Qué somos los venezolanos frente al petróleo? Y de manera sana respondiéramos, diríamos que somos el nulo estudio en general por haber aprovechado la conciencia hacia el petróleo. La abundancia de sus riquezas nos apartó de la firmar hacia un compromiso, nos ganó la irresponsabilidad del manejo de las constantes bonanzas.
Hay guerra en tal país -por lo general perteneciente a la OPEP- y eso nos beneficia a los venezolanos. La respuesta, más importaciones, las consecuencias: atrapados en el rentísmo.
Se ponen de acuerdo los OPEP y los No-OPEP para bajar las cuotas de producción y en consecuencia subir los precios del barril y eso nuevamente nos beneficia, pero en nada nos cambia.
No aprendemos, esa es la dura verdad. Y todo nos parece indicar que seguiremos igual. Criticamos y la crítica para un país es muy dura y a veces triste.
Propongamos. Y no es exactamente a sembrar el petróleo. El arrebato de aquella célebre frase nos llevó a adoptar medidas irracionales de importaciones y como bien lo dijo Salvador de La Plaza, -apenas en el año 1960- perdimos hasta la fruta en este país tropical y todo por la voracidad de las importaciones y de los productos enlatados distribuidos en todas las marcas por las cadenas de supermercados que estallaban a todos lados para comprometer el bolsillo y con él, el futuro del venezolano.
Los irresponsables. Gobiernos que durante un siglo nos impusieron un modelo del cual se robaban el Royalty de la ganancia petrolera. Desde 1917 año en que se fundó la refinería San Lorenzo en la Costa Oriental del Lago de Maracaibo y hasta 1928 en solo once años se extrajeron 264 millones de barriles de petróleo, esto dio una ganancia de 300 millones de dólares y a Venezuela le quedó apenas un 3% es decir, 8 millones de dólares. De ahí venimos, esa es nuestra historia.
Pero para no escurrir la responsabilidad de la propuesta aquí se las dejo. Si los venezolanos no estudiamos lo que han significado los intereses por la captura del crudo desde el terremoto de Rubio, estado Táchira un día miércoles 27 de mayo de 1875 es decir, vamos seguiremos el rumbo de los 150 años de historias petroleras y aún no aprenderemos, la fórmula es estudiar este tema, difícilmente habrá otra.
Estudiar para no seguir alimentando la tragedia histórica vivida hasta ahora.